XVII

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-Tu...

Roger se quedó absorto cuando su vista no se despegaba de él, su pulso estaba acelerado, pero no era porque se avergonzara en encontrárselo por tercera vez, sino que era extraño que apareciera  en las situaciones menos esperadas. Frunció el ceño tan pronto cruzó por su cabeza el recuerdo de la última vez que se vieron, no fue nada grato, el alfa que tenía enfrente fue muy grosero aquella vez, tildándoles de irresponsables y egoístas hacia él junto al resto de sus compañeros omegas, en su mente se repetían las mismas palabras que dijo ese día.

"¿Piensan que traer hijos al mundo es un juego?" 

Sintió una punzada en la cabeza tan pronto apartó la vista enojado sin responderle pensó que ese pequeño dolor fue por ese recuerdo que le hacía hervir la sangre pero luego otra punzada en su cabeza ocasionó que casi cayera de espaldas. Brian reaccionó rapidamete y lo tomó de la cintura quedándose anonado por las ducles feromonas que comenzó a emanar.

-Lo siento, no era mi intención- se disculpó Brian alejándose del menor avergonzado. Roger se soltó bruscamente y comenzó a toser enrojecido por el acercamiento repentino, sus feromonas lo ahogaban.

-Esa es una de los motivos por la que los omegas sin marca no están permitidos aquí, tengo una pastilla para que dejes de emitirlos.- dijo Brian rebuscando en uno de los aparadores. Al voltearse se acercó al menor, pero este por instinto evitó a que lo hiciera.

-No te haré daño, cada tres meses me inyecto un supresor muy fuerte para controlarme ante las feromonas de omega. Recibe esto, te hará sentir mejor.

-No es necesario, ya se me pasó, estoy bien -le rechazó el rubio dando media vuelta ignorándolo aún enrojecido, sin embargo no se esperó las palabras que escuchó a continuación. 

-Por favor aceptalo- insistió Brian importándole poco que se rebajara- Sé que la última vez que nos vimos no fue nada grata mi presencia y tampoco me disculpé de manera correcta, permíteme ofrecerle mi ayuda ahora en adelante a cambio del error que cometí hace unos días. Ofrecerles dinero de esa forma, no estuvo bien y...

-Espere- lo silenció Roger mirándolo por primera vez a los ojos, acercándose hacia Brian dejando de lado su temor. No quería admitirlo pero no podía negar que aquel médico era muy agradable físicamente, sus ojos de color avellana llamaron su atención al igual que su altura, era muy alto le llevaba casi dos cabezas por encima de él.

Quería reconocer que el de rulos trataba de ser amable ofreciéndole atención a Yul, sin embargo el rencor en su corazón aún seguía.

-No he venido para que me pida disculpas, el daño ya está hecho y espero que cuando Yul abra los ojos se halla olvidado de usted y lo grosero que fue con él.

Brian enmudeció, Roger solo le lanzaba una mirada letal para causarle temor y que notara lo rudo que podía ser a pesar de ser omega. Lo ignoró por un momento y se acercó nuevamente al omega que dormitaba, lo miraba a detalle resaltando sus ojeras bajo sus ojos como si todo este tiempo no haya podido dormir bien por las noches. Con una mano recorrió su rostro al ver rastro de lágrimas secas tratando de limpiarlas, notando las reciente  humedad en sus mejillas. 

El menor mordió sus labios por el nerviosismo de la situación, no sabía que hacer, ¿Cómo regresaría a casa?¿Su bebé ya habría comido?¿Habría traído suficiente dinero para pagar los gastos del hospital? eran tantas cosas que se le acumulaba en su cabeza, no le importaba tener en la habitación a un alfa pero de alguna forma esa presencia lo hacía sentir incómodo a tal grado de querer salir de esa habitación cada vez que escuchaba su profunda y melodiosa voz.

-Debe ser muy duro ser omega, amar a alguien que te promete muchas cosas y al otro día desaparece sin dejar rastro -habló Brian traquilo acercándose al menor, Roger levantó la mirada, volviéndose ante el mayor aún con el ceño fruncido, sentió un rencor horrible en su pecho al escucharle decir eso. 

Paradise [Maylor][Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora