Capítulo VIII

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El fin de semana había llegado y el joven rubio caminaba dentro de su habitación de lado a lado, mientras mordía su labio inferior, con los brazos cruzados sobre su pecho, estaba vestido con una pijama de seda roja, sí amaba esa tela; cada vez los fines de semana llegaban sus outfits eran muchos conjuntos de dormir de diferentes colores.

Ni el fondo musical con Sam Smith lo calmaba, Jimin después de la charla del día anterior con su amigo además de los últimos acontecimientos, había despertado decidido a hacer lo que sea para llamar la atención del pelinegro.

Si este lo evitaba cuando le hablaba entonces hablar no era la solución, actuar lo era.

El rubio bajó las escaleras, después de tanto pensar y no se le ocurrió mucho que poder hacer para molestar al alfa dentro de la casa, así que "pediría ayuda", él era lo suficientemente capaz y orgulloso para realizar sus cosas por sí solo pero quería jugar un poco con el pelinegro.

Llegó a su estudio privado, una habitación muy amplia con muchos estantes llenos de libros de tapas viejas y otras tan nuevas como si recién las hubieran comprado, un escritorio de madera, muebles de diseño alrededor y una gran alfombra al medio de esta.

Llamó al alfa desde el pasillo, sabía que el pelinegro estaría en la primera planta ya que normalmente paraba en su habitación cuando él estaba en la suya; corrió hacia uno de los estantes , acomodó sus ropas rápidamente y se colocó en una posición ya practicada. 

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Jungkook se dirigía hacia el estudio porque fue llamado por el rubio, solo conocía el exterior de esa habitación ya que nunca había entrado; al llegar empujó un poco la puerta y esta dio un chirrido al abrirse, se sorprendió con la imagen que lo recibió.

La luz que entraba por una de los ventanales, daba directamente sobre el cuerpo de Jimin quien estaba parado sobre un pequeño mueble de madera mientras tenía ambos brazos alzados queriendo sacar un libro de la última repisa. Sin darse cuenta desvío su vista al espacio de piel expuesta en las caderas del rubio, su blanquecina piel brillante por los rayos de luz y como la tela tan fina caía suavemente sobre su cuerpo, resaltando muy bien los innegables atributos que tenía el joven Park.

— Joven Jeon,¿Me puedes ayudar? — el pelinegro velozmente subió la vista hacia el rostro iluminado del rubio y ese gesto que no había visto hasta ahora, estaba con la cabeza ladeada y sus ojitos celestes con aparente inocencia, 

— Es que… no soy tan alto — indicó Jimin mientras se estiraba lo más que podía, eso hizo que su camisa se levantara y exponga más de su piel para luego empezar a rebotar en su propio lugar tratando de alcanzar el libro.

El pelinegro no pensó ser atacado de esa manera, quizá a diario podía esfumar las ideas que se le venían a la cabeza pero en ese momento era imposible no aceptar que lo que vio le gustó y mucho, definitivamente no negaría lo evidente, estaba atraído por Jimin, le gustaba. 

Sabía que era imposible ceder a lo que sentía cada día desde que lo vio, pensó en un instante en Jin y Nayeon, pero era consciente de que era una situación muy distinta, no había comparación.

Jungkook se calmó lo más que pudo e internamente agradecía tener un gran control de sí mismo y no mostrar por fuera lo que sinceramente sentía por dentro, se acercó rápidamente al rubio, subió un pie en el banquito donde este estaba parado, bajo la mirada al rostro del chico más bajo, este elevó un poco el rostro y sus ojos se encontraron, estaban muy cerca, nunca habían estado tan cerca, «peligro» le decía su mente, pero algo más dentro de él estaba disfrutando este acercamiento.

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— L-la de tapa verde — había tratado de decirlo sin titubear pero tener tan cerca inesperadamente al alfa y la mirada tan intensa que recibía, hizo que el control que creía tener de la situación se le vaya de las manos.

🔹Verdades Ocultas🔹Omegaverse - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora