naruto hijo de tatsumi

un inicio

para Minato  namikaze el yondaime hokage de la aldea escondida entre las hojas, relámpago amarillo que el solo pudo eliminar todo un ejercito de ninjas de iwagakure, prodigio de su generación estaba en un gran apuro, su esposa kushina uzumaki esposa de Minato, apodada la habanero sangriento, un apodo que se le dio en la academia y después hizo que se le temiera no por su hermoso color de pelo sino por que estaba empapada de la sangre de sus enemigos en especiales contra los de kumogakure que la trataron de raptar para criar uzumakis en sus filas, jinchuriki del biju mas fuerte que existe, el kyubi no youko, ultima de su clan que fue temido por las naciones elementales que se necesito una alianza de tres de las cinco naciones ninjas mas grandes para llevarse a los uzumakis que solo eran tres mil, pero en cambio se llevaron con ellos a quinientos mil ninjas de esa alianza entre ellos ninjas demasiados fuertes dejando en claro que los uzumakis fueron y son un clan demasiado fuerte, iba a dar a luz a no un bebé ni dos, sino que iba a dar a luz a trillizos.

Minato tenia que ir rápido al lugar donde kushina tenia que dar a luz, ir al hospital general de konoha no era una opción, era un lugar demasiado expuesto para que ella diera luz, además de que no podría protegerla de un ataque cuando este dando a luz ya que tiene que estar fortaleciendo el sello que retiene al kyubi para que no se escape y haga un caos, asi que tenia que llevarla a un lugar que poca gente sabe, un lugar escondido alrededor de un lago que en una montaña tiene una pequeña caverna que allí daría luz, ya todo estaba preparado, solo faltaba kushina.

cuando llegaron, rápidamente fueron recibidos por biwako sarutobi, esposa del anterior hokage de la aldea, hiruzen sarutobi, el sandaime hokage, maestro de los tres legendarios sannin y predecesor de Minato de tal cargo, ella seria la partera que ayudara a kushina mientras que Minato mantiene el sello.

cuando kushina comenzó a dar a luz, Minato se concentraba en mantener el sello para que el kyubi no escapara, kushina estaba maldiciendo a Minato por hacerle eso, donde varias frases coloridas salían de su boca, como que nunca se lo perdonaría si le volvía a hacer eso otra vez, que si la volvía a embarazar lo castraría con una cuchara oxidada y un sin fin mas.

cuando kushina dio a luz a tres sanos bebes que fueron nombrados, el primer bebé al nacer, una copia al carbón de Minato, nombrado como naruto en honor al protagonista del primer libro de jiraiya, cabello de un color tan rubio que pareciera que fue besado por el mismo sol, tres pares de bigotes en sus mejillas, unos ojos de un azul zafiro que te perderías mirándolos y lo que mas les sorprendió no solo a ellos, sino a todos, es que se sabe muy bien que un bebé  después de nacer directamente estaría llorando para comenzar tener aire en sus pulmones, pero naruto fue diferente, el tenia una sonrisa en su rostro mientras reía, algo extraño, el segundo en nacer fue otro varón que pareciera ser gemelo de naruto pero tenia el color de cabello de un negro azabache, con unos ojos mas oscuros que naruto y este si lloro, la tercera en nacer fue una niña que pareciera que fue la contraparte de naruto, un cabello no tan rubio como naruto pero con ojos parecidos a los de menma que la llamaron narumi.

después de que los examinara biwako y los dos bebés mas jóvenes quedaran dormidos de tanto llorar y naruto jugara con los cabellos sueltos que tenia biwako soltando varias risas que relajaron a todos los presentes, una kushina que tenia una cara de claro agotamiento, un Minato también agotado no al nivel de kushina pero presente en su rostro el esfuerzo que realizo para que la bestia no escapara les iba a entregar a sus hijos para que los abrazaran y los conocieran.

no pudo llegar hasta ellos debido a que sintió alguien detrás de ella y con sus años de experiencia pudo hacer a un lado su cuello para que el kunai que sujetaba el extraño no cortara su arteria carótida, cayendo con un desangrado leve, no letal si recibía atención adecuada pero lo suficientemente profundo para dejarla inactiva.