En lo personal, no era mi estilo usar cubiertos como joyería. Ni derramar mi sangre antes de las seis.
Después de lo que sucedió con Will, pasaron unos días donde ambas nos evitamos, excepto en las comidas, ahí solo me dedicaba a ver mi plato mientras evadía su mirada.
Nolan y yo procurábamos no tocar el tema y agradecía que no insistiera en ello. Mientras tanto, nos dedicamos a practicar combate por nuestra cuenta, Warrick intentó mostrarme una receta y Corvina me llevó a organizar el almacén. El clima estaba especialmente revuelto, había momentos donde estaba soleado y luego comenzaban a llegar los nubarrones.
En mis ratos libres, pensé mucho en la situación y llegué a la conclusión de que no podía pasarme todo el tiempo estancada en mi pasado, Eira me había dicho que mamá —Willda— tuvo que haber tenido una razón y ahora, que al fin tenía respuestas, me daba cuenta de la verdad en sus palabras.
Estaba dispuesta a ir a su cabaña, sentía que lo correcto era hablar con ella. Mientras llegaba, iba golpeando los dedos en el costado de mi cadera. Antes de entrar me acobardé un poco, pero no tuve tiempo de echarme atrás, ella abrió la puerta.
—Ah, iba a llamar a Vanessa para que te buscara, debemos hablar.
No lucía preocupada, pero las sutiles ojeras que tenía la delataban.
Al entrar, mi idea de una charla madre e hija se desvaneció. Dentro estaban Nolan, Corvina y Warrick. Todos nos limitamos a permanecer sentados mientras Willda colocaba un pequeño cofre en la mesa. Nolan se levantó y puso un paquete envuelto en manta al lado.
—Hace mucho tiempo, cuando Lorcan era un príncipe aún, me dio un regalo muy costoso —Will quitó la manta, revelando la vajilla de plata que habían robado de la granja—. Tengo entendido, Audrey, te habían dicho que esta vajilla era de ellos, pero debes preguntar ¿Por qué nunca la vendieron?
Reparé en que dijo "ellos" y por un segundo me perdí; ellos no eran mis tíos, nunca lo habían sido, solo eran quienes hicieron de mi vida y la de mi hermana un asco por tantos ... Detuve mi pensamiento. Necesitaba enfocarme, ya después me encargaría de afrontar la verdad.
Intenté prestar la mayor atención, sentía que algo importante estaba ocurriendo. Willda abrió el cofre y sacó una cucharita de postre. En el mango tenia un orificio por el cual pasaba una cadena, como si fuera la nueva moda en collares. La acomodó entre la vajilla y pude ver que encajaba perfectamente con los demás cubiertos.
—Como todos saben, hay una superstición en el pueblo, sobre vender o comprar una vajilla incompleta. Originaria de la vez en la que un hombre así lo hizo y a los pocos días murió —ella arrugó un poco la nariz y retomó el punto—. Cuando tuve que irme, no pude llevarme la vajilla pero me negué a dejarla toda y conservé esto, así me aseguré de que no la venderían.
—Es una bonita vajilla —comentó Warrick.
—Esto me pertenece y por eso es que los envié por ella, pero también tiene un propósito. Cuando Lorcan me la dio me contó el secreto de la plata de la realeza, me dijo que algunos objetos fueron encantados mucho tiempo atrás por un brujo cumpliendo el deseo de un antiguo rey, que quería sobresalir entre los demás reinos. Las coronas de la realeza están encantadas de está forma, cuando se realiza la coronación estas brillan, él me dijo que esta vajilla fue una de las pruebas que se realizaron antes, por eso no está encantada como debiera.
—El encantamiento es muy complejo y viejo, no se utilizaba mucho tiempo por su inutilidad y poca efectividad. Pero sé que cuando algo así falla, funciona entrando en contacto directo con... —Corvina se detuvo un momento a buscar las palabras— la fuente de poder, podría decirse. En este caso, lo que hace brillar la plata es la reacción a la sangre de linaje real.
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El AROMA A DESESPERACIÓN [En Proceso]
AdventureAudrey y su melliza están retenidas contra su voluntad en la lejana granja de sus tíos. En un intento por escapar, su hermana se queda atrás, siendo raptada por la guardia real. Ahora, Audrey tiene que rescatarla y si los rumores son ciertos, salvar...