Jennie: -Ahí no se dan los besos-dije entre dientes.
Lisa: -¿Dónde lo quieres?
Sonreí y fingí un ronquido, Lisa soltó una carcajada.
Me dormí profundamente hasta que abrí los ojos, no vi nada, ni una luz de sol ni nada, estaba en una habitación encerrada por completo. Me levanté y Lisa ya no estaba, traté de abrir la puerta pero estaba cerrada bajo llave.
Jennie: -Perfecto. Muero asfixiada, incendiada o de un paro y nadie se da cuenta.
Miré que la perilla giraba y me tiré a la cama fingiéndo estar dormida y Lisa entró.
Lisa: -¿Media hora? Ok, yo la despierto- cerró la puerta.
Sentí el calor de Lisa sobre mí.
Lisa: - Jennie, Jennie, vamos Jennie Despierta.
Jennie: -¿Lucas?
Lisa: -¿Lucas? ¿Quién es Lucas?
Jennie: -Mi no...¿Lisa?- me senté en la cama.
Lisa: -¿Tu qué?
Jennie: -¿Mi que de qué?
Lisa: -Lo que me estabas diciendo.
Jennie: -No entiendo- ¿Lucas? Buen invento Jennie me encantaría saber si Lisa es celosa
Lisa: -Me estabas diciendo de un tal Lucas.
Jennie: -Ahh- sonreí y me levanté.
Lisa: -¿Y bien?
Jennie: -Tengo hambre ¿Qué hay de desayunar?
Lisa: -Te pregunté algo.
Jennie: -Y yo también.
Lisa: -Yo te pregunté primero.
Jennie: -Uy que madura- hice un gesto.
Lisa: -¿Quién es Lucas?
Jennie: -Quiero desayunar ¡O gritaré!
Lisa: -¡Contéstame!
Jennie: -¡¡Papá tengo hambre!! ¡¡ Lisa no me deja comer!!- grite a todo pulmón.
Lisa -¡Cállate!
Jennie: -¡¡Papá, Lisa me calla!! ¡¡Muero de hambre!!
Lisa: -Eres una niñita- me tomó del brazo y abrió la puerta, salimos de la habitación y nos fuimos a la cocina.
Me senté en un banco frente a la barra, Lisa me sirvió unos panes integrales con una barra dietética y fruta en trozos.
Jennie: -¿Quién crees que soy? ¿Madonna?
Lisa: -¿Por qué?
Jennie: -No desayunaré esto. Me hago anoréxica sólo con verlo.
Lisa: -Pensé que con el cuerpo que tienes te cuidabas, y me aventarías la comida si te sirvo desayuno de gente normal, cosa que tú no eres.
Jennie: -Vaya, vaya, vaya...Lisa Manoban te fijas en mi cuerpo...
Lisa: -¡Tengo ojos! ¿Qué quieres que haga?- esquivó mi mirada.
Jennie: -Te enseñaré lo que es un desayuno real- me levanté, Lisa se me pegó como chicle- Tranquila, FBI ¡Sin comer nunca huyo!
Lisa: -No me arriesgo.
Tomé la mano de Lisa y la acerqué a mí bruscamente.
Jennie: -Mejor pégate bien si no quieres que me escape de verdad.
Lisa sonrió.
Lisa: -Eres una niña muy mala.
Jennie: -Deja de halagarme y cocinemos.
Lisa: -¿Qué vamos a hacer?
Jennie: -no te diré,Necesitamos huevos, carne, lechuga, queso y malvaviscos.
Lisa: -Me quieres envenenar.
Jennie: -¡No seas tonta! Ven, vamos al refrigerador- la tomé de la mano y caminé con ella. Parecíamos una pareja divirtiéndonos.
Abrí el refrigerador, saqué todos los ingredientes necesarios e hice que Lisa los cargara.
Jennie: -Vamos- toqué su mejilla y nos dirigimos a la mesa.
Lisa puso todos los ingredientes.
Lisa: -¿Y ahora?
Jennie: -Tráeme un bowl-Lisa me miró y alzó una ceja- ¡Bien! ¡Vamos!
Le tomé la mano y fuimos a un estante, me empiné para tomar el bol pero estaba muy alto así que Lisa me tomó de la cintura y me elevó hacia el bol, yo lo tomé.
Jennie: -¿No era más fácil que lo bajaras tú?
Lisa: -Si- sonrió.
Jennie: -Yo no me enamoro- le dije mirándola directo a los ojos.
Lisa: -Yo tampoco- me dio un abrazo por detrás y me dio un beso en la mejilla. Me descontroló por completo.
Jennie: -¿Qué haces?- No podía negarlo, me puso nerviosa ¡No no no! ¡Estaba tratando de comerme el cerebro!
Lisa: -¿Quién es Lucas?
Jennie: -Eso...- me volteé quedando frente a sus labios-...debes investigarlo tú misma.
Me volteé y comencé a mezclar los ingredientes.
Terminé de cocinar todo, Lisa y yo nos sentamos en la barra y comenzamos a comer.
Lisa: -Enserio creía que esto me iba a matar a los tres segundos pero han pasado como veinte y sigo viva- dijo con la boca llena de comida.
Jennie: -Es mi desayuno favorito, pero le falta un ingrediente- me levanté.
Lisa: -¿A dónde vas?
Jennie: -Hagamos algo. Si no regreso dejo que me des a latigazos en la cama y si regreso te los doy yo.
Lisa: -Ya se me hacía raro que no habías dicho algo así.
Jennie: -Me activo con la comida. Soy alrevez de la gente normal, está gruñona cuando no come y tranquila cuando lo hace, yo soy lo contrario.
Lisa: -Debo mantenerte a dieta seguido.
Jennie: -Ya regreso, prepara tu trasero para el dolor.
Lisa se levantó y me siguió. Abrí el refrigerador y saqué el sirope de chocolate.
Lisa: -No le echarás eso.
Jennie: -Sabe mejor.
Lisa: -¿Tratas de laxarme o algo por el estilo?
Jennie: -¿Y quién dijo que era para el omelet?
Lisa: -¿Y para qué es?
Jennie: -Para comérnoslo sobre nuestros cuerpos- Abrí el sirope y dejé que el líquido cayera en mi boca haciendo movimientos provocadores con mi lengua.
Lisa: -Ese internado tiene mucho trabajo por hacer.
Jennid: -No te ilusiones, si es para el omelet- Me fui de regreso a la mesa y los llené con el chocolate, seguí comiendo.
Lisa se devolvió conmigo y comió el omelet.
Lisa: -Tenemos que irnos ya.
Jennie: -Espera...es que debo decirte algo.
Lisa: -¿Qué?
Tomé el sirope y me levanté, me acerqué al oído de Lisa.
Jennie: -¿Recuerdas ayer? En la limusina, ambas sin camisa ¿Recuerdas mis pechos?- mordí mis labios, Lisa no emitía ni una palabra- ¿No te los imaginas totalmente cubiertos por esto?- Presioné el recipiente y dejé caer el líquido sobre la mesa, cerré los ojos de Lisa con mis dedos, y unte mi dedo con chocolate y lo rocé por sus labios , ella sacó su lengua y lamió mi dedo, yo seguía respirando cansada en su oído- ¿No te gustaría hacerlo realidad?- Deslicé mis dedos por su cuello y metí la mano en su camiseta, pase mi mano por su pecho izquierdo y saqué la mano suavemente. Mientras con esa mano hacía eso con la otra sacaba mi camisa, y luego hice lo mismo con la mano contraria para sacarme la otra mano de la camisa- Lisa...-deslicé mi lengua por el lóbulo de su oreja, noté como se erizaba la piel de su brazo.
Tomé mi camisa y rodeé sus ojos con ella, rápidamente la anudé de atrás y salí corriendo como pude.
Lisa: -¡Maldición!- Lisa trataba de quitarse la camisa de la cara mientras yo corría.
Jennie: -¿Estaría rico no?- di una carcajada hasta que choqué con alguien; mi padre.
Seung: -¡Jennie!
Jennie: -Pa....pi- hice cara de inocencia.
Seung: -¡Qué afán el tuyo de andar sin camisa!
Lisa: -Le da mil usos, todos menos traerla puesta- se acercó.
Seung: -Eres un desastre.
Jennie: -Por favor, sabía que no iba a escapar con eso...sólo quería divertirme ¿Por qué no estás en el trabajo?
Seung: -Eres un desastre pero debo despedirte- me abrazó.
Miré a Lisa mientras abrazaba a mi padre y me chupé los dedos uno por uno y le guiñé un ojo, ella sólo negó con la cabeza.
Seung: -Ve a bañarte, alístate y sales a Seúl.
Jennie: -Creo que no hay de otra- me encogí de hombros.
Lisa: -No le creo.
Seung: -No ni yo- ambos rieron. Se me contagió su risa- No más travesuras- me miró a los ojos, yo alcé ambas cejas- Inténtalo ¿Si?
Jennie: -Voy a bañarme.
Lisa espero que sepas restregar bien en los rincones- dije caminando hacia la habitación, Mientras que Lisa me seguía.
Lisa: -¿No te da pena decir esas cosas frente a tu padre? Eso es sinvergüenzada.
Jennie: -Se llama honestidad. No soy falsa ni hipócrita, digo lo que pienso y a veces sin pensarlo. Esta soy yo, quien le guste bien y al que no pues al cuerno.
Lisa: -De eso ya me di cuenta- entramos a la habitación.
Jennie: -Me traes mis sales de baño y mi jabón especial de la india.
Lisa:-Aquí tienes una toalla y un jabón líquido que encontré en un baño- me los dio.
Jennie: -¿Qué haré con esto? ¿Lavar el inodoro?
Lisa: -No está mal la idea, aligérate.
Jennie: -Sabes Lisa, sé lo que causo en ti- me acerqué lentamente.
Lisa: -¿Lo dices por lo que hiciste en la cocina?
Jennie: -¿Aun te acuerdas de eso?
Lisa: -Fue hace tres minutos.
Jennie: -Hay algo bueno en todo esto- subí a la cama.
Lisa: -¿Qué haces?
Jennie: -Como huí...- me quité la pijama, quedé en ropa interior-...tú ganaste- desabroché mi sostén.
Lisa: -¡Oye oye! ¡No hagas eso!
Jennie: -Trae el látigo, Manoban- me quité el sostén, tapé mis pechos con un brazo y con el otro tomé el sostén.
Lisa: -¡Por qué te estorba tanto la ropa!
Jennie: -Mira, te enseño- tomé mi sostén y di azotes al aire como si fuera un látigo- ¡Así! ¡Asi!- dije de forma erótica- ¡¡Ahhh!! ¡Con fuerza!- gemí.
Escuché unos pasos que venía de la puerta, supe que era mi padre, tal vez no evitaría ir a ése internado, pero mi padre ya no confiaría en Lisa.
Me lancé a Lisa y ella cayó sobre mí en la cama.
La puerta se abrió y mi padre entró.
Seung: -¡¡¡Qué es esto!!!
