Capítulo 4:

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Advertencia: Esto no es el fin del fanfic, ya lo verán en el siguiente capitulo.

2do Día:

Las continuas contiendas los hacían retroceder, sin la más mínima idea de donde estaban, estaban desorientados, sin recursos, ni pócimas, la situación era un caos, bañados en sangre, las Moiras se preparaban a cortar los hilos la vida, de la vida de dos jóvenes aventureros. Aferrándose a la vida y en un movimiento desesperado Bell destruyo el techo del pasadizo por donde iban para impedir momentáneamente el avance de sus perseguidores, quienes no dejaron de darles caza, la ola era inmensa al igual que la determinación de ambos jóvenes, en su huida habían descendido muchos pisos, sintiendo como la muerte los acechaba, se desarrolló otra pelea contra 2 aves fénix que los habían logrado alcanzar, con el fuego llegando de ambas direcciones, los aventureros saltaron para darles el golpe de gracia, fue un movimiento intrépido por su parte, pero fallido, ambos salieron con quemaduras, y peor aún no habían derrotado a las criaturas, sin embargo, no estaban derrotados, cargaron hacia ellos con movimiento como el aroma evanescente de un perfume, rápidos y audaces volvieron a ganar una contienda cadmea, estaban agobiados y superados por el calabozo, siguieron huyendo hasta llegar a la zona segura del piso 39 donde lograrían un brevísimo tiempo de descanso, la barricada se había quebrado y se continuaba la caza. El hambre, la sed y el agotamiento habían llegado a niveles sobrehumanos, más de lo que cualquiera pudiera soportar, pero ese reducido tiempo que tuvieron juntos en la zona segura fue lo que decidió la vida y la muerte, porque ahora podían seguir huyendo, siguieron sin vacilar, la horda seguía acechando, caminos bloqueados, pasadizos estrechos y una determinación diamantina por parte del héroe y su princesa guerrera, fue lo que retraso tanto que el avance de la horda y les dio la oportunidad de alcanzar una zona lo suficientemente decente como para poder darse un respiro.

Bell: Aiz, nuestra situación es pavorosa, estamos muy reducidos para poder pelear, no tenemos nada en absoluto, ¿Hay algún sitio donde podamos refugiarnos y si quiera tratar de abastecernos de lo que sea, aunque sea una miserable fruta?

Aiz: Si, pero lamentablemente estamos forzados a descender hasta el piso 50, y para hacer esto deberemos vencer al Wyrn guardián, no sé si podremos con esa monstruosidad, pero creo que es nuestra única alternativa.

Bell: No tenemos alternativa hay que seguir bajando y ver a la muerte a la cara, no te preocupes por mí, ya la vi de frente y te digo que no es muy malo, así que deberíamos seguir adelante, pero debemos aprovechar a nuestros camaradas caídos (dijo viendo cuerpos de aventureros con algunas piezas de equipo) odio decirlo, pero es nuestra única alternativa.

Aiz: Odio esto, pero hagámoslo y sigamos.

Con el saqueo lograron conseguir 2 pociones de regeneración, 2 energéticas, 4 granadas, 9 frutos de la mazmorra y una cantimplora vacía, con este botín siguieron su avance, con parte del procedimiento anterior, solo que esta vez cada cierto trecho ponían trampas bloqueos y recolectaban lo que pudieran de los caídos, los trataban de detener pero el cuchillo y la espada limpiaban el camino, la alfombra roja se alistaba para que pasara la realeza; no se dejarían someter, ni ahora ni nunca, sus almas indomables lucharían hasta que no quedara nada.

El piso 49 se dijeron sabiendo que podía ser el final de todo, el final de la historia, el cómo la parca los recogería para llevarlos a la inmensidad, se prepararon para lo peor; mientras que en alguna parte de la estrellada noche de Orario, 2 familias miraban horrorizadas la travesía hacia lo más profundo del Tártaro, el dolor y la tristeza se apoderaron de las familias reunidas para ver morir a sus 2 hijos a manos del calabozo, Finn, comandante de la familia Loki, preparó a todos para lo peor, sabía que deberían rescatarlos, si quiera los cadáveres sin vida lo más pronto posible apenas tuvieran la oportunidad. Hasta Bete, principal opositor del héroe, reconoció el valor del joven y se comprometió con el rescate expresando que así muera en batalla se sentiría eufórico por hacerlo, ya que, sabía que luchaba por algo, por alguien que había superado sus límites y había llegado al final de la forma más honorable y valerosa posible, el segado final deseado por cualquier aventurero.

Un día por acabar y una batalla por empezar, esta batalla será legendaria se decían, pero antes planearon el cómo atacar al Wyrn guardián (vamos a decir que la bestia era la jefa del nivel 49, disculpen si no es el original, pero es un fanfic), Una bestia merecedora de estar catalogada entre las más mortales de toda la mazmorra, matarla era sumamente complicado, incluso si era un grupo grande de aventureros, su única oportunidad era escapar o destruir su piedra mágica ubicada en lo profundo de lo que podríamos llamar pecho. 

Ambos empezaron a planificar escondidos de la temible bestia alada

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Ambos empezaron a planificar escondidos de la temible bestia alada.

Aiz: Bell, la situación que tenemos delante de nosotros, es fatal, el monstruo es rápido y tiene la piedra en pecho, generalmente con mi familia usábamos encantamientos a distancia o algo lo suficientemente largo como para que la explosión que hace al morir no nos termine matando, pero en nuestro caso no va a ser así.

Bell: ¿Cuál es el plan?

Aiz: Lo más acertado que podemos hacer es escapar, pero en nuestro estado actual no va a ser sencillo, un ataque frontal sería un acto valeroso, pero suicida, lo que haremos será atacar conjuntamente desde los lados.

Bell: Esta bien, y creo que lo que me quieres decir es que al hacer eso le dispare un Firebolt para poder matarlo sin tener que acercarnos.

Aiz: Exacto, pero antes debemos dejarlo ciego, si no lo hacemos, quedaremos calcinados.

Bell: Bueno, Somos tú y yo, creo en ti y sé que nada malo te va a pasar.

Aiz: Gracias (dice dándole un beso en la mejilla), vamos a por esa bestia

Bell respondió al beso con uno en sus dulces labios que fue correspondido antes de la tormenta y con esa motivación, ambas almas se lanzaron a lo que muy probablemente sería una muerte segura, aplicaron el plan y Bell empezó a cargar el argonauta en su mano sana mientras corrían alrededor de la bestia, que se encontraba peleando contra Aiz, Bell cargo su argonauta y disparo, con la mala suerte de ser atacado por la bestia y fallar el disparo que cayó a los pies de Aiz, dejadora semiconsciente cerca de la batalla, Bell entro en cólera y empezó a atacar con todo lo que tenía, no le quedaba nada, ni usa miserable granada, así que con valor empezó a usar la daga de Hestia para matar a la bestia, con movimientos intrépidos, se acercó con muy mala suerte porque fue empujado y sin movimiento, debido a que le habían aplastado el brazo derecho, a punto de morir aparece la princesa de la espada, atacando su cabeza dejándole ciego y liberando a Cranel de la muerte, quien sin más poder mental opto por hacer una carga suicida al pecho de la bestia la cual ya había empujado a Aiz bastante lejos esta vez, pese a esta distracción Bell fallo por milímetros, obligándole a retroceder. Aiz volvió a regresar al combate activando todas las magias que tenía, y logró cortarle la cola y sacar al herido Bell del lugar, la bestia podía sentirlos y atacarlos pese a no tener ojos, era veloz cual guepardo persiguiendo a su presa y hasta incluso más, pero este no fue problema para el Ariel de la princesa, que logro sacar al héroe del peligro, esta ataco con toda su fuerza, pero se vio superada por el cansancio y un garraso que la había dejado sin armadura, solo con unas pocas telas que cubrían lo básico y un poco más; y esta vez inconsciente hasta que acabo la batalla. Bell al ver esto se lanza al ataque, atacando los pies de la bestia quien no paraba de atacar frenéticamente con el fuego que escupía y las garras que llovían incansablemente, esta vez le dejo inmóvil al monstruo y se decidió a dar el todo por el todo, Bell quien se dio cuenta de esto correspondió el pensamiento de este y dio su ataque final, todo o nada, era su transición de la vida a la muerte, avanzó hacia su fin, recibió la explosión de fuego. Mientras una voz suplicaba que no lo hiciera, era Aiz quien le rogaba no morir allí, el chico penso: "Soy feliz porque sé que di mi vida por ti mi amor, mi princesa, a ti quien admiro con todas mis fuerzas, soy feliz porque tú vives". Y grito: "Adiós Aiz" mientras las llamas lo envolvían". 

CONTINUARÁ...

La princesa, el héroe y el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora