³

1K 106 14
                                    

Abrió lentamente los ojos, había quedado de reunirse con él a las 3 AM, maldijo en voz baja al ver que iba un par de minutos tarde, salió con cuidado para no despertar a sus compañeros que yacían dormidos sobre los diferentes futones.

- ¿A donde crees que vas maldita sabandija?-brincó al escuchar la voz de su capitán a sus espaldas. Le sonrió a Kuro sabiendo que sus planes habían quedado frustrados, Lev jamás podía hacer alguna travesura sin que sus sempais lo atraparan en el acto.

Kuroo suspiró ya cansado de las estupideces de Lev, ¿Ya que estaba planeando con Yaku? Sí, con el líbero, porque se lo encontró sospechosamente esperando en el patio trasero. Quién sabe que marranas se disponían a hacer a sus espaldas.

Pero la verdad es que Morisuke había notado la insistente mirada y sobre protección que el pelinegro tenía sobre Kenma desde... Bueno, hace tiempo. Y el raro interés que Kozume le ponía incluso cuando hablaba pendejadas.

Kenma no le ponía ese tipo de interés a nada, a no ser que fueran sus jueguitos de consola o el numero 10 de Karasuno, y Yaku había notado los celos que Kuro se cargaba aquel día donde conocieron al equipo de Miyagi y como su amigo no le quitaba la mirada a Shōyō, incluso pudo ver la mueca de alivio en el rostro de Tetsuro cuando supo que tanto Kageyama como Hinata no podían asistir hasta dentro de una semana por haber sacado tan bajo puntaje en los exámenes de termino medio.

Morisuke Yaku lo sabía todo- incluso que algo había fallado en su plan de reunirse con su novio, cuando este último no se presentó a la hora acordada ni había llegado para cuando el reloj marcaba las 4-, e iba a juntar a ese par costará lo que costará.

El castaño estaba cansado de la tensión sexual entre aquellos, era tan fuerte que invadían su espacio personal y salud mental.

Cuando decidió volver al cuarto, vio al capitán de su equipo reprender a Lev y decirle que no se escabullera del cuarto. ¡Por amor a Dios! Si lo hubiesen hechó para que el semi-ruso le glaseada la dona, no los hubieran pillado.

¡Maldito e insensible Kuroo! Incluso cuando estaba arriesgando todo- paz en su cerebro- para que se diera cariñito con Kenma Kozume no le dejaba en paz.

Se adentró en el cuarto sin ser visto y agarró su mochila, o al menos eso creyó. Kenma había despertado temprano cuando oyó a Kuro y Lev discutiendo algo en la entrada a las tres de la mañana, llevaba jugando con el móvil de su mejor amigo desde entonces.

Pero Kenma no le diría nada a Kuro, era muy molesto tener que escuchar los regaños de este a sus compañeros, sin importarle si era por un bien común, puesto que si un profesor te pillaba escabulleéndote a reunirte con tu novio en plena madrugada habrían problemas, y unos muy serios, de igual manera, al rubio no le gustaba meterse en la vida ajena. Que hicieran lo que quisieran y se afrontaran a las consecuencias, así de simple.

Empero aunque el rubio no le dijo nada a Kuro, este mismo paró a Morisuke en la entrada y le dijo: "No hagan marranadas en el campamento".

Morisuke se paralizó por un segundo para después negar todo pensamiento cerdo que pasaba por su mente, despertando al equipo entero con sus alaridos y refutas.

Kenma no pudo evitar quedarse mirando el rostro de Kuro, no cuando esté sonreía con autosuficiencia y aquella sonrisa le derretía todo. Ahora él era quien quería hacer marranadas en el campamento. Se sonrojó fuertemente cuando el pelinegro le captó observándolo y sonrió dulcemente hacia el.

Esto no pasó desapercibido para los jugadores que dormían ahí mismo, sólo para Kenma quien por un momento creyó que se estaba burlando de él, sin ser capaz de ver que Kuro le miraba de manera especial.

ʀᴀᴍÉ |ᴋᴜʀᴏᴋᴇɴ|~ •ʜᴀɪᴋʏᴜᴜ!•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora