Capítulo 6: "La cólera del calabozo"

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Aiz, Helena, Ryu, Riveria, Aisha, Asfi, Drag, Randall, Marcus, Hestia y Loki se encontraban en el piso 50 reponiendo fuerzas después de 6 días de viaje con poco descanso, estaban en la fortaleza de Bragi aprovechando unos pocos momento de descanso y algunas medicinas locales, por supuesto Loki y Hestia eran quienes peor la pasaban, pues eran prisioneras y unas simples monedas de cambio.

Aiz: Chicos, desde este punto para abajo las cosas se van a complicar horriblemente, esta es vuestra ultima oportunidad de irse de aquí. (Todos se niegan)

Hestia: Libérame Aiz Walen... (Rápidamente Helena el pone un trapo en la boca, al igual que a Loki)

Helena: Todo el camino chillando, diosas estúpidas.

Aisha: Tenemos unos momentos más en este lugar antes de poder seguir avanzando.

Asfi: Me preocupan los remanentes de Evilus, están dispersos haciendo daño a los aventureros y buscando crear problemas, quien sabe para que. (La tierra empieza a temblar)

Ryu: Malditos terremotos, que es que no hemos dejado de sentirlos desde el piso 18

Drag: Agradece que hay terremotos, de esa manera se abrirán grietas en los pisos profundos.

Randall: No es buena idea usar las grietas producto de los terremotos despues del piso 60, no sabemos que hay después.

Aiz: Tenemos que romper el sello del piso 70 y seguir avanzando, no conocemos nada, así que recen a todos los dioses por saber que diablos nos espera alli abajo. (Aiz se para y se dirige a una elevación, seguida por Riveria)

Drag: No será difícil saberlo, si convencemos a ese Asterius.

Aisha: ¿Cómo lo encontramos?

Asfi: Ni idea, sabemos que está por allí abajo, pero no sabemos donde puede estar, pero seguramente no ha pasado el piso 70.

Randall: Ya veo porque esto era suicida.

Drag: ¿Entonces para qué viniste?

Randall: Mi hermano no me perdonaría no haber venido.

Marcus: ¿Ya empezaste con lo de tu hermano? Está en otra familia y gracias a Hestia, no lo podrás ver de nuevo

Randall: Déjame en paz, Marcus.

Con Riveria y Aiz. Aiz se encontraba mirando al horizonte y la vegetación de ese lugar, algunas memorias llegaron a ella de cuando estuvieron en ese lugar por primera vez, hasta que Riveria la toma del hombro.

Riveria: ¿Te encuentras bien?

Aiz: Sí Riveria, es solo que lo extraño.

Riveria: Tranquila, ya pronto regresará a nosotros

Aiz: Me acuerdo cuando estuvimos en ese castillo la primera vez, fue a pesar de todo bonito.

Riveria: Es natural Aiz.

Aiz: Sus manos en mi, piel con piel compartiendo emociones y placeres con él. Lo amo aun cuando sé que él murió. Y tengo un sentimiento de vacío contra el cual no sé si podre resistir.

Riveria: Aiz, todos hemos pasado por eso una vez, no te preocupes más por él, si te ama, sabrá esperarte.

Aiz: Gracias Riveria. Solo es que no puedo esperar más.

Riveria: Entonces empecemos a movernos

Ambas regresaron rápidamente con los demás y emprendieron la marcha hasta encontrar el sello, empezaron a adentrarse en el piso 61 hasta que una horda de minotauros se les plantó de frente, pero no atacaban, solo les cerraban el paso, como esperando ordenes de un superior.

La princesa, el héroe y el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora