Algo más que amigos❤ Wooho❤️ -P A U S A D A-

El impostor

Por primera vez en varías semanas el día estaba caluroso, apenas eran las 7:43 de la mañana, algunos lentamente comenzaban a abrir sus ojos. El primero en pie cómo normalmente sucedía era Yuto, desde hacía media hora ya estaba despierto, pero aún no se levantaba de su cama.
Debido a que se estaban instalando y acomodando a su nuevo hogar aún no tenían habitaciones individuales, compartían cuarto en cuchetas, Cube estaba trabajando aún en sus habitaciones individuales, apenas cinco estaban finalizados, pero los chicos se rehusaban a dormir separados de los demás hasta que todos los cuartos estuviesen listos.

-¿Wooseok?- susurró Yuto para el mencionado, apenas abría sus ojos con vagancia.
-¿Qué quieres?- gruñó a la vez que refregaba sus ojos.
-¿Ya estás despierto?- Yuto quería hablar con Wooseok de un tema delicado y ese era el momento perfecto.
-Si hace un rato, ¿Por qué?- Wooseok se giró para ver a Yuto levantándose, el pelinegro le señaló la puerta para que ambos salieran.
Wooseok puso sus ojos en blanco pero accedió a la invitación.

Desde hacía días que Dawn presenciaba eso, sus demás compañeros parecían no notarlo o simplemente ignorarlo, pero él veía como Yuto y Wooseok hacían lo mismo casi todos los días, escapar de la habitación para hablar de algo a solas, la curiosidad invadía su cuerpo cada vez más y la idea de perseguirlos y escuchar a escondidas de que hablaban ya era una realidad; se había levantado.
Observó detenidamente que ninguno de sus compañeros fuese a despertarse, así fue como a pasos pequeños y delicados el rubio ya estaba afuera del cuarto.
Saliendo de la habitación pudo verlos sentados en las escaleras, el lugar preferido de los dos parlanchines para chismosear.
Dawn con rapidez camino sin hacer ruido hasta detrás de un mueble grande que se dirigía hacía las escaleras, lograría cubrirlo y a la vez permitirle oír todo con facilidad.

-¿Entonces?- Yuto esperaba la respuesta de Seok con ansias, el pelirrosa tenía las mejillas infladas con un trago de leche.
-Mmm.. - tragó -No lo sé, cada día me siento más raro, hay veces que me siento realmente confundido, digo... No es.. ¿Anormal?
-No tendría por qué serlo- Yuto miró a todas direcciones como si supiese que alguien podría escucharlos, así que bajo la voz. -No tiene nada de malo que te guste alguien de tu mismo sexo.

Dawn a duras penas logró escuchar lo que decía Yuto, sus ojos se abrieron de par en par y una sonrisa se dibujo en su rostro. Así que Wooseok estaba enamorado de un chico, pero, ¿Qué chico? pronto lo averiguaría.

-Es difícil vivir bajo el mismo techo, me siento incómodo la mayor parte del tiempo- Dawn volvió a sonreír.
-No puedes sentirte así, ¿Por qué no tratas de ignorarlo?- Yuto acarició el pelo de Wooseok buscando consolarlo.
-¿Crees que no lo intentó? Todo el tiempo trato de ignorarlo o no darle importancia pero es imposible.

Dawn ya casi lo tenía, era uno de sus compañeros, ¿Pero cual? Tenía ganas de saltar y preguntarle a gritos quién es y por qué le gustaba, se sentía increíblemente ansioso.

-¿Y si le dices?- Yuto se apartó rápidamente después de haber dicho eso, sabía que Wooseok podía reaccionar mal.
El pelirrosa le regalo una mirada asesina al Japonés, se levantó y trato de pensar las cosas.

-Pareciera que no conoces a Jinho- agachó la cabeza -Es católico hm- río de una manera triste- Católico.
-¿Y que tiene?- Yuto dio unos sorbos más a su vaso con leche, sin apartar la vista de Wooseok.
-"¿Qué tiene?"- el alto mordisqueo sus cutículas-No lo aceptaría.

Dawn mordió su puño para ocultar los deseos de gritar, Wooseok estaba enamorado de Jinho, ¿Quién lo diría?, después de escuchar toda esa comprometedora conversación Dawn se dio cuenta de dos cosas.
1) Wooseok confía demasiado en Yuto.
2) Él tenía el poder sobre el destino de Wooseok, la malévola mente del rubio trabajaba a mil por hora, podría usar a su favor esa información, Dawn no era malo ni pensaba hacer sufrir a su amigo, pero podría extorsionarlo para que el alto le alcanzara cosas o le preparase comida.
Rápidamente se escabulló entre algunas sillas para aparecerse detrás de la cocina y que sus dos compañeros pensarán que él apenas llegaba.