Por el cielo frente a mi...
prometo brindarte felicidad
Por la noche a mis espaldas...
prometo secar tus lagrimas
Por el filo de mi espada...
prometo proteger tu mas grande sueño...
tu libertad
Los personajes son pertenecientes a Eiichiro Oda.
...
La mañana seguía su camino y una bella mujer caminaba a paso firme hasta la presencia de su ahora esposo... siendo guiada solo por aquel firme deseo que la dominaba... el deseo de salir de aquel lugar... aunque sea por un pequeño instante... siguió sus pasos un poco más y llego a la que debía ser su alcoba matrimonial... toco con delicadeza la puerta y una tosca voz le indico que pasara... frente a ella se encontraba aquel hombre al cual debía llamar esposo... pero por el cual no sentía más que un infinito miedo... reuniendo todo el valor que pudo expreso aquel deseo... deseo que pensó que sería rechazado... pero que para su sorpresa no lo fue.
La orden fue dada... y aquel deseo fue concedido... pero con una condición de por medio... alguien de entera confianza debía acompañarla... alguien en quien aquel señor feudal confiara lo suficiente como para dejar la vida de su esposa en sus manos... alguien cuyos principios jamás osarían traicionarlo. Con aquella idea en mente el señor de aquellas tierras llamo a un joven espadachín... quien con rapidez acudió a su presencia... la sorpresa en el rostro de aquella hermosa mujer era notoria y no era para menos... pero debía ser discreta... y así lo hizo... la orden fue dada y cumplida con la brevedad posible.
El sol se posaba en lo alto y aquella bella mujer estaba lista para abandonar aquel palacio... al menos por aquella tarde... la felicidad la rodeaba... pero aun así... no podía dejar de pensar en que había sido demasiado fácil todo aquello... en que había sido demasiado fácil que con un simple par de palabras la dejaran salir de aquel palacio... estaba feliz... no había discusión en ello... pero aun así aquella duda la gobernaba.
El sonido de aquella gran puerta abriéndose borro cualquier otro pensamiento que no sea el de salir de aquel lugar... con rapidez inicio su camino siendo seguida por aquel joven espadachín... que no hacia otra cosa que maldecir su suerte.
POV. ZORO
El sol yacía en lo alto y mi entrenamiento aun estaba lejos de terminar... miles de recuerdo llegaban a mi memoria y con esfuerzo trataba de olvidar... recuerdos de aquellos pequeños encuentros... donde mas de una vez me perdí en tu mirada... donde mas de una vez intente hablar... pero que sin embargo... los recuerdos de aquella noche no me lo impedían... sé que esto es lo mejor... lo se muy bien... pero aun así... no puedo aceptarlo... un llamado se hizo presente y con rapidez acudí a él... frente a mi... mi señor explicaba el motivo de su llamado... un motivo que jamás pensé que ocurriría... un motivo por el cual imploraba que fuese dado a otra persona... un motivo del cual deseaba escapar... pero a su vez... desea realizar.
El sonido de aquella gran puerta se hizo presente... y frente a mí la más hermosa sonrisa fue dibujada... una sonrisa tan hermosa como el día mismo... una sonrisa capas de domar a las mas fieras bestias... una sonrisa capas de poner mi alma a sus pies... una sonrisa capas de simplemente borrar aquella absurda promesa.
Nuestro caminar inicio y por mas que deseaba no podía apartar mi mirada de tu ser... aquella hermosa sonrisa aun permanecía en tu rostro... una sonrisa que ha permanecido oculta todo este tiempo... una sonrisa que no hace mas que perturbar mi ya agobiado corazón... lo se... lo se muy bien... debo cumplir con mi deber... pero aquella sonrisa en tu rostro es simplemente hipnotizante.
Poco a poco nos fuimos alejando del palacio y el brillo en tu mirada cada vez se acrecentaba más... la alegría poco a poco me invadía y junto a esta un sutil dolor aparecía... por que lo sentía... no lo sabía... pero aquella hermosa mirada era la causante... una mirada que mostraba la felicidad más pura y a su vez la tristeza más oscura... no lo entendía... no entendía el porqué de aquella mirada... no entendía el porqué de aquel dolor en mi alma... simplemente no entendía el porqué de aquel dolor que te rodeaba.
Nuestro camino siguió un poco más... y cada paso que dabas tu belleza no hace más que embelesarme... la felicidad que trasmitías era comparable con el de una pequeña niña... niña que por primera vez conocía el mundo... un mundo que deseaba mostrarte... un mundo que aunque lo siga negando deseaba compartir a tu lado... pero aquello no es posible... tu eres la señora de estas tierras... y yo tu fiel sirviente... un sirviente que entre las sombras susurra tu nombre en busca de un desesperado consuelo... consuelo que no encuentro... consuelo que se viene abajo cada mañana cuando la realidad me golpea una vez más... una realidad que he aceptado... una realidad con la que me he conformado bajo la excusa de que es lo correcto... excusa que cada vez me cuesta mas sostener... excusa que ahora mismos se esta viniendo abajo por tan hermoso escenario que me muestras... una hermosa sonrisa en tu rostro... y una bella mirada llena de vida... mirada que tanto desee admirar... mirada que hoy me regalas sin saberlo... mirada que será mi mas grande tesoro de ahora en adelante.
POV. NARRADORA
La tarde poco a poco caía y la hora de regresar se acercaba... aquella bella mujer no podía negar que por una vez en tan largo tiempo se siento libre... tan libre como una bella ave que surca el cielo... pero aun así no deseaba que aquella salida terminara... deseaba ver todo un poco más... y con aquella idea emprendió camino al pueblo... quería sentirse rodea de personas ajenas al palacio... quería sentirse una vez más una simple aldeana... simplemente quería recordar un poco de aquella efímera felicidad de su infancia.
Uno a uno sus pasos recorrían con alegría cada una de las calles de la ciudad... admirando todo a su alrededor... perdiéndose por un momento en aquel hermoso escenario que se mostraba frente a ella... sin saber que esta sería la última vez que haría.
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