Quería pensar que estaba feliz- su mano estaba sin vendas, tan solo debía asistir a terapia física y lentamente volver a hacer ejercicios para recuperarse completamente.
Sin embargo, la situación que había tenido con Kenma hacía unas semanas había logrado bajarle el ánimo.
Bastante.
¡¿Por qué mierda decidió que era una buena idea meterle la mano en el pantalón a Kenma?!
Supuso que estaba bien; cuando hizo lo mismo con su camisa el menor no se había sobresaltado, entonces quizá había hecho algo mal.
¡Pero no entendía qué era eso y Kozume llevaba sin hablarle una semana entera!
Lo acompañó al hospital cuando era la hora de ir a quitar las vendas de la muñeca del bloqueador central, pero no pronunció palabra alguna dirigida a Kuroo.
Bien, era un exageración, Kenma sí le habló, pero solo para lo necesario y evitó a toda costa mantener cualquier tipo de contacto con él.
Salió hacia el pasillo tratando de idear una estrategia para que Kozume le volviese a hablar y no corriera cada vez que pronunciaba su nombre, pero es que ni el pie de manzana le había sido útil esta vez.
Su padre llegaría mañana, es decir, esa era la última noche en la casa del rubio y por algún motivo temía que aquel no solo fuera el fin de una oportunidad con Kenma, sino que también de su amistad.
Vaya que si exageraba. No importaba lo que pasase entre ellos, siempre iban a estar bien.
Pero no quería dejar las cosas así. No le gustaban las tensiones entre ellos.
Decidió amarrarse bien los pantalones y tocar la puerta del menor, sin recibir respuesta alguna. Cuando estaba apunto de irse- pensando en solucionar el problema cuando volviera-, Kenma abrió la puerta.
Kuroo pensó que la cerraría inmediatamente cuando se diera cuenta de quién era el que la había tocado, empero simplemente bajó la cabeza avergonzado.
Su corazón se encogió ante la imagen de Kenma: llevaba puesto el saco y no se podía ver más adorable.
Sin pensarlo mucho, se acercó y empujó al pequeño dentro de la habitación, sabía que iba a llegar tarde a la visita de campus pero tanto Yaku como Kai se las podían arreglar por media horita solos. Kenma le miró con el ceño fruncido, pero Kuro simplemente soltó una risa muy baja, pues no quería despertar a la señora madre de su futuro esposo.
Sí, futuro esposo. ¿A él que le importaba que tuvieran 17 y casi 18?
Vió que el rubio empacaba en un maletín su consola y una sombrilla.
No entendía para qué era el ultimo item, pero lo dejo ser, más importante debía concentrarse en disculparse y hablar las cosas, empero Kenma lo arrastró hacia la entrada donde se puso sus zapatos y se quedó de pie en el umbral esperando a que el pelinegro hiciera lo mismo.
- Los zapatos-. Dijo aún negándose a mirarlo a los ojos.
Kuro se quedó viéndolo con la boca abierta.
Kenma perdía la paciencia-por la manera tan rara en que Kuroo lo miraba-, pero para él siempre había una reserva especial de esa virtud, por ello lo toleraba demasiado y porque Tetsurō no era tan despistado como aparentaba... La mayoría del tiempo.
Se agachó a amarrar sus zapatillas negras, sin tener ni una pista acerca de qué decirle al pequeño o porque estaba despierto tan de mañana, usando su saco y con un maletín con el Kit de supervivencia de los asociales, pero aquello era lo mejor que ambos podía hacer para dejar que la incomodidad del ambiente se fuera, porque ambos estaban super avergonzados, pero aquel no era un motivo para alejarse en los momentos importantes del otro.
Fue por eso que Kozume, se levantó temprano, vistió el saco de su mejor amigo, alistó su maletín y se iba a dedicar a jugar y acompañar al pelinegro en su visita por el campus. De igual manera, le sacaría provecho a aquella visita: escucharía los programas, el proceso de admisión y requisitos, y si había algún programa que le llamase la atención aplicaría allí o alguna de las cuatro universidades que iban a visitar en aquel día.
Kuro sonrió inconscientemente al darse cuenta de las intenciones de Kenma, él sabia que le iba a acompañar y no solo eso, sino que quizás y solo tal vez, Kenma también empezaba a pensar en su propio futuro.
Aunque el camino fue silencioso, esa quietud no se podía comparar a la que mantuvieron en la visita al hospital, aquella era incómoda, esta no y de alguna manera se sintieron nuevamente cómodos con la presencia ajena, incluso dejó que Kuroo le pasara el brazo por los hombros.
Se sentían como una pareja, se veían como una y actuaban como una, pero aún así, había un pequeño temor que no les dejaba decir lo que sus corazones pensaban, pero poco faltaba para que mandaran a la mierda ese miedo y la valentía les pudiera.
Tan solo un poco más y ambos explotarían de amor, nervios, sonrojos, sonrisas y finalmente una felicidad que vendría de la mano con enojos, celos, peleas; pero que no cambiarían por nada.
(っ◔◡◔)っ ♥ ....................... ♥
Wenasss! Espero que hayan estado bien. F x no actualizar la semana pasada pero bueno, so había dicho que tenía unas cositas que hacer ese día.
Este capítulo es real mente corto, si tiene 850 palabras, es mucho. Pero, personalmente fue el que más me gustó de todo el libro porque pude dejar claro dos cositas:
1. Ellos tienen un vínculo muy fuerte.
2. Se quieren demasiado.
Y creo que es lo primordial para cualquier tipo de relación que se tenga.
Ya nos quedan 5 caps para terminar - más o menos.
Así que... Pues nada, espero que les guste el desenlace aunque fue muy obvio desde el inicio.
¡Gracias por leer y beban agüita!❤️
Sugar, out.

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ʀᴀᴍÉ |ᴋᴜʀᴏᴋᴇɴ|~ •ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!•
FanfictionSu relación era una bobería, ni siquiera eran capaces de reconocer los sentimientos ajenos y ambos se sentían como en una bizarra comedia romántica. Sin embargo, ninguno la cambiaría por nada, porque de una manera u otra era suficiente por el simp...