Lo odiaba. Se odiaba a sí mismo por tener que sentirse nervioso después de todo lo que le había hecho y lo odiaba a él por creer y jurar que aún era ese chico torpe y sumiso que se dejaba doblegar ante los demás y que tenía que aceptar cada una de las duras críticas con una sonrisa, haciendo como si no importara mientras que por dentro sólo esperaba llegar a casa para que su ansiedad se apoderara de él por completo y lo llevara a quebrarse.
Tenía bien en claro que Víctor buscaría la manera de hacerlo flaquear y se aprovecharía de la más mínima muestra de debilidad que sacará a relucir, no era tonto, sabía que el ruso quería seducirlo de alguna manera para aprovecharse de él y así pasar a formar parte de su larga y eterna lista de revolcones y aventuras de una noche, debía ser él quien cayera en su trampa, usaría su encanto natural para calmar su sed de venganza y así darle a probar del mismo jarabe que una vez probó. No solía ser rencoroso con nadie, mucho menos vengativo, pero la espinita de lo que había ocurrido hace unos años lo llevaba molestando una vez enterado de que le tocaría estar en la misma compañía que su ex ídolo y no se sentiría tranquilo hasta sacársela.
No le gustaba tener que mentir, pero quería irse de ese restaurante lo más pronto posible, las insinuaciones del ojizafiro lo estaban sacando de quicio y si duraba más tiempo allí probablemente esa bonita nariz iría a parar a su oreja y viceversa; no tenía ningún problema que resolver, él no solía dejar asuntos pendientes y agradecía que casi nunca se le presentaran inconvenientes a última hora. Luego de caminar unas cuantas calles y cruzar un par de avenidas tratando de ser lo más discreto posible entró a una pequeña cafetería muy cálida, acogedora y con pocas personas en ella, donde lo esperaba una persona a la quien quizás sí le urgía ver.
-¡Yuuri, por aquí!_ buscó con la mirada al dueño de la voz que le llamaba hasta dar con él en una de las mesas cercanas a la ventana.
-Esta vez sí supiste escoger un lugar donde pasáramos bajo perfil_ sonrió llegando hacia la mesa.
-Hola Yuuri ¿Cómo estás? Esperando desde hace veinte minutos pero de maravilla_
-Eres un exagerado Phichit_ rió el nipón rodando los ojos.
-¿Y dónde queda mi abrazo? Que buen mejor amigo eres Katsuki_ hizo un gesto ofendido.
-Ven aquí_ extendió los brazos en un abrazo que fue correspondido inmediatamente_ me vas a dejar sin costillas_
-Tenemos cinco meses sin vernos, es justo que lo haga_ rieron para luego sentarse en la mesa y ver como llegaba una camarera_ ¿Quieres pedir algo? Corre por mi cuenta_
-Gracias pero estoy bien así, almorcé con él antes de venir hacia acá_
-Un batido de mora y un croissant por favor_ la chica no se retiró sin antes dirigirle una mirada coqueta al japonés_ si supiera que te gustan las espadas_
-¡P-Phichit!_ escuchó una risita del moreno.
-Bien bien, yendo a lo interesante, así que ahora modelarás por los próximos tres meses con Víctor Frentiforov_ vio a la fémina que los atendió volver con su pedido más un plato extra con tiramisú_ disculpa, yo no pedí esto_
-La casa invita_ le guiñó al ojicobre quien sólo le sonrió amablemente para no ser descortés, cosa que no funcionó y ésta le tendió un papelito con un número de teléfono escrito.
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❖ SexyBack ❖
Random≈El tiempo cambia a cualquiera.≈ Y eso lo puede asegurar el modelo de renombre y soltero más codiciado de toda Rusia, el sensual y provocativo Víctor Nikiforov. Luego de un reencuentro después de cuatro años con la misma persona a quien había burla...