Capítulo 2

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Capítulo 2


Diario de Él:

Laura escuchó una nota por radio en donde reporteaban a una odontóloga ya retirada de la profesión y le pareció una per­sona buena en esencia. Me dijo que podría ir a entrevistarme con ella para ver la posibilidad que me prestara el equipo que dijo tener en un depósito. Yo debía ya decidirme a trabajar como odontólogo, pero tenía muchos miedos: miedo de volver a lo que dejé, miedo que me dijera que no, miedo a que si comenzaba a ejercer nuevamente debía pagar la matrícula y la caja de previ­sión que era impagable, miedo a no poder comprar materiales para las restauraciones, y miedo a cómo presentarme ante esa mujer; no podría ir como "el viejo del sombrero".

Fui directamente a su casa sin cita previa, llamé y me hizo pasar, y vi en ella lo que notó Laura. Era una buena mujer.

Le narré mi historia mientras tomábamos un café que amablemente me ofreció y le conté de mis logros académicos y los que tuve en mi profesión. −¿Y por qué dejó todo eso? –me pre­guntó, entonces hice hincapié en la Historia de Amor que nos había traído a Nehuén—Curá y cómo por ese amor había dejado todo, a tal punto que no podría alquilarle su equipo por lo menos hasta que comenzara a trabajar más o menos bien con los futuros pacientes. Ella se maravilló. Le dije que lo único que disponía de aquella vida y que consideraba de valor era el original de mi tesis de doctorado (que tenía en mis manos, y se la mostré). Que po­dría dejársela como prenda hasta solucionar lo del alquiler del equipo. Ella me contestó: −Para qué me la va a dejar, si yo tengo la mía.−

Me encantó su modestia. Hasta ese momento (largo rato) jamás dijo nada sobre el doctorado que ella también había lo­grado; me demostró la humildad que yo aún no tenía pero que creía poseer, porque al irme bien vestido, peinado y afeitado y con un buen sobretodo, sentí que el "profesionalismo" me hacía me­lla.

En definitiva quedamos en que ella me regalaba el equipo, porque yo había apostado al amor. El sillón era muy viejo y había que arreglarlo porque muchas cosas no funcionaban. Fue tan gentil que hasta me dijo que su hijo tenía una camioneta y que fuera dentro de dos días que ella iba a hacer que me lo alcan­zara hasta La Casa de dos Puertas. Fue toda una lección.


Indudablemente tengo que pasar esta prueba de volver a atender.




9/4/97 Mensaje

HACE UN INSTANTE APENAS ROMPISTE CON TU PROPIA IMAGEN, SIN EMBARGO ES AÚN MUY FUERTE TU APEGO A LAS COSAS CONOCIDAS QUE TE RODEAN Y QUE CREES, TE HACEN FELIZ.

POR UN INSTANTE Y A RAÍZ DE UN HECHO "DESATI­NADO" PUDISTE PARAR EL MUNDO. ESTO QUIERE DECIR PENSAMIENTO Y OBRA UNA SOLA COSA.

INTENTO

EL FIN DE LA PALABRA

EL MUNDO DE LA "SIN RAZÓN" PARA EL HOMBRE COMÚN SE ABRE ANTE VOS.

POR UN INSTANTE CAPTURASTE LA LIBERTAD Y SA­BOREASTE UN POQUITO LA FELICIDAD QUE OTORGA AL QUE LUCHA SEGUNDO A SEGUNDO POR OBTE­NERLA.

BIENVENIDO AL CAMPO DE BATALLA—

TE AMAMOS

LOS AMAMOS

Wilheim und Sophia



Diario de Él:

Caigo, caigo y caigo víctima de mis propias trampas. Sé que estoy haciendo, pero también reconozco que con el menor esfuerzo. ¿Todo por qué? Porque veo que nuestros aprendices dicen hacer mucho y no hacen nada, y siento como que yo solo, además de Laura somos los que hacemos. Como si fuera un tra­bajo en conjunto; una cuadrilla en la que uno trabaja y los demás miran pero cobran igual el salario. Trato de demostrarles que haciendo uno logra poder, a tal punto que en una experiencia me quedé en la casa y ellos fueron hacia la roca grande y me encontraron ahí y los asombró, porque cuando volvieron yo seguía con Cecilia y Ezequiel, a quienes no dejé solos. Por supuesto, al proyectar mi doble me sentí muy poderoso.



Diario de Él:

Unos días después ya tenía listo el equipo odontológico que me había regalado esa colega retirada de la profesión. Era muy viejo; el sillón pa­recía de esos que usan los peluqueros, pero yo ya tenía un equipo. Lo llevé al galpón y lo desarmé íntegramente. Re­paré lo que estaba defectuoso y lo hice funcionar nueva­mente. Después lo pinté, y a pesar que se notaba que era antiguo, de aquellos primeros modelos, quedó bastante bien. Ya estaba listo para encontrarme otra vez con mi profesión. Pedí a Susana, mi ex esposa, que me enviara el instrumental que había usado mientras estudiábamos con ella y con bastante reticencia lo hizo. En realidad un mes antes le pregunté si podría mandarme el equipo (sillón, taburete, mesada, amalgamador y compresor) ya que eso lo había comprado yo apenas recibido vendiendo mi Buggy y lo compartíamos ambos. Luego ella, en muy corto tiempo dejó de ejercer y nunca más lo usó, pero me dijo que no, que tendría que haberlo pensado antes de irme.

Con un préstamo que me hizo el padre de Arturo pude comprar las cosas que faltaban y los materiales den­tales. Indudablemente él quería quedar bien delante de to­dos cuando le dije que tendría que esperar para que le de­volviera el dinero hasta tanto me organizara un poco y mostrando un gran desinterés, digo, aparentemente de su parte, me dijo y todos lo escucharon que lo tomara como un regalo. Yo no precisé que me insistiera y lo acepté así. Lo hice hacer cargo de sus palabras, pero parece que esa no era la verdadera idea.

Hablé con el presidente de la Comisión que mane­jaba una sala barrial de primeros auxilios y aceptaron las reformas que debía realizar en la habitación consultorio. Debería pagar por el alquiler solo un veinte por ciento de lo que cobrara por día. Era muy poco porque, además, mis aranceles debían ser los más bajos para que la gente que concurría a la sala (gente con poder adquisitivo similar al nuestro) pudiera tener acceso a la atención. Volvería a ser odontólogo.



9/7/97

CAMINATA DEL SÉPTIMO MES

DÍA Y NOCHE

SIESTA Y SIN LUNA

CIRCULOS

RESPIRACIÓN CIRCULAR

DEBEN REUNIRSE TODOS LOS

APRENDICES JUNTO A SUS MAESTROS

TRABAJO CON LOS ESCUDOS

SEAN GUERREROS

SEAN INCONMOVIBLES

NO SE PONGAN EN EL MEDIO DEL CAMINO

SEAN CUIDADOSOS

LAS E.N. LOS RODEAN

RECUERDEN LOS ESCUDOS

Los amamos

Wund S

"El Olvido en el no hacer" (Libro 6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora