Por el cielo frente a mi...
prometo brindarte felicidad
Por la noche a mis espaldas...
prometo secar tus lagrimas
Por el filo de mi espada...
prometo proteger tu mas grande sueño...
tu libertad
Los personajes son pertenecientes a Eiichiro Oda.
...
Los gritos de algarabía aun resonaban en aquel castillo... gritos que provocaban un siniestro escalofrío en una hermosa mujer... mujer que ahora era llevada de mala manera a los grandes baños... múltiples lagrimas amenazaban con deslizarse por su rostro si aquel tosco trato continuaba... frías aguas eran arrojadas a su ser mientras con brusquedad eran tratadas aquellas heridas que le habían impuesto... el dolor en su cuerpo era grande... pero jamás tan grande como aquel que agobia su alma.
Aquel fino traje fue puesto sobre su piel y sin demora fue llevada a aquel gran salón... sus pasos eran cansados... y no era para menos... aquel dolor que poseía no le permitía desplazarse con normalidad... pero aun así siguió adelante... las risas se escuchaban cada vez más cerca y aquel escalofrío parecía no querer irse.
Con una sonrisa hipócrita aquellas criadas abrieron las puertas y las múltiples miradas de los presentes se posaron en la hermosa mujer que ahora entraba... todos veían embelesados aquella belleza... todos menos un joven espadachín quien a la distancia lo invadía un sentimiento de paz al verla... sentimiento que se vio opacado segundos más tarde.
POV. ZORO
La fiesta en el gran salón ha dado inicio y por orden de mi señor todos estamos presentes... observo a la distancia aquella alegría que los rodea y no puedo más que sentirme miserable... no puedo evitar observar en el reflejo del sake la sangre inocente derramada... no puedo evitar escuchar tras esas risas los gritos de suplicas de aquellas personas... simplemente no puedo evitar pensar que todo esto es innecesario.
Múltiples pasos se oyen del otro lado de aquella gran puerta... pasos que quedan en el olvido al ver a aquella mujer... uno a uno sus pasos son guiados al lado de mi señor y sin poder evitarlo una cálida paz se aloja en mi pecho... observo con atención cada una de sus facciones... es hermosa... tan hermosa como el cielo en primavera... tan hermosa como el trinar de las aves... simplemente es tan hermosa como la vida misma... vida que parece apagarse día con día... no lo entiendo... no entiendo el porqué de aquella tristeza... no entiendo el porqué de aquel miedo... simplemente no entiendo el porqué de aquel agobiante sentimiento.
Aparto mi mirada contemplando una vez más el cielo... esto es un error... un grandísimo error... ella es la mujer de mi señor... y mi deber es simplemente obedecerla... lo se... lo sé muy bien... pero no puedo evitarlo. La noche sigue su curso y a costa de mi propia vida evito dirigir mi mirada a su ser... pero es imposible... un sutil ruido capta mi atención... el sutil resonar de aquel sakazuki rosando ligeramente con la botella es la causa... observo con asombro un ligero tembló en su cuerpo... y en su rostro el dolor está escrito... intento apartar mi mirada pero es imposible... cada movimiento suyo está marcado por un sutil dolor... un dolor que aqueja su ser... dolor que es imperceptibles para los demás... dolor que poco a poco te va dominando... intento decir algo... pero el actuar de mi señor me detiene... observo como terminas de servir y poco después te marchas... intento quedarme... pero no puedo... y sin darme cuenta me encuentro una vez más observándote a lo lejos.
Tu caminar es cada vez más lento... el tambalear de tu cuerpo es cada vez más constante... que es lo que sucede... no lo entiendo... que es lo que te ha pasado... lo desconozco... me intento acercar pero aquellas mujeres aparecen... observo como pasan de largo por tu lado sin importarles siquiera tu estado... que es lo pasa con ellas... porque de aquel trato... simplemente no lo sé... mis pensamientos me agobian... y a lo lejos veo tu cuerpo caer lentamente... con rapidez me acerco a tu lado y logro detener tu caída... el dolor escrito en rostro es cada vez más agobiante... aquel sutil sonrojo que adorna tus mejillas no indican nada bueno... con desesperación busco ayuda... pero no hay nadie... todos se hayan celebrando... intento regresar a la celebración para indicar tu estado... pero un ligero jalón en mi ropa me lo impide... has despertado.
-por favor... llévame a mis aposentos-
Es lo primero que tus labios pronuncian...
-sería mejor comunicarle esto al señor-
Inquiero ante tus palabras dichas...
-por favor... no lo hagas... por favor... solo... no lo hagas-
Como si se tratase de un ruego lo pronuncias... y el miedo una vez más aparece en tu mirada... no digo nada más y con prisa me dirijo a aquel lugar... siento poco a poco como aquella fiebre va en aumento... la desesperación poco a poco se apodera de mi... y una vez dentro de tus aposentos pido ayuda... la primera persona que acude a mi llamado es una de las mujeres que está a tu servicio... mujer que simplemente intento alejarse al saber el motivo... una ira sin sentido se apodera de mi... y sin pensarlo le muestro el fijo de mi espada... el terror en su rostro es inigualable... pero sin demora alguna consigo mi propósito... rápidamente eres atendida y pronto aquella mujer deja el lugar... observo como descansas y una vez más aquella paz vuelve a mi... lo se... sé que esto no es correcto... lo sé muy bien... y aunque me cueste la vida... lo seguiré negando.
POV. NARRADORA
Con la luna posada en lo alto un joven espadachín se retira... una fugas mirada se posa sobre aquel hermoso ser que ahora descansa... una mirada que a gritos desvela una oculta verdad... una mirada que sin saberlo poco a poco lo traicionara. El tiempo sigue su curso y poco a poco aquella hermosa luna se va ocultando... a lo lejos los primeros rayos del sol se hacen presentes y a su vez... aquella calma que los rodeaba... desaparece... un nuevo día a llegado... un día que sin saberlo marcaría el inicio de un cruel destino.
POV. ROBIN
Una vez más la oscuridad me rodea y frente a mi aquel escenario se repite... gritos... golpes... lagrimas... sangre... intento decir algo... pero una pequeña mano me lo impide... intento apartarla pero es inútil... el terror en su agarre es notorio... lagrimas resbalan por mi rostro y con rapidez dejo aquella escena... aquella firme mano al fin me libera y con dolor observo una vez mas que es mía... lo se... lo sé muy bien... estos recuerdos vienen a mi día con día... recuerdos de un horror del pasado... horror que a día de hoy estoy cometiendo.
El trinar de las aves me indica que la mañana ha llegado... con rapidez retiro aquellas lágrimas y con esfuerzo intento reincorporarme... un ligero dolor se hace presente y con sorpresa observo vendajes sobre ellas... poco a poco observo el lugar en donde me encuentro y vagos recuerdos llegan a mi mente... recuerdos de unos cálidos brazos... recuerdos de una preocupada voz... recuerdos de una triste y hermosa mirada... recuerdos de una petición a ruego puro... una sensación de alegría invade mi ser... sensación que fue tan efímera como viento mismo.
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