las fantasías de lindsey van demasiado lejos

las fantasías de lindsey van demasiado lejos Capítulo 30

Tres semanas más fue mucho tiempo, y decidí que si la talla anterior no encajaba, me aseguraría de que la nueva lo hiciera. Decidí ganar tres tallas más, pero no pasar de eso. Una vez más me comí todo lo que tenía a la vista. Mantuve el ritmo vertiginoso y Leanne apenas me hablaba.

Solo comí y comí y comí. No pensé en eso. Me moví lo menos posible y me comí todo lo que tenía a la vista.

La escala pasó de 400, luego a 412 en una semana, luego a 426 en dos.

No había nada que me detuviera ahora.

...

El día que debía llegar el vestido, volví a meterme en la boca. Incluso me comí unas cuantas barritas energéticas para aumentar de peso por si acaso.

El empleado gay vio que yo había engordado aún más y abrió la boca.

"Cariño, parece que has sido una chica mala otra vez. Pensé que dijimos que este vestido duraría un tiempo".

Traté de ponerme el vestido, pero se atascó.

"No otra vez", dije.

"Sé que dije que había visto algunas cosas locas antes, pero esto es una locura", dijo. "¿Esta locura te excita?"

"Sí ..." dije, acariciando mi gordo estómago. "Pero tal vez fui un poco demasiado lejos esta vez".

Tiró con fuerza del extremo y el vestido me cubrió el cuerpo con fuerza.

"Ahí", dijo. "Ahora ten cuidado. Deja la comida por un tiempo. Realmente parece que te vendría bien un descanso".

...

Me alisé el cabello, me puse mi viejo maquillaje y me hice ver lo más sexy que pude.

Entró y pareció aturdida. Parecía una bomba gorda.

"Sé que nos hemos ido distanciando", dije. "Quiero hacer algo al respecto".

Ella se quedó sin habla. Me acerqué a ella y la rodeé con mis gordos brazos, presionando mi enorme vientre y mis tetas contra su cuerpo. Podía sentirla hundirse en mi masa como la niña pequeña en la que se había convertido. Nos besamos y de hecho sentí amor por ella y una atracción por ella como nunca antes.

"Aliméntame", le susurré al oído.

Me empujó hacia la cama y empezó a meterme comida en la boca. Ella todavía no había dicho una palabra.

"Espera, más despacio", dije.

Pero ella seguía presionando más y más comida en mi boca, obligándome a comer. Empecé a sentirme lleno pero ella seguía dándome más. Le arrullé.

Una hora después, todavía no se había detenido. Me sentí enorme y lleno e incapaz de comer más. Traté de sentarme y escuché un sonido familiar desgarrado. Mi barriga explotó a través del vestido nuevo y salió a mi regazo.

"¡No otra vez!" Dije.

"¡Oh Dios mío!" dijo, mirando mi barriga. "¡Estás tan gordo! ¡Eres enorme! ¡Eres jodidamente gigantesco! ¡Eres una ballena!"

"¡Para!" Dije.

Me empujó de nuevo a la cama y me arrancó el resto del vestido. Ella agarró mis bragas y las sacó de mis gordos muslos. Sentí su lengua dentro de mí y un placer mayor que cualquier otro que hubiera experimentado. Sentí sus manos agarrando mi grasa por todas partes.

Ella emergió de debajo de las profundidades de mi grasa abdominal y se acostó a mi lado.

"Siento haber sido mala", dijo. "Simplemente no quería animarte. ¿Sabes lo difícil que ha sido no tocarte? ¿No sentir tu grasa? ¿No decirte lo sexy que eres cuando comes tanto? Tenía miedo ... "

" ¿Miedo de qué? " Yo pregunté.

"Que si me dejo ceder, entonces no habrá nada que nos detenga juntos. Que me enamoraría perdidamente de ti y no podría controlar mi deseo de engordarte aún más".

"Bueno, he estado pensando que me vendría bien perder algo de peso. Quizás me ponga a dieta pronto".

"No", dijo ella.

"¿Qué?" Yo pregunté.

"No", dijo ella. "Es demasiado tarde. No te vas a poner a dieta. He dejado de resistirme.

"Pero tal vez esto está sucediendo demasiado rápido ... Estaba tratando de engordar para este vestido, pero honestamente planeé dejar de hacerlo después. Ahora tengo como 400 libras y pico. ¿Quizás debería parar?"

"No vas a parar".

"¿Pero cuándo me detengo? Quiero decir que todavía quiero poder bañarme y moverme".

"Escucha", dijo. "Por ahora, ríndete y disfruta mientras te engordo como siempre he querido. Créeme. Podemos detenernos cuando llegues a 475. Lo prometo".

"¿Promesa?" Yo pregunté.

Ella me sonrió extrañamente.