Choi Han, había ido hacia la capital del reino de Roan. No conocía a una persona que pudiera resolver sus dudas sobre aquellos extraños sueños, pero si conocía a alguien que probablemente sabría donde buscar a aquella persona.
Estando en la capital, había una cafetería donde aquella persona quedó de verle, Choi Han buscó el nombre del lugar y pudo encontrar el nombre. Al entrar buscó entre las personas y vio una mesa más apartada a lo lejos, ahí estaba la persona con la que había quedado.
—Hola sacerdotisa-nim, gracias por reunirse conmigo.
—La forma en que escribiste la carta parecía de peso, ya que eres un aliado del señor Cale, haré lo posible por ayudarte, ¿Ahora cual es el problema?
Se trataba de la loca sacerdotisa Cage, ya que ella fue una sacerdotisa de la iglesia del dios de la muerte, podría conocer a alguien que pudiese ayudar respecto al problema de Choi Han.
—Desde hace unos días, he tenido sueños, más que sueños, parecen como recuerdos, se ven bastante nítidos como para ser simples sueños. En ese sueño siempre hay una persona que fue muy importante para mí, pero no lo recuerdo.
Choi Han bajó la cabeza y comenzó a juntar sus manos mientras colocaba un rostro deprimido, la sacerdotisa Cage estaba prestando atención al relato de Choi Han mientras bebía su taza de café con leche.
—Lo que es extraño... siento que esa persona... se trataba de Cale-nim.
No había parecido entre la persona en los sueños de Choi Han con el Cale que conocía, pero el sentimiento al estar cerca de él, era casi el mismo que estar con aquella persona. Algunas veces Choi Han quería confirmar si sentía lo mismo al tocar a Cale, fue por eso que pareció quedarse quieto al tomar la muñeca de Cale en el Bosque de la Oscuridad.
—Entiendo.
La sacerdotisa Cage dejó su taza ya vacía sobre el plato en la mesa.
—Yo sirvo al dios de la muerte, pero no tengo el poder de ver a través de las almas, sin embargo recurriste a la persona correcta, conozco a alguien que sabe del tema.
Luego de decir eso se puso de pie y pagó la cuenta, dando la señal a Choi Han para que la siguiera. Ambos caminaron hacia cierto lugar de la capital.
—Ella fue a alguien que conocí de casualidad, como persona fue agradable, pero en lo que respecta a religión estamos en contra. Pero ya que ella es una persona que puede ayudarte, puedo hacer cierta excepción.
Tras caminar media hora, llegaron a ciertos barrios de clase media, donde había una casa que se miraba bien cuidada.
La sacerdotisa Cage tocó la puerta de aquella casa y una mujer de aspecto tímido se asomó por la puerta.
—Hola, tiempo sin vernos Marta.
Saludó Cage sin expresión en su rostro, pero Marta parecía alegrarse de verla.
—Hola señorita sacerdotisa, ha sido un tiempo desde que la vi, ¿Ah que debo su visita?
Cage apuntó con el pulgar al hombre pelinegro que estaba detrás de ella.
—Este chico parece tener un alma vieja, dice que quiere recordar una vida pasada.
La chica observó a Choi Han como si estuviera estudiándolo y abrió por completo su puerta.
—Haré todo lo que esté a mi alcance, por favor entren.
Choi Han y la sacerdotisa Cage entraron a la casa de aquella persona mujer. Ella los incitó a tomar asiento en la sala de estar y fue por unos dulces para ofrecer a sus invitados, luego de eso se sentó junto a ellos. Aunque junto a las tazas de té trajo un objeto extraño. Era un tipo de esfera de cristal y lo puso al centro de la mesa.
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Transcendiendo el tiempo
أدب الهواةDespués de pasar por muchos conflictos, por fin Cale Henituse tiene un tiempo para descansar, no obstante, Choi Han, también estaría junto a él en su descanso. Curiosamente, tanto Cale como Choi Han comienzan a tener algunos sueños en común, aquello...