Narra Klaus:
- ¡Si no lo veo, es que estoy ciego!- sonrió el que ahora era el director del lugar. - Pero si es Klaus castigado y su... ¿Nueva y única amiga?.- preguntó rascándose la cabeza un poco sorprendido.
-No es mi amiga- fue lo único que dije antes de ponerme las manos en la cara y masajearme las frente mientras respiraba hondo.
Nunca había vuelto al despacho del director des de la primera vez que llegué a este lugar.
Lo recordaba mucho más grande, la mesa marrón del escritorio seguía igual, aunque sobre ella habían unos folletos con niños felices que incitaban a llevar a tus hijos a este matadero, ya sabéis, fotos tipo workbook, chicos y chicas de todas las edades y de todos los países disfrutando de una maravillosa clase de matemáticas con el joven preofesor lleno de pasión por su trabajo y ganas de enseñar.
Sí que se estában tomando todo esto en serio, quien lo diría.-Riley, no llevas ni un día y ya te estás metiendo en problemas.- afirmó Milagros mientras dejaba un boli sobre la mesa.
Llevaba más de un día, pero bueno.
-Yo digo que es expulsión inmediata- insistió Riley como si fuése a lograr algo.
-Que pillín el osito mimosín- espetó Milagros poniéndose las manos en la cabeza simulando unas orejas como si fuese una chica de un anime.- Riley, yo soy muy especial- añadió con un tono serio pero una sonría sospechosa.
-¿Es retrasado?- susurró la chica del pelo marrón un poco confusa.
Si no la conociera de toda la vida pensaría que es deficiente mental.
-No se que has dicho ni me importa, la cosa es que los dos estáis en mi despacho, osea que algo gordo habéis echo- dijo mirándonos con los ojos entreabiertos intentando saber que había pasado. -Decidme que ha sucedido- ordenó.
Riley hizo una fuerte respiración antes de hablar, yo solo ponía mala cara, bueno, la de siempre. Creo que ahora era mi cara normal, tal vez incluso dormía con esa cara de asco.
-Pues mira, Robin perdió sus pastillas y- no puedo terminar la frase porque Milagros la interrumpió.
-Esa historia ya me la sé, castigada al establo dándo de comer a la vacas durante una semana- anunció Milagros seriamente.
-VA-VA !¿VACAS?!- gritó desesperadamente Riley mientras se estiraba la cara con las manos.
-Y cerdos- añadí asintiendo con la cabeza con una sonrisa pensando en lo mal que lo pasará.
-Cerdo tú- Soltó con cara asesína.
-Y ahora, largo de mi despacho- dijo finalmente Milagros.
-Mejor- dijo Riley mientras se levantaba y daba un pisotón al suelo- este despacho huele a comedor social- agregó antes de irse.
Intenté disimular con mi cara amarga, pero todo esto era demasiado divertido.
Pero ahora el castigo era para mí.
Nunca había hablado a solas con Milagros, a veces lo veía por los pasillos hablando solo, otras lo escuchaba por la noche llorar por la muerte de Freddie Mercury.
-Klaus, te he tratado como un hijo, ¿Porque me haces esto?- preguntó mientras se limpiaba las pequeñas gafas rojas.
-Como un hijo- pensé. Nadie me había tratado como un hijo.
Como una hija sí, pero ese ya era otro tema.
-Es discutible- contesté tratando de ponerme cómodo en la silla media rota.
-Y...Supongo que ya sabes cual es tu castigo,¿verdad?- questionó acerandosé un poco mientras ponía los brazos en la mesa y apoyaba la cabeza en sus manos.
La verdad, no tenia ni idea.
-Sí, ya lo sé- respondí muy seguro.
Milagros me miró de arriba a bajo, me analizaba a su manera, creo que lo tomó por sorpresa mi respuesta, seguramente él tampoco sabía mi castigo.
-Mira Klaus, tu tienes un papel muy importante aquí, haces que nada de todo esto salga a la luz, que nosotros- dijo mientras nos señalaba- estemos vivos, y no en una carcel, y no me refiero a esto- ahora estendía los brazos moviéndolos por todo el lugar- en una carcel de verdad, de esas en las que no te puedes agachar para coger el jabón- finalizó con la cara un poco asustada.
-Nosotros- pensé.
Muy en el fondo sabía que tenía razón, pero neceitaba que Riley poco a poco se acordáse de quien soy, de quien éramos nosotros.
-Sé que esa chica es muy importante para ti, tu has tenido la oportunidad escapar de este infierno, de huir y empezar tu vida de zero.
Pero tu te has quedado, por Riley. Sabías tarde o temprano entraría, que nos hubiéramos trasladado de lugar o peor aún, que terminaríamos con todas las vidas de los que estan aquí dentro y las que faltan por entrar- concluyó un poco tenso.Siempre lo había sabido, era lógico, tenía el registro de las casas de acogida.
Nos quedamos mirando, ninguno decía nada, el silencio invaía toda la sala junto el olor a comedor social.
Hoy estaba distinto, menos gracioso y más ¿Normal?
Su cabello rubio estaba descuidado, eso era extraño ya que que siempre lo llevaba ondulado y limpio. Sus ojos verdes estaban abiertos de par en par, acompañados de unas ojeras oscuras y visibles.
Sus gafas de pasta roja estaban rotas, eso era lo único que no había cambiado.
Ah, y para bariar su bata de doctor/director seguía sucia.
-Solo espero que todo esto no cambie, que sigas haciendo tu trabajo- espetó rompiendo el silencio que poco a poco iba siendo incómodo - y que estés callado, como siempre has sido, no querrás meterte en problemas- amenazó sutilmente.
- Sé lo que tengo que hacer, no hace falta que me lo recuerdes- empezé diciendo - y no diré nada, no soy tan tonto para explicarle vuestra farsa a la gente- solté mientras me ponía de pie y daba la espalda al dierctor para irme.
-Nuestra farsa, recuerda - escuché que decía mientras salía del despacho.
———————————————————
Holis ... ¡hemos llegado a 5k!
Muchísimas gracias a todos y a todas jjjj estoy muuuuy contenta.
Espero actualizar pronto, nos vemos el año que viene. JAJSHSQVSJDJW ES BROMA, creo.
Por cierto creo que haré un especial de halloween... jejeje
Espectacular esto de ''gracias por leer'' .
Literalmente soy yo disfrazada de fantasma en un parking abandonado JAJAJAAJPlot twist: nos persiguió un hombre borracho y tuve mucho miedo.
Me gustó la foto, la recorté y con letras cutres de instagram cree este video.
Eso representa a todas la lectoras fantasmas que no votan a mi historia, cerdxs necesito comer.
Les quiere votando y sin votar (a veces), Hiwi
ESTÁS LEYENDO
𝖢𝗈𝗇 𝗅𝖺 𝗋𝖾𝗀𝗅𝖺 𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝗃𝗎𝖾𝗀𝖺.
HumorPor problemas económicos, Riley es internada en una granja, donde le prohíben ser otaku, correr por las paredes o hablar en código morse. Poco a poco se da cuenta que ese lugar no era normal, que escondía un secreto. Junto a Obiana, la chica que pu...