Una Historia Diferente. ||Steter|| ||Scerek||

Catorce

Scott se sentía inseguro, demasiado inseguro, se sentía dentro de un remolino que destruía todo a su paso.
No lo malinteprenten, todos se sentirían igual que él al enterarse que estaba embarazado. No es que no quiera al bebé por venir, solo se sentía inseguro y sin saber que hacer.
Agradeció a Isaac por no preguntarle nada y esperar a que él lo diga, cuando se sintiera seguro.

Pero aun era todo nuevo.

La relación con Derek iba bien, pero un bebé era otra cosa y eso él lo sabia bien. Aun seguía sin comprender como termino embarazado siendo ambos hombres y alfas. Pero aun mas no ser soulmate, sabia como funcionaba esa mecánica sobrenatural en los hombre lobos y en Stiles — solo porque es Stiles —, y porque siempre hace algo fuera de toda realidad.

Siendo sincero quien no deseo ser Stiles por una vez en su vida, él lo pensó y hasta cierto punto quiso ser como el castaño. Aunque eso es imposible y lo sabia, pero ahora lo único que pensó que nunca le pasaría le estaba pasando.

En sus entrañas llevaba al primer hijo de Derek Hale. Eso le hacia sentir sumamente extasiado y feliz, porque seria la persona que hará padre al moreno.

En cierto punto pensó en los hijos, pero aun no poder tener ellos uno propio pensó en la adopción para un futuro cercano. Eso si seguian juntos y Derek no haya encontrado su otra mitad.

Por sabe que en un punto eso va a pasar.

No es que sea negativo solo que es realista, sabe que las cosas pueden cambiar al pasar el tiempo.

Lo que él quiere es una relación larga y duradera con el moreno, verse de viejo juntos y felices. Los sueños son hermosos pero esta es la vida real y lo sabe, sabe que todo puede pasar.

Y le duele.

Agradecía a Isaac por no preguntar nada y darle si espacio,ni siquiera sabia como termino allí.
Se había pasado toda la noche llorando, Isa lo consoló y no dejo de abrazarlo. Tanto lloro que hasta un punto que callo dormido.

Tenia que decirle no solo a Isa, si no a Derek también y eso temía.

Sus ojos bajaron hacia su vientre plano y quiso llorar otra vez.

Estaba embarazo.

¿Cuantas semanas tenía? ¿o mes?

Había hecho muchas cosas que pondrían en riesgo un embarazo.

Aquello aterraba, al darse cuenta que pudo haber hecho daño al bebé sin saberlo.

Tendría que ir con Deaton para que lo ayudé y saber si el bebé venia bien.

Su cabeza era un lío.

No quería que nada malo le pase al pequeño ser que lleva en sus entrañas. Eso no podría soportarlo, no podría.

Tan sumido en sus pensamiento estaba que no se dio cuenta cuando Isaac entró llamándolo.

Alzo la vista para verlo, ahí se dio cuenta que tenia la mirada nebulosa por las lágrimas contenidas.

— ¿Scott..?

— Isa y-yo voy hacer papá. Voy a tener un hijo de D-derek y....

No pudo detener las lágrimas que empezaron a caer, Isaac se había quedado mudo ante la revelación. Prácticamente nunca espero que le dijera eso.  Menos viniendo de Scott.

Cuando pudo salir del pequeño trance, vio a Scott llorando y rápido se acercó. Lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazo, tratando de calmarlo.

— Shh... Tranquilo, Scott. No tienes que temer, nos tienes a nosotros y te ayudaremos. Todo estará bien. —  La voz de Isa era tranquila y serena. Apaciguando el sollozo del alfa lentamente. — ¿Un bebé? Scott, tendrás un bebé. Eso nunca puede ser malo si estas con la persona correcta. Se porque te pones así, pero no debes de preocuparte por ello. Derek te ama demasiado y te lo a demostrado infinidad de veces, todos lo sabes y tu también. Ese miedo que sientes es normal, pero oye, él no te dejara por nada del mundo. Menos ahora que llevas a un cachorro de su sangre. — Isaac sonrió cuando Scott se aparto para verlo. — Conozco a Derek más de lo que crees, por eso te lo digo. Él no te abandonara ni aunque aparezca su destinado ¿Sabes porqué? — Scott negó, porque aun tenia miedo. — Él te ama con fervor y locura, hasta puedo decir si un día desapareces de su vida, se volvería loco al no tenerte. Dejaría que su parte animal lo domine por el dolor de estar sin ti. Scott para Derek, tú eres su otra mitad faltante. Aunque la luna diga lo contrario.