Por el cielo frente a mi...
prometo brindarte felicidad
Por la noche a mis espaldas...
prometo secar tus lagrimas
Por el filo de mi espada...
prometo proteger tu mas grande sueño...
tu libertad
Los personajes son pertenecientes a Eiichiro Oda.
...
La mañana llegaba y los planes estaban listos... aquella misma tarde iniciaría aquella guerra... aquellos gallardos hombres salían del gran salón con una horrenda sonrisa en sus rostros... sonrisa que fue compartida por los soldados bajo su mando... los minutos pasaban y aquel gran señor se pronunció... "una guerra se aproxima" fueron sus palabras... "preparad sus mejor armas y salid a combatir junto a mi" pronuncio con gran orgullo... cada uno de sus hombre grito con gallardía en señal de aceptación y sin más fueron a prepararse.
Todos se hallaban muy absortos en aquellos preparativos... todos menos un joven espadachín cuya mirada vacilaba de un lado a otro buscando una belleza que estaba prohibida... belleza que poco a poco se va adueñando de su interés... belleza que simplemente poco a poco le va robando su alma.
POV. ZORO
El sol poco a poco hace notar su presencia y la voz de mi señor se oye en lo alto... una guerra... es lo que pronuncia y seguido de esta una orden es dada... orden que acato sin discusión. Con rapidez preparo mis cosas y el pasos de aquellas mujeres capta mi atención... sus pasos presurosos no son normales... sin evitarlo dirijo mi mirada hacia ellas... pero algo es diferente... la compañía de aquella mujer no se haya... una incertidumbre se aloja en mi pecho... que es lo que pasa... lo desconozco... intento proseguir con lo mío... pero me es imposible... la falta de su presencia me consume... donde esta... no lo sé... busco discretamente su ser pero no la hayo... un sutil dolor se mece en mi alma y con desesperación intento aléjalo... esto no está bien... lo se... pero no puedo evitarlo.
Las horas trascurren y una vez más el llamado es pronunciado... la hora a llegado... con rapidez abandono el castillo y a paso seguro nos dirigimos a nuestro destino... poco a poco la noche se va asomando y el ataque inicia... los primeros golpes se dan... pero rápidamente tomamos el control... la guerra está a poco de terminar... pero una vez más aquella mirada en mi señor me indica lo contrario... lo se... lo sé muy bien... esta guerra no tiene sentido... atacar a un pueblo que se rinde antes del primer ataque es absurdo... pero no puedo hacer más... aunque desee no hacerlo... no tengo más opción que obedecerlo... después de todo le debo mi vida.
Aquellos gritos traen una vez más a mi mente los recuerdos de mi infancia... recuerdos de un pueblo en llamas y bandidos matando a todos sin compasión... recuerdos de mi padre protegiéndonos y de mi madre siendo ultrajada... recuerdos de duros golpes sobre mi... mientras me obligan a ver la muerte de mi padre y mi madre... recuerdos de la primera vez que tome una espada y mate a alguien... recuerdos de los días de hambre... y de mi lucha por sobrevivir después de aquella agonía... recuerdos de la primera vez que alguien me tendió una mano... recuerdos de como gracias a su compasión logre salir de aquel infierno... recuerdos de como jure lealtad aun a costa de mi vida por la suya... recuerdos que aun a día de hoy tengo presente... tan presente como este dolor que agobia mi espíritu... dolor que solo se acrecienta guerra con guerra... dolor que veo reflejado en la mirada de aquella hermosa mujer... mujer que el día de hoy ha permanecido oculta... mujer que poco a poco se va adueñando de mis pensamientos... mujer de la cual simplemente me tengo que olvidar.
La noche poco a poco se va y aquellos recuerdos se van desvaneciendo junto a esta... observo aquel pueblo una vez más y sin poder evitarlo un suave golpe se aloja en mi alma... cuantas veces ha pasado ya... cuantas veces he blandido mi espada en el nombre de aquel señor al cual le sirvo... cuantas veces he visto el filo de mi espada atravesar almas inocentes... almas que me pedían por un poco de compasión... almas que rogaban de rodillas por un perdón que no tenía cabida alguna... cuantas veces ha pasado ya desde la última vez que me sentí un humano... no lo sé... no sé cuándo fue la última vez que tomé una propia decisión.
POV. NARRADORA
Por lo alto de las montañas aquel sol se asomaba... y con su luz poco a poco desvelaba aquel cruel acto que presenció la noche... múltiples cuerpos yacían aun tirados a un lado de las cosechas mientras que múltiples almas juraban lealtad a un hombre que les había arrebato todo... deseaban negarse... pero no podían... el recuerdo de aquellos cuerpos a sus lados les recalcaba una vez más el por qué no podían negarse.
La sonrisa que portaba aquel terrateniente hasta el mismo demonio le temía... era horrenda sin duda... una sonrisa que crecía cada vez más al ver aquellos cuerpos que ante sus ojos solo eran una pobre basura que merecían tal castigo... sonrisa que se ilumino aún más cuando los pocos recursos de aquel lugar le fueron dados. Habían ganado... si... lo habían hecho... pero que sentido tenía ganar una guerra que estaba escrita... una guerra que no tenía ni pies ni cabeza... sin duda no tenía sentido alguno... pero aquello poco le importaba.
Poco a poco el sol se posaba en lo alto y al fin el palacio se hallaba frente a ellos... los gritos de alegría no se hicieron esperar... y aquellos soldados no hacían más que jactarse de aquella absurda masacre... un festín dio inicio y con rapidez todo en aquel palacio se llenó de alegría... una alegría que no era compartida por dos seres en aquel lugar... una alegría que era borrada lagrima a lagrima en los fríos suelos de aquel calabazo... mientras por otro lado era borradas al compás del filo de una espada.
POV. ROBIN
Gritos de victoria se oyen a lo lejos y una vez más mis lagrimas vuelven a caer... todo ha terminado... aquella masacre al fin ha terminado... los gritos de alegría se escuchan cada vez más cerca y el ruido de aquella gran puerta siendo abierta me indica que han regresado... no deseo verlos... pero sé que no es posible... escucho a lo lejos sutiles susurros y a junto a estos presurosos pasos... intento no pensar en aquello pero el sonido de aquellos pasos acercándose me los impiden... observo con lentitud como aquella puerta es abierta y detrás de ella múltiples mujeres aparecen... una de ellas trae una larga túnica, mientras a su lado otra de ellas posee algunos vendajes... lo se... mi presencia en aquella horrenda celebración es necesaria... uno a uno mis pasos son guiados y sin oponer resistencia alguna me entrego a mi destino... un cruel destino que pronto será sellado de la forma más horrenda posible.
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