●Skylar●
Ed: Donde mierda estas?Responde el maldito teléfono AHORA
Que es esto de que no vendrás? Si es una broma te informo que no causa ni un poco de gracia, tienes idea de todo el dinero que costó?
Aunque no respondas te voy a encontrar y hablaremos de cómo me dejaste en ridículo frente a nuestras amistades
Amor, responde, necesitamos hablar
Estaba molesto pero no hay nada que no pueda perdonarte, solo debemos hablar
Muchos más mensajes como esos inundan mi teléfono, sin embargo no he respondido a ninguno de ellos, pero al parecer Edwin se cansó de escribir y considera que llamarme es una mejor idea.
Iluso.
Por mucho que me llame, no voy a contestar el teléfono, si lo hago me iría de largo diciéndole todos los insultos que se me ocurran y en este momento no estoy de humor para ello. Miro la hora en mi celular cada tres minutos; Jessica se está tardando más de lo que debería en llegar al aeropuerto.
Ed: Quiero arreglar las cosas contigo, por qué no pones de tu parte?
Estoy muy molesto contigo pero también estoy dispuesto a darte la oportunidad de pedir perdón y escuchar tus razones. Luego hablaremos de los gastos de la boda pero respóndeme
Eso es más cinismo del que puedo soportar, así que, casi agrietando la pantalla de mi celular por la fuerza con la que presiono mi dedo en ella, decido responderle.
Sky: quien debería estar pidiendo disculpas eres tú, maldito traidor. No creas que no sé que quisieron verme la cara de estúpida
Sueña con que voy a disculparme por tomar la mejor decisión de mi vida, que es no casarme contigo
Tú y Amanda pueden irse al infierno. Deja de llamar y enviarme mensajes porque no pienso hablar contigo por un largo tiempo.
Luego de enviar ese mensaje y otro a mi padre donde le digo que estoy bien, que le explicaré todo luego y no debe preocuparse, guardo mi celular y lo pongo en silencio.
Me siento inquieta y algo asustada por lo que he hecho, mis nervios son tan fuertes que no me dejan estar quieta, constantemente estoy moviendo la pierna, jugando con mi manos o mordiéndome las uñas. Si alguien se quedara mirándome por más de un minuto se daría cuenta de mi comportamiento y seguro pensaría que estoy por cometer un delito o algo parecido.
Me la paso mirando de un lado a otro, como buscando a alguien o algo que me diga que me están siguiendo. Casi parece que estoy huyendo de algo. Aunque si me pongo a analizar la situación eso es exactamente lo que estoy haciendo: huir.
Huyo de una boda a la que no tuve el valor de presentarme para anunciar yo mima que ésta no se realizaría.
Huyo del dolor causado por la traición de dos personas que han significado mucho para mí.
De las miradas de lástima que me darán todos al enterarse la verdadera razón por la que he dejado plantado a Edwin.
De tener que enfrentar a mi familia y decirles lo ingenua que he sido y de la gran equivocación que he estado a punto de cometer.
Huyo por las mentiras que he descubierto, el dolor que estas me han causado y por mi miedo a enfrentar las consecuencias.
Podrán llamarme exagerada, inmadura, cobarde y de mil otras formas para criticarme por las decisiones que he tomado, pero me importa muy poco en este momento. Me importa mucho más mi estabilidad emocional y mental que los chismes que puedan llegar a inventar.
― ¿Ya terminaste de mirar a la nada?― me sobresalto cuando escucho el susurro muy cerca de mi oreja.
― ¿Por qué tardaste tanto?
― Fui a conseguir un cambio de ropa, no quería venir al aeropuerto usando el vestido de dama de honor.
― Conseguí que nos cambien de vuelo. Saldrá en cuarenta minutos― estoy por morderme las uñas de nuevo pero me contengo― ¿Crees que estoy haciendo mal las cosas?
― ¿Tú crees que las estás haciendo mal?― enarca ambas cejas.
― No lo sé.
― Si tú no lo sabes, yo mucho menos― suspira y luego toma mis manos―. Deja de preocuparte por lo que pasará más adelante, estamos haciendo esto para que te relajes y tengas tiempo de olvidar todo por un rato. Mejor empieza a preocuparte cuando ya estemos volviendo, mientras tanto solo disfruta.
― ¿Te he dicho que te amo?
― Escucharlo una vez mas no hace daño.
― Te amo, Jess.
― Lo sé― da media vuelta y agarra su maleta―. Quiero un café, ¿me acompañas?
― Me vendría bien para la resaca― empieza a picarme una vez más el área de las costillas pero evito rascarme porque ya lo hice antes y solo conseguí reemplazar la picazón por ardor.
(...)
Me pasé durmiendo la mayor parte del vuelo, contario a Jessica, que estuvo leyendo un libro durante cuatro horas y llorando la hora que restaba del vuelo por la muerte de la protagonista.
― Estaba pensando…― dice Jessica mientras vamos camino al hotel en un taxi― ¿Por qué escogieron Nueva York?
― Cosa de Edwin― casi me muerdo la lengua al decir su nombre―. Dijo que tenía unos asuntos de negocios aquí y aprovecharía parte del viaje para resolverlos.
― ¿En su luna de miel?
― Por lo que escuchamos, el habría preferido pasársela en una oficina que estar conmigo― me encojo de hombros―. Doy gracias al cielo por no haber llegado a eso.
― ¿Vas a hablar con él cuando regresemos?
― No es que haya mucho para decir, pero en algún momento tengo que hablar con él. Tengo mucho rencor hacia ellos y quiero sacarlo así sea gritándoles.
― Señoritas, ya llegamos― el taxista se baja para abrir la cajuela y sacar nuestras maletas.
Frente a nosotros se encuentra el increíble Paradise Hotel, un lujoso edificio de por lo menos quince pisos que pertenece a la cadena de hoteles de la familia Blake. Todo en este lugar grita dinero, razón por la cual Edwin lo eligió para nuestra luna de miel.
Antes pasaba por alto el que Edwin siempre estuviese presumiendo de manera no tan sutil su dinero, no lo veía como algo que importara mucho porque él podía hacer lo que quería, a fin de cuentas, era suyo. Pero si en este momento me pongo a analizar su comportamiento me doy cuenta de que para él eso era todo lo que importaba, siempre sacaba el tema del dinero de alguna manera. Sin darme cuenta él me estaba mostrando lo codicioso que era.
― ¿Qué quieres hacer primero?
― Tomar un baño y fusionarme con la cama.
― Dormiste durante todo el vuelo, no me digas que vas a encerrarte en el cuarto estas tres semanas― se cruza de brazos.
― Solo por hoy, me siento cansada― más mental que físicamente.
― Vamos por la llave para que puedas volver a dormir, pero te advierto que durante el tiempo que estemos aquí solo iras de visita a la habitación, porque planeo arrastrarte y disfrutar de estas vacaciones.
― Como digas― me acaricio debajo de mi pecho izquierdo y Jessica clava su vista en esa zona así que bajo la mano con rapidez.
― ¿Qué tienes ahí? Llevas rascándote un buen rato.
― Nada, camina.
Tres semanas después...
Podría decir que ya conozco la ciudad de Nueva York como la palma de mi mano, aunque estaría mintiendo. Quitando el hecho de que tres semanas no es tiempo suficiente para llegar a conocer una ciudad tan grande como esta, no es que yo haya recorrido muchos lugares, simplemente me la pasaba volviendo a los lugares que me gustaron y conocimos en nuestros primeros recorridos.
Quien no ha estado quieta es Jessica, se la pasó de un lado para el otro durante todos los días que estuvimos aquí. Hasta podría hacer de guía de turistas si así lo quiere. Se nota de lejos quien lo ha pasado mejor en este viaje, yo me divertí bastante pero no puedo competir con la emoción que muestra mi amiga.
― ¡Ya estoy aquí!― grita entrando a la habitación, aunque no haga falta porque con el portazo que dio es imposible que no la haya escuchado.
― ¿Tienes listas tus maletas?― pregunto mientras busco algo que llame mi atención en el televisor.
― Las haré esta noche― se tira junto a mí en la cama―. No puedo creer que nos vamos mañana― volteo hacia ella y la encuentro con los ojos clavados en el techo―. En todo este tiempo no extrañé ni un poco mi casa, me encantaría quedarme más días.
― Ya sé por dónde va esto― ruedo los ojos y vuelvo a clavar mi mirada en el televisor.
― Por favor― se pone de rodillas y junta sus manos―, quedémonos unos días más.
― Mi celular está a un mensaje de explotar, todos me han estado bombardeando con mensajes y llamadas desde que llegamos, el único que esta medio tranquilo es mi papá, solo he hablado con él.
― ¿Los traidores siguen llamando?
