El ambiente se había vuelto tenso o al menos así lo sentía él con aquel silencio largo e incómodo.
¡Listo! Lo había dicho, y como si el momento se tratara de la escena de una película para adolescentes, sabía que lo que seguía era rechazo y humillación. Otra vez. ¡Y era estúpido!
Sentía que sus pulmones no tenían la capacidad suficiente para expandirse y tomar el aire necesario, agregando que el llanto no le ayudaba en lo absoluto, la sensación de ahogo y presión en su pecho le estaba torturando hasta creer que, en serio, estaría a punto de tener un paro cardíaco. La mirada intensa de Nikiforov sobre sí no le ayudaba a calmarse en lo absoluto, por lo que en esos momentos deseaba era dejar que la gravedad lo arrastrara por la pared con la cual había terminado chocando de espaldas hasta caer al suelo, hacerse un ovillo y crear un caparazón invisible a su alrededor para no escuchar a nada ni a nadie, como un armadillo por ejemplo.
-Tú..._
La voz rasposa y mínima del ruso le hizo dar un respingo, su respiración errática, el ligero temblor en su cuerpo y el desenfrenado latir de su corazón le hacían ver como un pequeño ratón asustado y acorralado frente a su depredador, en espera de que todo llegara a su fin de una vez por todas.
-Yuuri, mírame_
-No, no lo hagas, será peor para ti_ se repetía internamente, volteando su cabeza hacia los lados, en busca de evitar el contacto visual que el más alto trataba de tener_ por favor, Víctor, para ya..._ cerró sus ojos con fuerza dejando escapar algunas de las cristalinas gotas que aún emanaban de sus lagrimales. Gotitas que nunca llegaron a caer.
La suave caricia en sus sonrojados pómulos, el delicado y dulce tacto de los pulgares de aquel albino en su rostro le hicieron soltar un jadeo de impresión y posar inconscientemente sus orbes cobrizos en ese mar azulado que hacía un contraste tonal tan precioso con el celeste del cielo en su mirar. Ya no había marcha atrás, cayó en el hechizo de aquellos ojos que en algún momento había empezado a considerar como los más hermosos que en su vida había visto, perdiéndose por completo en ellos y perdiendo la noción de todo lo que sucedía fuera del trance en el que entraba.
-¿Me quieres?_
Dios, definitivamente iba a morir allí, en ese instante, ya no podía más con el desorden de sentimientos y pensamientos que rondaban por su cabeza, tampoco soportaba la pelea que llevaban a cabo su mente y su corazón. Mientras uno le gritaba que se detuviera, que no siguiera por lo poco de estabilidad y orgullo que le quedaba, el otro le rogaba que dejara salir todo lo que venía soportando desde que esa llama empezó a crecer en su pecho.
-Ví-Víctor..._ balbuceó, incapaz de conectar más de dos palabras con coherencia.
-Déjame reformular bien mi pregunta_ una diminuta sonrisa se formó en los labios del peliplata, confundiendo al menor_ ¿Me quieres tanto... Como yo te amo a ti?_
Y todo se paralizó.
¿Qué fue lo que había dicho?
-¿Sorprendido?_ rió bajito por el shock reflejado en el rostro del más pequeño_ Yuuri, en serio deseaba decirte esto en un lugar más acogedor e íntimo, tal vez invitarte una copa de champaña o el vino de tu preferencia, un sitio que no fuera precisamente un baño, pero... Me gustas_
Oh... Eso definitivamente no estaba sucediendo justo ahora.
-No sé si te habrás dado cuenta, si lo has notado o si te lo habrán dicho, pero yo también caí por ti ¿Sabes?_
«Creo que es la primera vez que siento algo tan real, tan dolorosamente perfecto y magnífico como el amor, tal vez para mi suerte, tuve la oportunidad de descubrirlo contigo. Porque no tengo ni la más mínima idea de qué fue lo que hiciste para derrumbar cada una de las barreras en mi corazón, destruiste cada prejuicio, me enseñaste a ver el mundo desde otra perspectiva, a observar qué es lo que hay más allá del materialismo, de la riqueza y de la egolatría... Me hiciste ver que no soy perfecto y que nunca lo seré; que por cada cosa que yo crea brillante y digno de mí siempre habrán diez, quince, veinte imperfecciones detrás de eso, tantas así que ni siquiera quepo en la P de perfección.»
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❖ SexyBack ❖
Diversos≈El tiempo cambia a cualquiera.≈ Y eso lo puede asegurar el modelo de renombre y soltero más codiciado de toda Rusia, el sensual y provocativo Víctor Nikiforov. Luego de un reencuentro después de cuatro años con la misma persona a quien había burla...