Por el cielo frente a mi...
prometo brindarte felicidad
Por la noche a mis espaldas...
prometo secar tus lagrimas
Por el filo de mi espada...
prometo proteger tu mas grande sueño...
tu libertad
Los personajes son pertenecientes a Eiichiro Oda.
...
La tarde poco a poco se va y el llamado de mi señor se escucha una vez más... con lentitud me dirijo ante su presencia... sabiendo muy bien cuál es el motivo... una vez más frente a mí se hallan aquellos soldados... dispuestos a oír una vez más mis instrucciones... instrucciones que no deseo dar... pero que lamentablemente no me puedo negar... una a una mis palabras salen y aquella horrenda alegría se posa en sus rostros... un sutil dolor se posa en mi alma y una finas lagrimas amenazan con salir... el grito de guerra es dado... y una vez más soy llevada a aquel calabozo. Observo como la noche sigue su camino... y aquel sonido me acoge una vez más... no importa cuánto tiempo pase... el sonido de tan bella espada siempre calmara mi alma.
La mañana llega y rápidamente todo los soldados abandonan el lugar... cuantas veces he visto esto ya... tres... cuatro... realmente no lo sé... fijo mi mirada una vez más en aquella pequeña ventana... cuantas veces he estado en este lugar... no lo sé... cuantas veces la oscuridad de este lugar agobio mi alma... cuantas veces el frio viento de la muerte me abrazo por mis desobediencias... no lo sé... el trinar de las aves me regala una maravillosa melodía... melodía que es opacada por el hablar de aquellas mujeres... mujeres que deslumbra una atentica emoción... emoción que deseo compartir... emoción que deseo poder ver... pero que simplemente no lo hare... me es imposible sentir aquella emoción aun a puertas de mi casamiento... me es imposible sentir aquel amor que he de demostrarle a mi futuro esposo... simplemente me es imposible sentir algo más que un profundo dolor por aquella fecha tan cercana.
POV. NARRADORA
Dos meses ha pasado desde aquella conversación nocturna... conversación que creo una profunda herida... herida que aun a día de hoy no se atreve a cerrar...y cómo hacerlo si aquella efímera alegría se le fue arrancada tan bruscamente... como hacerlo si aquel pequeño rastro de esperanza se vio opacado por cada una de esas palabras.
La noche llegaba una vez más... y aquel canto de victoria se oía a lo lejos... unos rápidos pasos se escucharon y nuevamente fue puesta en libertad... cuantas veces había pasado lo mismo... no lo recordaba... cuantas veces fue encerrada tras hacer lo que se le ordenaba... no lo sabía... simplemente no sabía cuántas veces presencio el mismo escenario sin sentir aquel dolor. Uno a uno los pasos se acercaban y una vez más se vio involucrada en aquella celebración... celebración a la cual permanecía ajena... tan ajena como la tristeza en aquellos rostros... tan ajena como la felicidad que ansiaba... tan ajena como paz por la cual imploraba.
La noche estaba llegando a lo más alto y la hora de retirarse se acercaba... con una sutil reverencia inicio su camino de regreso... camino que se vio interrumpido por unas certeras palabras.
-esta será la última vez que regreses sola... cuando se dé la próxima celebración... serás mi esposa-
Aquellas palabras provocaron un profundo terror en aquella hermosa joven...
-así será... mi señor-
Fue lo único que aquella bella mujer pronuncio... y sin esperar más tiempo retomo su camino...
Camino que era acompañado de amargas lagrimas... camino que era guiado por una profunda desolación... camino que sin saberlo era observado por un joven espadachín... quien por más que trate de negarlo... aquel dolor aún estaba en su alma.
POV. ZORO
Una semana ha pasado y el día finalmente ha llegado... observo como aquellas mujeres corren sin cesar preparando todo para esta noche... noche donde aquella mujer se convertirá en la señora de este lugar... mujer a la cual he de proteger... mujer a la cual he de respetar... pero sobre todo... mujer a la cual he de olvidar.
La tarde va llegando y uno a uno observo sus pasos... aquel dolor aun esta presente a su mirada... tan presente como aquella pasada noche... noche en la cual una vez más me perdí en su ser... noche en la cual una vez más traicioné mi promesa... promesa que no hace más que matarme lentamente... y hoy más que nunca aquella promesa no hace más que asfixiarme.
La noche al fin llega y todos estamos reunidos en el gran salón... uno a uno va tomando su lugar... a la espera de que esto inicie... la gran puerta se abre y ante mí se presenta el ser más hermoso que haya existido... todo pensamiento en mi se detiene y no puedo hacer más que observar aquel bello ángel.
La ceremonia da inicio y poco a poco aquel sutil dolor va aumentando... intento apartar mi mirada pero es imposible... aquella triste mirada me consume lentamente... poco a poco las primeras palabras son dichas y aquel dolor no hace más que agobiarme... esto es lo correcto... lo se... lo sé muy bien... pero aquel dolor que habita en mi alma dice a gritos que no lo es... aquella sonrisa que intento formar simplemente se escapa... a quien deseo seguir engañando... a quien intento convencer que esto no es real... a quien... simplemente no lo sé.
El rápido latir de mi corazón me agobia... un miedo sin sentido se apodera de mi... y por un instante deseo parar todo esto... no puedo seguir viendo... sé que esto es lo correcto... pero no puedo... no puedo ver como aquella mujer de la cual me he enamorado se une a otra persona... no puedo ver como aquella triste mirada se sume más en aquel dolor... dolor que aun desconozco... dolor que aun ahora está presente... en el supuesto día más feliz de su vida... dolor que evita mostrar aquella dulce sonrisa... sonrisa que deseo ver una vez más... sonrisa que ahora no está presente... sonrisa que poco a poco se va olvidando.
Las últimas palabras son dichas y tras un breve silencio su respuesta es dada... una fría lagrima resbala por mi rostro... y un punzante dolor atraviesa mi alma... es lo mejor... lo se... pero aun así... no puedo soportarlo... escucho los gritos de alegría cada vez más lejanos y sin que nadie lo note me voy alejando... uno a uno mis pasos me guían fuera de aquel palacio... y sin poder evitarlo lagrimas salen sin permiso alguno... un grito de dolor escapa de mis labios... mientras sin fuerza alguna caigo de rodillas al suelo... aceptando de una vez que he perdido... he perdido ante aquella hermosa mujer... he perdido ante aquel amor que jure jamás sentir... he perdido ante aquel dolor que quise ocultar... simplemente he perdido ante este cruel destino.
POV. NARRADORA
La noche yacía en lo alto y a lo lejos dos miradas se perdían... en medio de una celebración llena de alegría escurridizas lagrimas caían... lagrimas que debían estar selladas... hoy eran derramadas... un amor que jamás debió nacer... hoy florecía... y a lo lejos dos almas que nunca debieron conocerse... hoy lloraban de amargura al saber que todo había terminado.
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