― Edwin insiste en que no sabe de lo que hablo y que le responda para que podamos arreglar nuestra situación― suelto una risa carente de humor―. Como si yo fuese a perdonarle su infidelidad.
Hay un momento de silencio mientras simplemente nos quedamos mirando el techo, por un segundo de verdad considero la idea de quedarnos más tiempo porque aún no me siento lista para volver, sé que en cuanto pongamos un pie en la ciudad, muchas personas se me echaran encima pidiendo explicaciones.
― ¿Ya te sientes mejor?― miro a Jessica confundida por su repentina pregunta, no sé a lo que se refiere―. Tu estómago, cuando me fui tenías nauseas.
― Ah, sí. Ya me siento mejor, creo que el sushi de anoche me cayó mal.
― ¿Y el mareo que tuviste la otra noche también fue a causa del sushi?― levanta una ceja.
― ¿Qué estas insinuando?― me incorporo hasta quedar sentada.
― Solo digo que puede ser otra cosa, podrías estar enferma o…― deja la oración a medias y se levanta caminado en dirección a su bolso y se pone a rebuscar en él.
― ¿O...?― ahora yo también me levanto―. Vamos, termina lo que ibas a decir.
―…embarazada― suelta en medio de un suspiro y yo me quedo mirándola sin mover un músculo.
― Creo que perdiste la cabeza― niego en su dirección y vuelvo a sentarme en la cama.
― Es una posibilidad que te has negado a aceptar pero sabes muy bien que hay muchas probabilidades de que sea cierta, y por eso…― de repente se acerca a mí con cuatro cajitas que saca de su bolso, cuando las acerca a mi rostro me doy cuenta de que son pruebas de embarazo.
― Jess, no creo que...
― Tu periodo debió llegar hace una semana, llevas tres días con mareos y aunque lo niegues, sé que ayer estuviste vomitando todo el día. Limpiaste el baño pero olvidaste la toalla que usaste.
― No estoy embarazada― digo totalmente en desacuerdo con la idea.
― Eso no lo sabes, pero para salir de dudas compré éstas― sacude las pruebas― de camino― me quedo callada y lo único que hago es cruzar mis brazos―. No te las hagas ahora si no quieres, pero no será muy divertido verte vomitar todo el vuelo de regreso porque "a tu estómago no le cae bien el sushi".
Veo como arroja las cajitas a la cama y luego ella se deja caer en el sofá mientras finge concentrarse en el televisor. Un poco molesta por ceder, tomo las cuatro pruebas y entro al baño cerrando la puerta algo más fuerte de lo que pretendía.
― Embarazada tu abuela― me siento en el borde de la tina mientras leo las instrucciones y luego procedo a hacérmelas―. Es una suerte que tenga ganas de hacer pipí.
Salgo del baño mientras espero los resultados y me encuentro con la expresión de victoria de la castaña, decido ignorarla y tomar una botella de agua. Nos mantenemos en silencio mientras los minutos van pasando y creo que ya han pasado más de diez cuando por fin Jessica decide romper el silencio.
― ¿No vas a ver los resultados?― no digo nada porque de repente el miedo me invade.
Me he estado rehusando a pensar en esta posibilidad y ahora que puedo salir de dudas tengo miedo, no estoy muy segura de cómo voy a reaccionar si las pruebas no salen como quiero.
― No quiero― hay un leve temblor en mi voz y Jessica debe notarlo porque me da una sonrisa pequeña y habla con voz suave.
― ¿Quieres que yo los vea?
― Por favor.
Desaparece por la puerta del baño y yo estoy que me muerdo las uñas porque los segundos que pasa ahí adentro se me hacen eternos. Cuando por fin sale, trato de leer algo en su expresión que me dé una señal de lo que decían pero no lo logro, ella mantiene una expresión neutra y yo me estoy desesperando porque no habla.
― Habla ya, Jess. Los nervios me están matando.
― No estoy segura de que resultado esperabas pero…― respira profundo y me mira directamente a los ojos― tres dieron positivo.
― Es broma, ¿verdad?― me sale una risita nerviosa―. Estás bromeando.
― No, Sky. Las dos sabíamos que era lo más probable. Estás embarazada.
Mi labio inferior comienza a temblar y lo muerdo para evitarlo pero la vista se me nubla haciendo evidente que estoy a punto de llorar. Jessica se da cuenta y se acerca para abrazarme cuando me dejo caer en el sofá. Un sollozo se me escapa y al parecer es todo lo que necesitaba para perder el control y empezar a llorar con fuerzas.
Dejo ir el control que he estado manteniendo estas tres semanas y mi cuerpo empieza a sacudirse a medida que respiro de manera entrecortada. Este hecho me supera y hace que las emociones que me he esforzado por mantener a raya se desborden.
No solo lloro por el resultado de las pruebas, lloro por todo lo que me ha pasado este último mes, estoy dejando salir todas esas emociones que he estado guardando, ya no puedo retenerlas. En cierta forma se siente liberador llorar pero me enfada que una de las razones de mi llanto sean esas dos personas que me han lastimado.
Sus actos me duelen más de lo que quiero aceptar pero ya estoy cansada de hacerme la fuerte, me trague mis lágrimas y encerré mis emociones durante tanto tiempo que desahogarme tomará varias horas pero Jessica parece muy dispuesta a sostenerme durante todo el proceso.
― Sácalo todo― susurra y volteo a verla, las lágrimas también corren por sus mejillas.
― Tengo miedo.
― Yo estaré apoyándote en todo lo que decidas.
― Tengo miedo― repito y vuelvo a llorar.
(...)
Decir que me siento aterrada es poco, estoy a un instante de sufrir un colapso. Luego de pasar horas acurrucada y llorando con Jessica en el sofá, me duché y caí rendida en la cama. Al despertar lo primero que hice fue hablar con Jessica y quedamos en que mientras no decida qué hacer con respecto a mi embarazo nos quedaríamos aquí. Es obvio que esto afectaría nuestras clases en la universidad pero decidimos pensar en eso luego, ya perdimos varias semanas, unas cuantas mas no harán la diferencia.
Tengo una decisión importante que tomar y estoy hecha un manojo de nervios. Jamás imaginé que me encontraría en esta situación, yo tenía toda una vida planeada y ahora no tengo ni la más mínima idea de lo que me espera.
Estoy embarazada a mis 20 años, ni siquiera sé quién es el padre y mucho menos como encontrarlo, lo único que sé de dicho sujeto es que se llama Tyler, y eso es gracias al tatuaje que me quedó como recuerdo de aquella noche.
He intentado hasta el cansancio recordar algo relevante de aquella noche en la que todo se salió de control, pero solo tengo fragmentos de nuestras conversaciones, que eran sobre nuestras desgracias, y eso no me dice nada de cómo encontrar al hombre. Tampoco estoy muy segura de sí quiero encontrarlo o no; no sé la clase de persona que es o si le importará que yo esté esperando un hijo suyo. Ni siquiera he decidido si tendré a dicho bebé o no.
Estoy dividida entre dos opciones: abortar en este mismo momento o tener a este bebé y criarlo como madre soltera. Darlo en adopción está totalmente descartado. Es una opción que rechazo totalmente porque si lo hago estaré pensando constantemente en cómo se encuentra y no podré vivir tranquila con ese hecho.
Si elijo la primera opción no puedo estar segura de no arrepentirme luego y si elijo la segunda hay muchos factores que debo considerar. Primeramente tendría que decírselo a mi familia, no puedo decir cómo van a tomar la noticia. Si ellos se niegan a ayudarme tendría que buscar un trabajo para poder mantenerme y sé que no tener el apoyo de mis padres me afectaría demasiado a nivel emocional. El cómo se lo tomaran las personas de nuestro círculo social me tiene sin cuidado por el momento.
También me aterra la idea de no ser una buena madre, jamás he tratado con niños de forma directa, no tengo hermanos y todos mis primos me superan en edad.
Mientras más le doy vueltas al asunto me pongo más nerviosa y el miedo se incrementa.
Lo único bueno que le encuentro a la situación es que tengo a mi amiga que declaró me apoyaría en lo que sea que decida. Pese a que mi confianza en las personas se vio reducida debido a acontecimientos ya mencionados he decidido tener fe en Jessica. Ella ha estado dándome su apoyo y ayuda durante todo este tiempo tan difícil para mí y se merece un voto de confianza. Solo ruego no estar equivocándome una vez más.Capítulo dedicado a fiodoschulz
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Mi destino eres tú
Roman d'amourSkylar está a punto de casarse con el hombre de sus sueños, o al menos eso es lo que ella creía, porque justo la noche antes de su boda, descubre que su prometido y la que se suponía era su mejor amiga la habían estado engañando durante mucho tiempo...