Me pesan los ojos, tengo dos enormes y pesadas bolsas que cuelgan de ellos. Me veo como un mapache. Pero... por más que quiera, hoy no puedo faltar a la escuela. Tengo que ver si Midoriya y Bakugo se encuentran bien. Lo más probable es que sí; pero aun no entiendo como el villano logro escapar si All Might lo había capturado.
Pero ¿y si ninguno quiere hablar de eso?
Lave mi cara con agua fría, para liberarme un poco de aquellas dudas que comenzaban a surgir en mi cabeza.
Me alisté rápidamente y desayuné cereales sin leche, parece que hoy me toca comprar viniendo de la escuela.
Y cuando estuve a punto de abrir la puerta principal, una voz algo chillona me trajo a la realidad.
(N/A): Hoy es domingo, cabeza de chorlito.
(T/N): Domingo? p-por por supuesto, ya lo sabía.
(N/A): Pues vete a cambiar, que luego ensucias el uniforme.
(T/N): S-si abuelita.
Rápidamente me dirigí a mi habitación, mi cara estaba roja de la vergüenza. Luego de colocarme una vestimenta más cómoda, recordé que no había llenado la dichosa hoja por la cual el profesor converso conmigo ayer. Después de un rato de buscar en mi mochila la encontré. Ahora solo faltaba algo...la respuesta y lamentablemente no la tengo. Decidí dar un paseo para poder aclarar mis ideas; después de todo caminar siempre me ayuda a pensar.
(T/N): Abuelita voy a salir. - Tomé mis llaves y me dispuse a abrir la puerta, cuando de repente mi abuelita me detuvo.
(N/A): Si vas a salir compra leche de paso. – Lentamente metió la mano en su monedero.
(T/N): No hace falta, yo estoy llevando un poco de dinero. – dije con tranquilidad, pero cuando me iba a retirar me volvió a detener.
(N/A): No, yo pago insisto. Quédate con el cambio y cómprate algo bonito. -Se me acerco y me entrego el dinero cuidadosamente.
(T/N): Gracias, bueno vuelvo en un par de horas. – Tome una mochila que prepare previamente y me dirigí a un destino incierto.
Después de divagar un rato por la calle, decidí ir al viejo parque de juegos. Al llegar me subí a uno de los viejos columpios, era un suave vaivén. Mi cabello ondeando por el viento, los recuerdos que pasaban por mi mente, llenaban a mi corazón de nostalgia y alegría.
¿???: Sabes que te ves ridícula estando en un columpio hecho para niños no?
(T/N): Si Katsuki, lo sé.
Bakugo: ¿Entonces por qué lo haces?
(T/N): Porque es divertido.
Bakugo: Eres muy rara. -Su cara reflejaba fastidio, pero una pequeña sonrisa esbozaba de sus labios. O talvez solo era mi imaginación.
(T/N): Gracias por el cumplido. – nunca me he tomado en serio lo insultos de Bakugo, él siempre ha sido así conmigo.
Bakugo: De todos modos, ¿Qué haces aquí?
(T/N): Ah, discúlpame no sabía que era tú parque. – creo que, si le tomo el pelo un rato, podría divertirme un poco, aunque eso implique algunas quemaduras de primer grado.
Bakugo: Sabes de lo que hablo, no te hagas la idiota.
(T/N): No me hago la idiota, soy idiota.
(T/N): No espera!
Bakugo: Tú sola te delatas. – Una enorme sonrisa de superioridad salía de sus labios.
(T/N): Bueno de todas maneras quería preguntarte algo.
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Palabras tóxicas Izuku y tu
Hayran KurguLas palabras pueden doler más que los golpes, más aún cuando son directas del corazón, pero no son pensadas por el cerebro. Las palabras pueden envenenar a una persona y matarla lentamente por dentro, como si en verdad se tratase de veneno. Pero las...