13.

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-Te quedas con ellos o vienes conmigo- hice una pequeña pausa -Decide- extendí mi mano esperando la suya.

Dudó un poco pero subió al contenedor de basura y tomó mi mano con fuerza, tiré de esta, lo que segundos después note que no era buena idea. Solté un gruñido al sentir el asfalto contra mi espalda y el peso de ella sobre mi.

Me rompí algo.

Cerré mis párpados con fuerza, apretando mis labios en línea recta y escuchando el bullicio que tenían los azules del otro lado de la muralla.

-¿Estas bien?- preguntó su cálida voz con un toque de preocupación -Yo...

La interrumpí antes de que se disculpara, no había sido su culpa.

-No es tu culpa- sonreí leve -Fue la mía, por creerme algún régimen extraño de ave. 

Al cabo de unos segundos abrí mis ojos encontrándome son una pequeña y linda sonrisa, junto a unos ojos café cristalizados. Como la princesita podía ser tan linda como ella.

-Debemos irnos antes de que hagan alguna idiotez- opino aun mirándola a los ojos.

Ella asiente, se pone de pie mientras organiza su cabello. La vi con la intención de extenderme la mano pero antes de que lo hiciera, ya yo estaba de pie.

-Gracias- susurra con la mirada.

Volteó a verla, confundido. ¿Por qué me agradecía? Retomé el paso y ella me seguía en un completo silencio. Aún no entendía porque su agradecimiento.

Idiota.

-¿Por qué?- me digno a preguntar después de un buen rato caminando en silencio.

Ella toma aire y aleja su vista de sus zapatos para mirar al frente.

-Por dejarme escoger- hace una pausa -entre ir o quedarme.

-Y ¿por qué te quedaste? Digo, pudiste volver a tu nueva vida con tus padres y amigos, pudiste haber dejado todo este infierno.

El silencio se volvió a hacer presente y lo único que se lograba escuchar eran nuestros pasos, hacían eco en el desolado callejón.

-Tenía miedo- habla captando mi atención -Tenía miedo de poder extrañarlos.

Me paro en seco y trago duro. No podía decir eso. Ella no podía encariñarse con personas como nosotros, personas que en cualquier momento se deshacían de todo lo que no tuviera que ver con su grupo de mafiosos.

-Princesita no...debes...sabes que no puedes encariñarte con ninguno de nosotros.

-Me gusta estar con ustedes- se alza de hombros como si no fuera la gran cosa.

Dejé salir un suspiro de entre mis labios, miraba a cualquier lugar que no tuviera que ver con esos dos luceros frente a mi. Cuando me di cuenta que ya nos encontrábamos frente a nuestro escondite.

-Llegamos- exclamé ignorando sus anteriores palabras, los momentos incómodos no eran lo mío.

-¿No deberíamos estar huyendo de los oficiales?- pregunta.

-Este bar no es como los demás, en este bar no entra cualquiera- me acerco al grandullón de la entrada.

-Pero..

-Azul que entra aquí, nunca sale- la miro -Aquí no entra un simple mafioso con dinero y fama.

Y efectivamente eso era lo que no era mi padre. Era un maldito millonario, con fama de ser el mas atroz y inhumano que haya en toda Asia. Nadie superaba sus medios de tortura y venganza.

-Joven Jeon un gusto verlo nuevamente- dice amistoso el hombre frente a mi.

-Jhon- lo saludo chocando puños.

-Escuché tu hazaña días atrás con la estación de policías- sonríe -Estuviste genial amigo.

-No fue la gran cosa.

Me volteé a ver a Tn cual tenía una mirada de desaprobación en mi dirección, me alcé de hombros dándole a entender que no sabía el porque de su mirada.

Ahora que hice.

-También se rumorea que tu padre salió del país, debes estar atento hay enemigos en todas partes.

Lo miré alzando una ceja, a él que le importaba eso.
Aunque eso no lo sabía, desde el día de los almacenes no he hablado con mi padre y tampoco me ha importado lo que sea que está haciendo en su tiempo libre. Todo desde que supe que el fue quien nos encerró en ese maldito lugar.

-Ya lo dijiste Jhon- sonrió con autosuficiencia -El enemigo puede estar en cualquier parte, justo entre nosotros- relamo mis labios -pero yo me encargó de joderle la vida antes de que se arrepienta.

No digo mas y me adentro al bar, que llegaría siendo mas un club. Tn solo me seguía de cerca en un completo silencio.
El lugar era iluminado por un violeta, rojo, rosado y azul neón; los que le daban un toque raro al lugar y a las mujeres semi-desnudas que bailaban sobre el mini-escenario delante de todo esa multitud de hombres. Apestaba a alcohol y a hierbas, el humo estaba esparcido por todos lados. 

Me dirigí a la barra donde di dos toques sobre esta para llamar la atención de Jien, el joven barman.

-Oh, Jungkook- me sonríe para dejar de lado una bebida -A que se debe tu visita ¿Necesitas algo?

-Solo vigila a esa chica- apuntó con la mirada a Tn que se encontraba distraída detallando todo el lugar- y cuidado con lo que haces.

El levanta las manos en forma de paz y miro a Tn, cual se acerca a mi aún detallando todo

-¿Esto es un bar o un prostíbulo?- pregunta extrañada.

-Buena pregunta- asiento -Esto...es...bueno digamos que es un Club.  

-Si tu lo dices- voltea a ver al pequeño escenario haciendo un mohín con sus labios.

-Princesita tu solo espera aquí hasta que vuelva- le informo -hables, no aceptes nada y no te muevas ¿entendido?

Asiente y se sienta lentamente en la barra mirando a todas partes, podía darme cuenta que no había entrado a un lugar como este en toda su vida. Relamo mis labios para darme media vuelta y comenzar a caminar hacía una de las tantas puertas que se veían al final.

-¿Jeon?- pregunta un hombre, de voz grave, parado en la puerta.

Asiento y me abro paso en la sala VIP donde se encontraba uno de los tantos socios de mi padre.
.
.
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-Ya sabes a quien llamar cuando necesites ayuda, hijo.

-Gracias señor Kim, no se como agradecerle- sonrío.

-No necesitas agradecerme hijo, esto lo hago porque te apreció.

El señor Kim era como un padre. Siempre que necesitaba hablar con alguien recurría a el y me escuchaba, gracias a el sabía la verdad sobre mi madre y nunca me pedía nada a cambio a pesar de todo lo que hacía por mi.

Inclinó mi cabeza hacía delante en modo de despedida para salir de la misma sala y ir hacía la princesita. Al doblar en la barra me encontré a una princesita muy pero muy ebria.

-¿Que mierda le diste de beber?- le dije a Jien exaltado al ver el estado de ella. -Te dije que la vigilaras. 

-Exacto, me dijiste que la vigilara- burlón -Pero nunca me dijiste que no le despachara.

Rodé los ojos más que fastidiado y tomé bruscamente a Tn de los hombros, alejándola de la barra donde tenía más de diez vodka a su alrededor.

-Mira una rata- ríe para con su dedo índice tocar la punta de mi nariz -Una rata muy linda- finaliza arrastrando las palabras.

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Haus:)

Aquí otro capítulo, espero que les guste. Estaré activa todo este mes, actualizaré los miércoles y sábados. 

•Propiedad de Jeon•[JJk&Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora