Capítulo I: El comienzo

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Joseph.

Dicen que los errores son fáciles de cometer pero difíciles de perdonar. Bueno pues espero y Kelly se perdone por ser una de mis muchas apuestas, porque justamente acabo de terminarla, y eso significa nueva apuesta. ¿Dónde esta el idiota de Diego?.

— Estúpido imbécil, estoy sorprendido de que lo conseguiste, pero una apuesta es una apuesta, ten lo acordado. — Dice llegando, la cantidad es generosa, Me pregunto ¿Con qué me sorprenderá esta vez?

— Bien ¿Cuál es mi nueva misión? Sabes que puedo con lo que sea —Pregunto muy victorioso y le sale una sonrisa de arrogancia, eso significa una gran apuesta.

—Meredith García—Me asombra sus palabras porque esa chica es difícil o eso es lo que he escuchado, nadie nunca ha logrado acercarse a ella, hasta ahora.

— ¿De cuánto hablamos?—Quiero ver que valga la pena el tiempo que voy a invertir.

— Te pagaré el doble, ¿Aceptas?— Se me hace muy poco con una chica como ella.

— Quiero el triple— No tan convencido cedió— ¿Cuánto tiempo me das?

— Tomando en cuanta que es una chica un tanto difícil, te doy un año, pero sé que no aguantarás, así que $10,000 ya son míos.—Idiota pienso.

— Verás que en menos de un año la tendré, ¿Qué tan difícil puede ser?— Diego se ríe, es un estúpido al que le quitaré mucho dinero, siempre termina perdiendo porque yo soy un hombre irresistible. En eso llega Nick, mi mejor amigo desde la infancia, que para nada le cae bien a Diego por eso se aleja de nosotros.

— ¿Quién es tu próxima víctima?— Pregunta Nicolás nada impresionado, ahorita estoy seguro de que vendrá un largo sermón de su parte.

— Meredith García — Me fulmina con la mirada mientras niega con la cabeza.

— ¿Estas imbécil o qué? ¿Cómo una chica cómo ella? — Aquí vamos otra vez — ¿Sabes qué? esta vez no te voy a decir nada, sé que llegará la chica que se gane tu corazón y la perderás por estupideces como estás.— Dice exaltado, a pesar de todo sigue siendo mi amigo.

— Ni al cazó tu comentario, no tiene caso enamorarse a final terminas sufriendo, ¿o caso tu estas con la chica que amas?.

— Ella no esta aquí y lo sabes.— No puedo creer que siga enamorado de la misma chica desde la infancia y más conociéndola, era insoportable.

— ¿Lo ves? No tiene caso enamorarse, estas enamorado de la misma chica que tiene más de cinco años que no ves, en cambio ves todos lo días a su gemela que no te agrada, pero su hermana sabes que es peor que ella.

— Por favor en primer lugar Madison es...bueno... Ella me agrada pero en parte tiene una vida un tanto complicada, pero tal vez necesite entablar más conversación con Madie, en segundo, tu no conoces como es Alison, ella es diferente de lo que mostraba, en eso consiste el amor, de ver más haya de una simple apariencia, pero, no quiero seguir discutiendo, y en tercer lugar, Meredith no creo que caiga o al menos tan fácil, recuerda en el amor siempre uno es el que cae, ¿Cómo sabrás que esta vez no te toca caer?— Suena el timbre y se va a su clase como yo a la mía, ridículo todo o que me dijo .

¿Amor? Que tontería, jamás sentiré eso, como siempre la que va a caer es la chica...

Meredith García, todo un reto y lo acepto.

[...]

Ya ha pasado el receso y puedo observar a Meredith por los pasillos, sacando los libros de su casillero, es una chica muy hermosa, tengo que aceptar. Su cabello negro, largo y lacio a la cintura, su flequillo recto hace que sus ojos verdes esmeralda llamen la atención, son muy grandes y brillantes. Sus labios carmesí donde su labio superior es remarcado en forma de corazón, que dejan mostrar una bella sonrisa con dientes blancos perfectos y su piel blanca, fina y suave que desde luego a de ser una maravilla acariciar, o eso se puede notar; al menos se apreciar el buen físico de una mujer. Y está mujer parece que fue hecha por los mismos dioses, incluso es más hermosa que la mismísima Afrodita.

Todo Por Un Maldito ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora