Capítulo III

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Se despertó por el sonido de su alarma, había olvidado desactivarla ese fin de semana; soñoliento alcanzó el celular que estaba sobre la mesita de noche a un lado de su cama y la apagó, lastimosamente una vez levantado el joven rubio no podía volver a dormir por más que el ambiente sea oscuro en esa amplia y cómoda habitación.

Por una de las finas cortinas unos rayos de luz se filtraban, se acomodó en su cama y sólo pudo observar el techo, mientras pensaba en muchas cosas, se sentía ansioso, quizá por la renuncia del señor Jeon, o por la curiosidad de conocer al chico que lo cuidaría, si este sería alguien de confianza y de su agrado igual que su padre, o tal vez su ansiedad se debía a que antes de dormir, por enésima vez habló con su padre sobre ya no necesitar protección de nadie, que no le pasaría nada, pero su padre se negó rotundamente, como siempre.

A veces solo quería tener libertades como los jóvenes de su edad, salir a bailar o pasear y volver a la hora que desee pero siempre alguien estaba detrás de él, ser el hijo único de alguien con mucho dinero no era fácil, según su padre había gente que quería hacerles daño, aunque creía exagerado esos pensamientos.

El señor Park siempre le decía que tenía que cuidarlo y protegerlo de todo mal, por eso lo dejaba a cargo de sus hombres, especialmente el señor Jeon, cuando viajaba por semanas e incluso un par de meses.

No sabía exactamente en qué clases de negocios estaba su padre, según lo que le había dicho alguna vez; inversión en la bolsa, bienes raíces y otros, nunca fue un tema que hablaran abiertamente, pero Jimin confiaba en él ciegamente.

Se removió en la cama tratando de no pensar en cosas que lo ponían mal, se estiró sobre las suaves sábanas y cogió el celular, pensó que mejor sería hablar con su mejor amigo, probablemente aún estuviera dormido pero no le importaba, quizá se enojaba un momento con él pero se le pasaría, marcó rápidamente y esperó hasta que contestaron al otro lado de la línea.

Mmm… Dimeee — dijo su mejor amigo con voz adormilada, lo escuchó dar un gran bostezo y continuó, 
¿P-pasó algo? — Jimin sonrió al escuchar la preocupación de su amigo, se conocían tantos años y siempre se cuidaban mutuamente.

— No pasa nada bobo, ¿No puedo llamarte temprano?, agradece que fui yo el que te levantó, sabes cuántas personas quisieran que lo primero en escuchar al despertar sea mi voz — ambos chicos comenzaron a reír.

Cierto, soy taaan afortunado — contestó el joven omega con sorna, 
Ahora sí, dime ¿Pasó algo? — lo escuchó preguntar con tono serio, Jimin suspiró profundamente antes de hablar.

— Estuve un poco ansioso anoche y hoy desperté igual… hablé con mi papá sobre lo de siempre y ya sabes, la respuesta fue la misma — contó el rubio con cierta tristeza y continuó,

— Tae envidio tu libertad y el que seas tan osado en hacer lo que quieras sin que nadie te esté vigilando o estén esperando por ti en la puerta de cada lugar como si fueras un niño — confesó Jimin sabiendo lo vergonzoso que sería hacerlo en persona.

Jiminnie, yo te he dicho primero que envidio todo lo que tienes y eso no es broma, aparte de eso, sabes cómo quisiera que uno de esos grandes alfas que trabajan para tu padre, excepto los viejos, estén detrás de mí.

Jimin empezó a reír con lo que dijo Taehyung, siempre cambiaba su humor con sus ocurrencias, así eran ellos.

Volviendo al tema, seguiremos escapándonos cuando podamos, tu padre confía en mí, sacaré provecho de eso por ti ¿Está bien?, además le pediremos permiso al señor Jeon, él es flexible con nosotros.

🔹Verdades Ocultas🔹Omegaverse - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora