Capítulo 25.

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 Subí al auto un poco asustada con todo lo que pudiera pasarme, sabia que estaría sola, sabia que me sentiría pequeña entre ellos tres, se que pueden hacerme daño cuando quieran y yo no me podre defender. Estaba mirando por la ventanilla tratando de calmarme cuando sentí su mano en la mía, me gire para verlo y solo me dedico una sonrisa, apreté su mano con fuerza, no quería que me dejara sola allí y creo que lo entendió.

-Si quieres yo puedo entrar ahí contigo, digo para que no estés sola y te sientas un poco más cómoda- sonrió y yo suspire un poco más aliviada.

-Si, no quiero estar sola allí dentro, me sentiría más nerviosa de lo que ya estoy y se que ellos pueden lastimarme con solo mirarme- suspire pesadamente y trate de calmarme. 

 Noté como Zabdiel estacionaba la camioneta y se apresuraba a abrir mi puerta, tomo mi mano y me ayudo a bajar, me dedico una sonrisa con todos sus dientes y un pequeño beso en mi mejilla, eso solo hizo que me moviera por un escalofrió que me dio por la espalda, entrelazo su mano con la mía y me la apretó suavemente, le sonreí nerviosa y empezamos a caminar hacia el interior del restaurante. 

Entramos y un chico bastante lindo nos recibió y nos pregunto si teníamos recepción al lo que cuando iba a contestar una pareja de no mas de cuarenta años se nos acerco y saludo a Zabdiel, quise soltar su mano para que pudiera saludar, el lo noto y me tomo más fuerte y le sonrió a la pareja.

-Hola sobrino- dijo el hombre rubio con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola tío ¿Qué tal esta todo?- pregunto con solo un poco de interés, yo miraba la escena y luego pasee mis ojos por las mesas buscando a Bárbara, estaba tan sumida en esa actividad que no note cuando Zabdiel me presento a aquella pareja- Ella es Abril una de nuestras fans que gano un concurso que hicimos y se quedara con nosotros unos meses- me miro y sonrió.

-Em, a-ah ho-hola- dije tímida y poniéndome como un tomate al ver la sonrisa de aquella pareja que me miraba expectante.

Hablaron un rato más y mire el reloj 18:55, no había señal de la pareja y su hija, escuche la puerta de atrás de nosotros y me voltee junto con Zabdiel y aquella pareja, me paralice al ver a Bárbara, Miguel y su hija Melissa, los ojos de los tres fueron de mi, a Zabdiel y a nuestras manos que él aun sostenía con un poco de fuerza para que yo no me soltara de su agarre.

-Hola hij... Abril- dijo Miguel que sostenía con su mano derecha el hombro de Bárbara y con la izquierda el de Melissa.

-Hola Miguel, hola Bárbara- salude con voz un poco firme, mordiéndome la lengua por no poder ser un fuerte en frente de ellos- Hola Melissa.

-¿Qué tal va todo? hija- dijo Bárbara  con un tono hipócrita al ver que me encontraba muy pegada a mi acompañante.

-Todo esta bien- apreté la mano de Zab y el lo supo me apego más a él.

-¿Cómo alguien tan hermoso puede estar con alguien como vos?- dijo Melissa acercándose más a Zab.

-Melissa déjala en paz- dijo su padre y mi corazón se quedo sorprendido al ver que me estaba "defendiendo".

Su mujer le dio con el hombro en su pecho y lo miro de mala gana, sonrió a Zab y busco al mozo para que nos llevara a nuestra mesa.

-Síganme,  por favor- dijo el mozo empezando a caminar a un lugar apartado de las mesas del centro- Tomen asiento, iba a correr mi silla cuando Zabdiel lo saco y lo hizo el, se sentó a mi lado y volvió a tomar mi mano la cual ya se había acostumbrado a su tacto, Melissa se sentó en la punta de la mesa del lado de Zab y sus padres enfrente de nosotros.

La mesa se había convertido más fría de lo que parecía, las miradas de Bárbara se dirigían hacia mi con hielo y dagas, con hipocresía a su marido, con falso amor hacia Zabdiel y con una mirada atenta a su hija, el mozo volvió con los menús y nos preguntó que íbamos a querer de entrada, yo no sabia nada de la comida de allí, a lo que Zab contesto por mi.

-Dile a mis tíos que queremos DOS especiales Zabdiel, por favor- dijo haciendo énfasis en la cantidad de ese pedido.

-Nosotros queremos la especialidad de la casa.- dijo Bárbara levantando la cabeza de la carta de menús.

El mozo se retiro y Zab me dedico la mejor sonrisa que tenía.

-Y decime Zabdiel, ¿A que te dedicas?- pregunto Miguel con un interés perdido entre sus palabras, mi acompañante estaba por contestar cuando su hija lo interrumpió.

-Papá ¿No ves qué es el cantante más hermoso de este mundo?- dijo con un brillo en sus ojos, Zab solo le sonrió con media boca - Es uno de los cantantes de la mejor banda de pop que pueda existir, de CNCO.

-A que interesante- dijo como si le importara lo que acababa de decir su hija.

-¿Y por qué andas con un a chica sin gracia como mi hija Abril y no como alguien como mi hija  Melissa?- dijo Bárbara con odio al pronuncia hija al nombrarme a mi y tomo el mentón de Melissa y lo colocó en su mano sonriendo con sus dientes de piraña.

-La verdad señora, su hija Melissa no es de mis gustos, prefiero a alguien más como su hija  Abril, es mas espontanea y disfruta de todo lo nuevo que pueda aprender, se nota que es una de esas chicas que ayuda a los demás sin dejar esa sonrisa que la caracteriza aunque los demás la maltraten- dijo mirándome a los ojos y haciendo énfasis en algunas de las palabras que iban dirigidas hacia la familia perfecta.

-La verdad no se que le vez a esta zorra- dijo Melissa escupiendo sus palabras.

-La verdad es eso, que no veo lo "zorra" que pueda llegar a ser, solo veo su alma pura- me dio un beso en la mejilla y me puse como un tomate nuevamente.

A los pocos minutos de esas palabras llego la comida, comíamos a gusto cuando el celular de Zabdiel sonó y me miro, comprendí y solo le sonreí con un ve escrito en mis labios. 

-¿Aun no le dices que mataste a mi hermano? zorrita- dijo Melissa tragando su comida.

-Yo no tuve la culpa- Me mordí la lengua por que mi voz salió quebradiza.

-No estamos aquí para esto- escupió Bárbara- Solo queríamos decirte que no vamos a volver a nuestra casa en Argentina y te la vamos a dejar a vos hasta que tengas 21 años, luego serás responsable de tus actos y nosotros ya no nos haremos cargo de ti desde ahora en más.

Mis ojos se abrieron y comenzaban a picar, me hice fuerte y trate de calmarme, me levante.

-Gracias por avisarme, pero yo no volveré a Argentina, no por ahora, tengo cosas de que preocuparme aquí, ocuparme de mi vida y de todo en lo que lo pueda ayudar a los demás, si ya no tienen nada más con que lastimarme, les deseo un buen provecho y que terminen bien su comida- tome mis cosas y las de Zabdiel y me fui de allí, salí y no encontré a Zab, decidí esperar en el costado de la camioneta.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

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La pequeña hermana de ZabdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora