Despertar siendo un híbrido.
Saber que tus amigos están en peligro.
Que te dan por muerta.
Que tendrás que luchar para tenerlos a tu lado.
Que tendrás miles de dudas en tu cabeza.
¿Quieres saber?
Te invito a leer esta historia, de drama, acción, amo...
Decir que me estaba comiendo las uñas de los nervios y de la ansiedad sería muy poco, literalmente me carcomía por dentro. Luego de acompañar a Jackson a su casa hablando durante el camino y tomar más confianza, arreglamos que nos encontraríamos en el puente del río Han a las doce de la noche.
Félix y yo volvimos al departamento para prepararnos, guarde toda la información que había sacado los últimos días de las posibles personas que estuvieran en contacto con Margaret en los últimos días.
También hablé con la hija del dueño del pequeño pero acogedor hotel para preguntarle si podría cuidar YeonTan, ella aceptó con mucho gusto y le di las cosas YeonTan para que lo pudiera cuidar.
Félix y yo íbamos completamente cubiertos, al igual que vestidos de negro, la emboscada sería de noche y si era una fábrica abandonada como dijo Jackson, las sombras y la oscuridad nos ocultarían a la perfección.
Llegamos al puente del río Han y esperamos a Jackson. Puse mis codos en la barandilla y mire el caudaloso río iluminado por las miles de luces de la ciudad.
—¿Nerviosa, garita?— Félix copió mi acción y yo gruñi ante el desagradable apodo.
—Nerviosa no es la palabra, es..— Me quedé con las palabras en el aire para luego soltar un suspiro. —Son varias emociones.—El asintió mirando el agua y los edificios.
—Yo... Estoy algo asustado.—Lo mire de soslayo y pude ver ese sentimiento en sus oscuros ojos. —Tengo miedo de... Llegar y no verla ahí..— Un suspiro pesado fue suficiente para que que tomará su mano izquierda y la apretara suavemente.
—Ella te estará esperando Félix, cuando te vea ahí frente a ella... sonriera en grande...— El dio una débil sonrisa y me devolvió el apretón. —De lo que algo estoy segura, es que... la sangre que se derramará hoy, no será la nuestra ni de los nuestros.—Su sonrisa se ensanchó en grande y ambos volteamos al sentir el olor de Jackson.
—¿Ya están listos?— Pregunto una vez estuvo a un lado de nosotros.
—Guíanos..— Respondí y comenzamos a caminar hacia un coche de color gris muy bonito. Nos subimos y tomamos viaje al escondite de la rata.
Jackson iba vestido así:
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Félix iba así:
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