THIRTY-NINE (10/10)

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-T/N... Ámame..- Esas palabras viajaron con el viento en un leve susurró, creando una perfecta armonía.

La luna estaba en su punto más alto esa noche, iluminando triunfante y presumida todo rincón oscuro con su hermoso brillo. Los leves sonidos de la naturaleza acompañaban los suaves chasquidos que ambos belfos generaban al soltarse.
Torpemente caminaron hasta la cama decorada por sábanas blancas, que fueron alejadas hacia un extremo del colchón cuando ambos cuerpos se recostaron sobre el, sin dejar de besarse.

Separaron sus labios una vez más, sus ojos fijos en los del otro, la pelinegra se deshizo lentamente de su camiseta, tomando esta de los bordes para pasarla por su encima de su cabeza, dejando su torso formado descubierto.
Sus brazos pasaron por la cintura de JungKook hasta quedar bajo su espalda, volvió a tomar esos labios rojizos entre los suyos, saboreando el exquisito bálsamo de frambuesa que quedaba aún en ellos.
Jeon cerró sus ojos dejándose llevar por el amor y la tranquilidad que le transmitían esos labios y el ambiente.
Sus manos acariciaron el cuello ajeno hasta llegar a su nuca, acariciándola con lentitud.

T/N bajo sus besos lentamente por la mandíbula, hasta llegar a su cuello y besarlo lentamente. El peliblanco movió su rostro hacia un lado para que su pareja tenga mejor acceso a esa zona. Un bajo gemido abandonó sus labios al sentir como una pequeña porción de piel de su unión de cuello y hombro, fue absorbida de más dejando probablemente una marca.

Sus finas manos volvieron a moverse hasta los hombros de T/N, levantándose ambos en el colchón, JungKook quedó sentado a horcajadas sobre las piernas de su pareja, lentamente se deshizo de su camiseta, los azulados ojos frente a él observaban su desnudez profundamente.
Los besos retomaron su curso, volviendo a atacar el pálido cuello de Jeon recostándolo en la cama. El menor se deshacía en suspiros sintiendo cada parte de su torso ser besada suavemente.

-Te lo preguntaré una vez más, bebé. ¿Quieres continuar?- El de cabello blanco observó los profundos ojos de su pareja. El menor sonrió mostrando apenas sus dientes y asintió decidido.

-Quiero continuar. Quiero que seamos uno.- La yema de sus dedos recorrió desde el pecho hasta el abdomen bien formado de su pareja.
La mayor tomo la mano que tocaba su cuerpo y beso el dorso.

-Lo haré suave. Te demostraré cuanto te amo y cuánto te admiro. Te haré el amor.- Sin decir alguna otra palabra, entrelazó sus manos y las llevó a los costados de la cabeza de JungKook.

No había nadie más a su alrededor, solamente ellos, mostrando su amor. Un amor que fue escrito por la misma luna, entrelazado por el destino y flechado por Cupido, un amor de hace siglos, dos almas que se crearon para estar juntas siempre.
Dos personas que nacieron para amarse, ellos mismos y mutuamente.

Gobernantes de un pueblo en el pasado. Gobernantes de sus corazones en el presente. El vínculo, el amor de estas almas era tan fuerte, que el que quisiera romperlo sólo se dañaría a si mismo.
Muchos dicen que el amor de verdad no existe, esas personas que lo dicen es porque no amaron cuando lo sintieron, amaron por necesidad.

Un gemido doloroso y placentero resonó en la garganta del peliblanco cuando la virilidad de su pareja se abrió paso lenta y suavemente en su interior, llevándolo al cielo y al mismo tiempo al infierno.
Con necesidad, buscaron los labios del otro, cuando se encontraron se besaron con pasión, sus mejillas estaban teñidas de un rojo carmesí.

~• La Leona •~ (Primera Temporada) -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora