Capítulo XII

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Su padre había llegado esa misma noche, el rubio fue a su encuentro justo después de haber terminado la larga conversación que tuvo con su mejor amigo contándole todos los detalles sobre su gran avance con el alfa.

Como siempre su padre le trajo unos regalos compensando esas tres semanas de ausencia, a Jimin le encantaban pero no eran necesarios, el rubio lo extrañaba mucho pero sabía que gracias a su trabajo podía vivir como un príncipe, las llamadas diarias que recibía de su padre disminuían la tristeza que a veces sentía ya que todos los lujos y el dinero que podía tener no compraba la compañía de alguien, había momentos en el que se sentía tan solo y más aún al recordar a su madre ya que lo único que tenía de ella era solo unas cuantas fotos, ni siquiera tuvo recuerdos junto a ella.

Pero todo estos sentimientos que llegaban frecuentemente a él, hace unas semanas no las había sentido o quizás sí pero de forma inconsciente las dejaba pasar todo por estar entretenido con cierto pelinegro, hace tanto tiempo no se sentia asi.

El fin de semana pasó tranquilamente, Jimin no pudo ver al alfa ese par de días ya que estuvo pasando el tiempo ayudando a su padre, pero agradecía eso ya que pudo pensar mejor y aclarar su mente.

Y la misma rutina empezó esa semana, Park Young Soo nuevamente viajó en la madrugada del lunes y no volvería hasta dentro de dos semanas, después de despedirse de su padre Jimin estaba triste pero al mismo tiempo estaba feliz, ya que esa semana era la fiesta que tanto había esperado, sabía de la fama de las fiestas de los Min, tenían previas y after party por lo que el viernes se tornaría salvaje.

La mañana del lunes amaneció con un gran cambio de temperatura, indicando que el invierno ya había llegado, pero no solo eso fue lo diferente, ya que el día transcurrió muy distinto a otros, hasta la nana del rubio se dio cuenta del gran cambio de actitud entre los dos jóvenes, desayunaron juntos y no como días atrás en el que el alfa madrugaba para alimentarse antes que el rubio, también notó a “su niño” como llamaba de cariño a Jimin, más entusiasta que de costumbre, toda su aura era de felicidad.

Los tantos años de vida que tenía le daba experiencia para percatarse de algunas cosas que otros dejaban pasar por ejemplo ahora al ver a ambos chicos que no conversaban pero las miradas fugaces que el pelinegro le daba al chico de ojos celestes cuando este comía o simplemente sorbía de su vaso y sucedia lo mismo con el rubio que veía disimuladamente al pelinegro cuando se distraía viendo su comida o algún otro lado, confirmaban sus sospechas de que algo había pasado ahí, algo bueno definitivamente.

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Jungkook ya se encontraba en el auto, esperando que el rubio traiga sus pertenencias, tenía que admitir que estaba nervioso ya que todo era diferente ahora, eran amigos, quería mostrarse más abierto a él por eso haría caso a las sabias palabras que le dijo su madre hace un par de días atrás.

"El alfa estaba un poco ansioso, él podía controlar sus emociones pero de vez en cuando contarle a alguien sus problemas ayudaba y quien mejor que su madre, ella siempre lo escuchaba silenciosamente y preguntaba solo de ser necesario eso lo agradecia, cogió su celular y la llamó.

— Mi cielo ¿Qué pasó?¿Cómo va todo en la unidad? — preguntó su madre siempre preocupada.

— Hola mamá, todo va bien por acá ya sabes mucho papeleo ¿Tú como estas?.

— Bien hijo, tu padre no sabe qué más hacer y está remodelando toda la casa — dijo soltando una risa — Y tu hermana últimamente está muy entusiasmada con su pequeño negocio, sale muy seguido a la ciudad, al otro lado de donde estás tú — «diablos, si supiera que estoy en ese lado de la ciudad, espero no encontrarme con Mi Suk».
— Pero cuéntame, ¿Qué pasó? — preguntó su madre sacando de sus pensamientos al alfa.

🔹Verdades Ocultas🔹Omegaverse - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora