Bajé del coche sin ganas, el chico que trabajaba allí me dijo que no hacía falta que cogiera mi mochila, que nos lo darían todo allí.
Me perturbó la manera en que pronunció esas palabras, aparte de que es extraño que te den ropa interior de tu talla sin saber ni cómo eres.
Mi padre me miró con una sonrisa burlona, de esas que se hacen cuando rompes algo y le pones la culpa a tu hermano mayor sin razón, y mientras tu madre riñe a tu hermanito, tu estas a sus espaldas riéndote de él, un clásico.
-Ya verás que esto será mejor que High School Musical, todos bailarán y cantarán de alegría, no querrás ni volver a casa- fue lo único que me dijo mi padre, porque encendió el coche y subió la ventanilla.
Lo único que puede hacer yo ante esta situación, fue enseñarle el dedo del medio, y gritarle unas cuantas palabras, aunque sabía que no me escuchaba, ya que en el coche sonaba la canción de Mistletoe a todo volumen.
El chico de la sonrisa falsa pasó a ser el chico de la cara seria cuando ya no estaba el coche. A mí me daba un poco de pena, bueno, en realidad creo que yo le daba más pena a él, porque solo me miró una vez, y su cara era de no sabes dónde te has metido, hazme caso, no lo sabes.
Nos adentramos a la granja, para mi gusto era muy horrenda, y los colores no pegaban entre sí. Pero bueno, que se iba hacer, yo no era nadie, literalmente nadie.
Pero por lo menos tenía gusto decorativo ¿Quién mezclaba el rojo con el verde? Supongo que todas las granjas.
Todo estaba aún más silencioso, solo se oía los pasos que hacíamos en el suelo que olía a recién limpiado.
Entramos en un despacho donde ponía Director M. Allí nos esperaba un hombre con una bata, los ojos eran un poco saltones, verdes y pequeños. El pelo como el de un león, y llevaba unas gafas rojas que se situaban a la punta de su nariz, como los bibliotecarios. Me señaló una silla para que me sentara, como si me fuese a quedar de pie. Él fue el que empezó la conversación:
-Riley, soy el doctor Milagros, el director de este centro- dijo para romper el hielo - Me alegra que estés aquí, tu padre ya nos ha contado vuestra situación, pero no te preocupes, quieras o no, aquí tendrás una segunda familia. – explicó con una cálida sonrisa.
Había cosas que no me cuadraba con sus explicaciones así que no dudé en preguntarle -¿El doctor es el director? ¿O el director es el doctor? –
El sonrío con la boca cerrada, seguro que piensa que soy una inmadura, pero tenía mucha curiosidad, y no me quería quedarme sin la respuesta.
-El director está de baja por problemas personales, así que de momento yo soy el sustituto hasta que venga, ya que esto es un centro público. Es gracioso, porque ayudamos a la gente con problemas económicos cuando aquí también sufrimos crisis, en fin, pero yo soy el doctor, así que si tienes algún problema médico o con tus compañeros puedes acudir a mí, ya que soy ambas cosas. - comentó aún sonriendo. Ese señor a pesar de tener una aura extraña, es muy simpático, ojalá todos fuesen como él.
Pero su respuesta fue muy triste, yo me esperaba que tuviese una doble identidad, o que se disfrazara de director y luego de médico, pero no, solo un simple sustituto con crisis y falta de compañía.
-Ah, entiendo- fue lo único que respondí ante esta decepción de respuesta.
-Bueno- dijo para ir al tema -¿Supongo que sabes que aquí no te librarás de las normas no?- dijo mientras sacaba un folleto de color amarillo- Toma, léetelas y cuando acabes, instálate en la habitación 34, yo ahora tengo una reunión- explicó mientras me entregaba el folleto y se ponía de pie.
Estaba a punto de salir por la puerta, cuando se giró dramáticamente haciendo que su pelo volara por los aires, incluso creo que su cuello crujió un poco, y con su papada gigante me miró
-Por cierto- dijo quitándose las gafas - Disfruta- y se marchó.
La verdad, ese tipo era muy extraño, aunque me caía bien, quien sabe si en otra vida seríamos buenos amigos, o la misma persona.
Me quedé mirando la habitación, era muy neutra, y como ya había mencionado antes, los colores eran horribles.
Cogí el folleto con ambas manos dispuesta para leerlo:
Normas
1-Todos los internos del recinto deberán presentarse en el comedor a las 7:01 de la mañana, la comida a las 11:02 y la cena a las. 19:03. Si alguien tiene las narices de estar allí antes o después de esta hora, será castigado sin comer durante todo el día.
2-Está prohibido correr por los pasillos y las paredes, hablar en código morse, lenguaje de signos u otros lenguajes no autorizados.
3-Los uniformes son obligatorios, todo aquel que lleve ropa no permitida, dormirá en la misma cama con nuestro querido recepcionista, Dofensmirf, desnudo.
4-El baño estará abierto las 24 horas, pero antes de ir, tenéis que registraros en la recepción. Aquel que no cumpla esta regla, limpiará los baños después de una rica cena.
5-Está prohibido insultarse, alzar la voz, pegarse, torturase, sacar órganos de nuestros compañeros y trabajadores, mutilar, violar a la gente, a nuestro Dofensmirf, a las cucharas y sobre todo las normas, suicidarse, drogarse, enviar extremidades ajenas a nuestros enfermeros por Navidad... Si alguien incumple esta norma, será avergonzado de la manera más triste , delante de todos los internos de esta comunidad.( A los graciosos que se quieren suicidar en este lugar, sepan ustedes que su alma será perturbada mediante una disección pública y navideña de su cadáver.
6-Queridos lectores, en este recinto no se permiten objetos afilados. De hecho, no se permiten objetos. Si alguien osa de quebrar esta norma tan relevante y simple, estará una semana en el establo de los cerdos, y les advertimos que cerdos, allí no tenemos, ni piedad.
7-Todos los internos tendrán que estar dentro de sus sábanas a las 21:13. La puerta se cerrara automáticamente, y los despistados o los cojos que no lleguen a su cama, dormirán en el pasillo, si no hay un cómodo lugar para dormir al lado o encima Dofensmirf.
8- Ningún aparato electrónico puede ser usado, a no ser que quieran que se los tiremos cuando están en la ducha (consulte la norma 5 para ver su consecuencia).
9-Está terminalmente prohibido salir del recinto, si salís, mis queridos lectores, el castigo será de por vida.
10-Este lugar no quiere otakus, ya que es obligatorio el uso de las duchas. En serio, dúchese.
11-Cualquier acto sexual, que derive al placer de uno de los participantes, en grupo, individual, ya sea humano o un objeto, serán castrados y los órganos extraídos serán colgados para Navidad, (aquí la Navidad es muy importante)
12- Disfrutad de este lugar!
Bueno, la verdad es que las normas eran muy raras, además como no tenía complejo de Spiderman, no me pondré a correr por las paredes. Yo creo que lo hacen para hacer reír a los alumnos de este sitio. Dudo que duermas con el recepcionista, eso creo que es denunciable.
Por lo menos no me prohibían cantar a Justin.
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𝖢𝗈𝗇 𝗅𝖺 𝗋𝖾𝗀𝗅𝖺 𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝗃𝗎𝖾𝗀𝖺.
HumorPor problemas económicos, Riley es internada en una granja, donde le prohíben ser otaku, correr por las paredes o hablar en código morse. Poco a poco se da cuenta que ese lugar no era normal, que escondía un secreto. Junto a Obiana, la chica que pu...