Capítulo 28

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Todo este capítulo trata sobre estar juntos. Hermione y Severus se encuentran sin responsabilidades, sin preocupaciones inmediatas y con mucho tiempo en sus manos. Montones de tiempo para hablar, pensar y vivir... y todo lo que eso implica.

Disfrutad. xxx

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Se despertaron tarde al día siguiente, y Hermione se emocionó al ver que él había tenido la previsión de pedir el desayuno al servicio de habitaciones. Llegó cuando Severus estaba en el cuarto de baño y Hermione enseguida deslizó el cartel de 'No Molestar' en la parte exterior de la puerta después de que el camarero se hubo marchado.

Empujó la bandeja junto a la cama y volvió a subir, untando una tostada. Él salió del baño y vio que había llegado. "Ah, excelente."

"Gracias por resolver esto. No creo que tenga energía para bajar."

"De algún modo dudé que la tendrías." Le echó un vistazo. "No tires migas."

Sonrió para sí misma. La domesticidad se estaba asentando en toda su complejidad. Incluso sus pequeñas manías, de las cuales estaba segura de que él tenía muchas, la deleitaban. Se preguntó brevemente si sentiría lo mismo sobre ellas después de cinco años.

Mientras comía, con cuidado de no hacer ningún desastre, le sonrió. "Severus, esto es perfecto. Me da la impresión de que ya has hecho este tipo de cosas antes."

Él pareció confundido. "¿Qué tipo de cosas?"

"Llevar a una mujer a un hotel para pasar el fin de semana."

Un destello de su viejo desprecio pasó por su rostro. "Puedo asegurarte que nunca ha sido el caso. Ésta es la primera vez."

Ella sonrió con ternura. "Bueno, eres muy bueno en ello."

"Bueno, difícilmente es como hacer la poción Matalobos por primera vez, ¿verdad? Todo lo que requiere es una simple reserva. Y me he alojado solo en hoteles antes, en numerosas ocasiones, tanto mágicos como muggles."

"¿Una de las ventajas de trabajar para el Señor Tenebroso?" inquirió ella, tratando de sonar lo más humorística posible.

Él le lanzó una mirada fría. Ella sostuvo sus ojos y alzó las cejas, sin temor a que hablara de esa época de su vida.

"Difícilmente las llamaría ventajas."

"¿Y todas aquellas mujeres?" Otra mirada fría. "Sea como sea que contemples aquella época, supongo que al menos les debo algo. Eres terriblemente bueno, Severus."

Sus rasgos tensos se suavizaron un poco y bajó la mirada. Hermione sonrió con pesar. Sabía que los hombres, incluso los más endurecidos, no podían resistirse a que sus egos sexuales fueran acariciados.

Él continuó con más calma. "Te lo dije. Todo eso fue hace mucho tiempo. Y nunca hubo ningún apego emocional."

"¿Con nadie?"

"Ni una." Levantó la mirada hacia ella. "Lo que siento contigo, lo que me haces, la forma en que respondes a mí... es una revelación... una epifanía. Trasciende cualquier cosa que haya sentido antes."

Ella le sonrió. Él se acercó de repente y llevó sus labios a aplastarse contra los de ella, forzando su boca a separarse. Ella gimió con repentina necesidad dentro de él y permitió que su lengua buscara desesperadamente dentro de ella. El crujido en la cama sonó ruidosamente y se separaron por necesidad. "Oops," dijo Hermione. "Migas."

Él le sonrió y con un movimiento de su varita había limpiado la cama de cualquier señal del desayuno.

Severus la atrajo hacia sí y ella yació sobre su pecho, pasando los dedos por su torso.

Fuera de las ProfundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora