Capítulo 32

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Entonces, ¿qué es lo siguiente? La noche es joven.

He deslizado una pequeña referencia (o dos) a una de las otras 'actuaciones' del Sr Rickman – conseguís puntos de brownie por localizarla(s). Dudo que lo hagáis, oh compañeros de devoción.

La línea sobre los botones, debo confesar, no es mía, aunque de verdad desearía que lo fuera; ¡es tan estupenda! La encontré en un sitio al azar en la red – probablemente se ha empleado un montón, debería pensar, pero no pude resistirme.

Entonces... alcohol, hormonas adolescentes, una hermosa mujer, un toque de posesividad... y un montón de botones... una combinación peligrosa.

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Cuando Hermione regresó al Gran Comedor, la música pop muggle estaba llenando el aire y los estudiantes habían comenzado a reunirse en la pista de baile. Notó que un número respetable de maestros e invitados seguían bailando, pero la mayoría de la gente eran adolescentes con la intención de disfrutar de una de las pocas ocasiones que se les permitía ser exhibicionistas en un escenario tan ilustre.

Sus amigas de inmediato se acercaron a ella, arrastrándola a la pista. Las chicas parecían haber sido abandonadas por sus parejas durante un rato, no es que Hermione se quejara. Dondequiera que los chicos hubieran ido, Lawrence estaba con ellos, aunque Hermione notó que Harry no se les había unido. Había logrado escapar de una conversación con un ministro menor para bailar con Ginny.

Mirando hacia atrás, vio a Severus regresando al Comedor discretamente para ir a sentarse en un rincón oscuro del salón. Le dirigió una sonrisa secreta, que él le devolvió, claramente aliviado al descubrir la ausencia de Filmore, y procedió a cruzarse de brazos y observarla discretamente. Ella dejó que la música guiara su cuerpo todavía cargado de erotismo en una expresión de sexualidad madura.

Hermione cerró los ojos y se entregó a los sonidos y ritmos que la envolvían, su mente consumida por las imágenes y sensaciones que había experimentado sólo unos minutos antes. Cuando logró abrir los ojos, vio que él se había levantado de su silla y estaba moviéndose lentamente por la sala, los brazos todavía cruzados, incapaz de quitarle los ojos de encima. Ella era suya. Él lo sabía, y también ella. Ella bailó para él y para sí misma. Nadie más importaba.

Anhelaba que se acercara y la abrazara, que la dejara moverse contra él. Pero sabía que eso no sería, ni podría ni ocurriría. Se contentó con proporcionarle su propio espectáculo de delicioso erotismo, deleitándose en la pequeña perversión secreta del mismo.

Estaba bailando con un grupo de chicas, incluida su amiga más extrovertida, Rose. No se veía a los muchachos por ninguna parte. Hermione se preguntó por un momento dónde habían desaparecido, pero sintió un gran alivio. Estaba con sus amigas, siendo observada por su amante, haciendo algo que adoraba, después de haber tenido el mejor sexo de su vida. No podía ser mucho mejor.

Después de algunos bailes, el grupo fue a sentarse en las sillas a un lado durante un rato, observando a los demás. Rieron con agotamiento, la pequeña cantidad de alcohol que habían consumido antes ayudándolas a flotar en un estado de euforia. En medio de chismes y risas, Hermione todavía logró mantener los ojos clavados en él. Como él en ella.

Él continuaba caminando lentamente por la sala, avanzando hacia ella y sus amigas. Hermione sintió un curioso zumbido de euforia nerviosa más allá de lo que esperaría. Cómo habían logrado mantener la tensión sexual entre ellos por tanto tiempo la asombraba. Supuso que se debía simplemente a la continua naturaleza ilícita de su relación. ¿Se atrevería a aproximarse a ellas? ¿A hablarles? No estaba muy segura de si quería que lo hiciera o no. Mientras su mente luchaba por encontrar la opción más aceptable, Rose dijo en voz alta, "¡Maldita sea, está tan condenadamente sexy esta noche!"

Fuera de las ProfundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora