Capítulo 25

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Montones de charla aquí y mucho sobre lo que pensar. Realmente disfruté de escribir éste. (Bueno, disfruto escribiéndolos todos, pero... ¡ya sabéis a qué me refiero!) Estos personajes se meten en mi cabeza, y esencialmente me llevan adónde quieren. Así que, cualquier queja - ¡a Hermione y Severus!

*********

Durmieron más pacíficamente de lo que ninguno podía recordar. Hermione y Severus se habían vuelto el uno hacia el otro durante la noche e hicieron el amor dulce y tiernamente, pero aunque les trajo una profunda satisfacción y placer, apenas perturbó el descanso que ambos encontraron en los brazos del otro. Era simplemente una parte de su vida y respiración, completamente natural.

Ella despertó al día siguiente con la cabeza sobre su pecho, su aroma despertándola. Inhaló profundamente, y lentamente levantó la cabeza para mirarlo. Sus ojos estaban muy abiertos y estaba mirándola con una leve sonrisa maravillada en el rostro. Ella se la devolvió.

"Sí," le dijo ella finalmente.

Él frunció el ceño confundido.

"Todavía te amo."

Ella se alzó para besarlo. Fue el beso más dulce y sanador que hubo.

Ella volvió a recostarse. "¿Qué vas a hacer hoy?" dijo él, acariciando su brazo despacio.

Ella suspiró. "Aritmancia, Transfiguración y luego alguna otra clase por la tarde... lo que es otra vez... oh sí, Pociones o algo así."

Él le dio golpecitos amonestadores en el brazo. Ella rio contra él y luego se acomodó. "¿Qué hay de ti?"

"Estaré de vuelta por la tarde, pero tengo que hacer una incursión en una ciudad Muggle para conseguir algunos suministros para McGonagall. Lo creas o no, ella me considera el miembro del personal mejor equipado para comprender a los Muggles, sus ciudades y ambientes." Puso los ojos en blanco.

"¿Ambientes?" rio ella con disimulo.

"Sí," dijo él secamente ante su burla. "¿Qué hay de malo en eso?"

"Nada – es muy tú. Es sólo un poco arcaico."

"¿Estás llamándome arcaico?" Era él quien bromeaba ahora, pero ella detectó la persistente inseguridad.

Ella le sonrió. "¿Realmente necesitas que te tranquilice constantemente?"

Su sonrisa se desvaneció y la miró seriamente. "Sí."

"Bueno, entonces es mejor que lo haga." Se alzó y volvió a besarlo profundamente.

Cuando se separaron, ella preguntó. "¿A dónde tienes que ir?"

"A Edimburgo. Se encuentra a poca distancia de transporte y es una ciudad tolerablemente agradable."

Ella resopló. "¡¿Tolerablemente agradable?! ¡Es una ciudad estupenda! ¡No seas tan snob!"

Él estaba sonriendo ampliamente.

"Por transporte, ¿supongo que te refieres a esa aparición que haces?"

"Es muy superior a la aparición."

"Naturalmente." Él no pudo ver su sonrisa burlona. "¿Cuándo te marchas?"

"Pronto – antes de una hora."

Ella saltó de la cama de repente. "Será mejor que vayamos a desayunar entonces."

Él alzó las cejas con curiosidad ante su repentina prisa. Ella lo miró como si fuera obvio. "Voy contigo."

"Seguramente debes asistir a tus clases."

Fuera de las ProfundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora