~• La Leona •~ (Primera Temporada) -COMPLETA-

THIRTY (1/10)

El tono de llamada comenzó a sonar junto al vibrador, con rapidez los largos dedos de la pelinegra tomaron el aparato y observaron el nombre del usuario.

Suspiro dejando salir todo la tensión retenida y con su dedo pulgar pulso el botón verde manzana para contestar la llamada.

—Hola papá.— Un bostezo se escucho del otro lado de la línea.

—Hija, ¿como estas? ¿Paso algo? Recibí tus llamadas pero no logré contestar.— Una pequeña sonrisa se formo en el rostro de la chica.

—Necesito hablar de algo contigo.— Sus ojos se desviaron unos segundos hacia el bulto de sábanas que estaba detrás de ella.

—Claro hija, dime que pasa.— Pudo escuchar como su padre bajaba las escaleras con pesadez debido al sueño.

—Solo puedo decirte algunas cosas. Escucha con atención.— Un sonido de afirmación se escucho del hombre. —Margaret Estevuart, nos está atacando.— El señor Johnson empezó a toser al haberse ahogado con el agua.

—¿¡Margaret Estevuart!?— T/N dio un pequeño salto ante el tono exaltado de su padre.

—Si papá. Margaret Estevuart.— El hombre pasó una de sus manos por la frente. —El último ataque fue hace unas cuantas semanas atrás, intento secuestrar a mis amigos y a la madre de uno.— Apagó la lámpara que reposaba en la mesa de noche al ver como su novio se removía y escondía su rostro en la almohada por la molesta luz artificial que chocaba en su rostro.

—¿Donde estas ahora hija? ¿Tus amigos están bien?— El señor Johnson se sentó en el sofá de la sala y espero respuesta.

—Ellos están bien, algo asustados pero bien. Ahora estamos en la granja de la familia de uno de mis amigos. Siempre hacemos rastrillajes por los alrededores para estar seguros.— Explico la chica acariciando su propio cuello.

—Me parece bien. Nunca se sabe que puede llegar a hacer esa mujer.— T/N asintió aún sabiendo que su padre no la podía ver.

—Estaré viajando para allí en unos dos o tres días. Y te contaré todo lo que pasó en estos meses.— Escucho como su padre afirmaba nuevamente.

—Te estaré esperando hija.—

—Esta bien papá. Descansa, te quiero.— Se levantó de el borde de la cama y se acercó a la mesa de noche.

—También te quiero, pequeña. Cuidate. Buenas noches.— La llamada finalizó y T/N apago el aparato para dejarlo cargar.

Apoyo sus manos sobre la superficie de madera y suspiro. No quería que su padre estuviera en peligro a esta edad, pero ya no tenía más opciones para librarse de Estevuart.
Sus amigos estaban asustados, ella estaba asustada, su novio estaba asustado.
Ella quería que sus amigos estuvieran a salvo que volvieran a tener esa vida tranquila.
Quería poder disfrutar de una cita con su novio, quería tenerlo junto a ella, quería tener unos hermosos pequeños junto a JungKook sin tener que ver esa mirada asustada.

—¿Mi cielo?— JungKook observó un destello rojo en el rostro de T/N, ella no se había movido de su lugar.

El pelinegro sabía que T/N estaba queriendo controlarse, luego de aquel día en la carretera, la chica le había confesado que estaba aterrada, tenía miedo de no poder controlar esa parte salvaje y que pueda dañarlos.