Roger lo reconoció al instante. Ese cabello largo con rizos no era muy común en todos los alfas. Sus mejillas se encendieron de repente cuando recordó en la situación bochornosa donde se vieron por primera vez. Sin embargo el moreno le devolvió la mirada confuso, era el mismo omega que salvó hace un tiempo, ese simpático muchacho con los ajos zafiro y cabello rubio enmarañado, el mismo quien después de eso ocasionó una fuerte discusión con su madre. Quiso contemplar su cautivador y coqueto rostro una vez más pero sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos del hombre que se hicieron presente nuevamente.-¡Este maldito lujurioso movía su trasero contra mi!- gritaba a todo pulmón para que todos lo escuchasen, tosco agarró de la muñeca del rubio para darle una bofetada. De un momento a otro otra mano tomó la suya con fuerza para que no cayera en el delicado rostro del rubio.
-Suéltalo- ordenó firme el sujeto al observar quién lo tomaba era un alfa dominante no dudó en seguir lo que decía. En esta sociedad los betas estaban acostumbrados a acatar las ordenes de los alfas puesto que tenían mucho más poder que ellos y simplemente ver el rostro de aquel quién lo retenía, con mucha más razón lo hizo.
Brian no quería ocasionar todo esto con mala intención, la gente esperando era mucha y todos tenía los ojos puesto en él. A pesar de tener la paciencia de tratarlos a todos con amabilidad nunca permitiría estas atrocidades.
Si fue duda o no el hombre pensó que dicho alfa era compañero del rubio omega quién quería aprovecharse hace unos instantes. Con temor retrocedió y salió a pasos apresurados del lugar. El comedor estaba repleto y como no quería que volviera a suceder este tipo de incidentes separó ambas filas de betas y omegas. Aunque no lo parezca muchos betas creían que tenían la libertad aún de aprovecharse de alguno pues muchos decían que eran mucho más buenos en el sexo que las mujeres beta. Dicho que era verdad.
Al perder la atención en la vista puesta en aquel omega, lo perdió de vista entre la multitud. Cuando estaba en ese momento cerca de él sintió un aroma muy fuerte dulce. Alerta de que su celo estaba cerca las feromonas se hacían más fuertes. Solo esperaba a que tenga a la mano sus supresores.
Siguió haciendo su labor cuando en el pecho sintió una punzada, no quería pensar que era por los nervios por haberse encontrado el mismo omega de la otra vez quien le hizo pasar una situación bochornosa. Lo había conocido una noche de casualidad. Un chico de la noche que vive explotado prostituyéndose para sobrevivir. Lo salvó de ser violado recibiendo a cambio un movimiento obsceno en su entrepierna y una señal obscena con las manos.
"Es solo un chiquillo malcriado, que solo sabe meterse en problemas" suspiró. ¿Por qué carajos me lo tuve que encontrar?
Pensó el ruloso mientras lavaba algunas tazas y platos después de una larga jornada. La punzada que sintió en el pecho se repitió y lo que hace un momento predijo se cumplió. Todo el lugar se llenó de un olor dulce. Un muy agradable aroma que pronto atraparía a cualquiera como un hechizo. No quería culparse que por el solo hecho de haberlo sabido primero le pasara otra vez algo.
Pasó entre toda la poca gente que quedaba para comprobar si había algún cambio en ellos, pero al ver que comían tranquilamente se tranquilizó ¿O será que él solo lo sentía? quiso quitarse esa idea absurda. "Será la última vez" quería jalarse el cabello ahora mismo por sentirse culpable de lo que iba hacer a continuación.
Roger a mitad de las escaleras se sentó en una de las gradas. Se abrazó a sí mismo y trató de calmarse respirando profundo. Inhalaba, exhalaba sin cesar despacio, pensaba que tan solo con eso se calmaría. Estaba a punto de echar a correr escaleras arriba cuando sintió que alguien lo tomó de su prenda superior y lo haló. Sin mirar atrás no se forzó. Al contrario, quiso echarse a correr.
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Paradise [Maylor][Omegaverse]
Acak"¿Qué tan lejos hay que ir para alejarte de tu dolor?"