Capítulo 8

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No digas que no te he avisado si empieza a lloriquear —murmuró, todavía algo nervioso por el beso que le había dado Jungkook.

Había sido un beso breve, impersonal, pero lo había sorprendido y embargado con una sensación de bienestar hacía tiempo olvidada.

Carraspeó ligeramente y se sentó, mirando a su alrededor y luego a Jungkook.

Yo, esto, parece que hemos acabado compartiendo la cama esta noche.

Él asintió con la cabeza, mirándolo a los ojos.

Y no ha pasado nada, ¿verdad?

Supongo que no.

Es más cómodo que el suelo.

Aquí estoy —dijo Marabel entrando en el comedor con el carrito de la niña.

Lo colocó junto a Eun-na y asintió con satisfacción.

¿Qué tienes planeado hacer hoy? —Jungkook le preguntó cuando terminó de colocar a la niña en el carro.

¿Quieres que haga algo en especial? —preguntó Jimin, ansioso de hacer todo lo posible para ayudarlo.

No. Ayer, cuando Hedley fue a buscarte, no me di cuenta de ocuparme de tu coche. Si quieres puede llevarte hasta allí para que puedas traértelo.

No tengo coche —dijo lentamente, untando una tostada de mermelada.

¿No tienes?

Al oír su tono de voz Jimin alzo la vista.

No. Jackson y yo sólo teníamos un coche y después del accidente no servía ya para nada. No quise gastarme el dinero del seguro en otro. Iba en autobús al trabajo y a la facultad. Después de nacer Eun-na sabía que necesitaba el dinero para poder pasar con ella todo el tiempo posible hasta que tuviera que volver a trabajar.

Me encargaré de que tengas un coche. Mientras tanto, si necesitas ir a algún sitio pídeselo a Hedley, él te llevará a donde quieras.

No necesito un coche, Jungkook. Por Dios santo, sólo voy a estar aquí...

Se calló, pensando lo terrible que resultaba recordarle que se iría cuando muriera su abuelo.

Un tiempo —añadió.

Le he traído huevos y salchichas —dijo Marabel, colocando el plato delante de Jimin—. El té está recién hecho. ¿Quiere algo más?

Jimin sacudió la cabeza, deseando que Marabel se marchara para poder responder a Jungkook.

Es un matrimonio temporal —susurró cuando el ama de llaves cerró la puerta—. Puedo disponer de Hedley si está libre; sé que tú vas primero.

Hedley no es mi chófer, es el de Yong. Pero yo le he acogido en mi casa mientras Yong está aquí. Hedley tiene muy poco que hacer ahora que mi abuelo está tan enfermo. Si quieres ir a algún sitio lo encontrarás por aquí. Así tendrá algo que hacer para ganarse el sueldo.

Oh.

Jungkook levantó la vista.

Eres mi esposo y tienes derecho a disponer de todo lo que yo tengo; eso incluye, por supuesto, al servicio de la casa.

Buenos días Jungkook.

Yang Mi entró en el comedor con desánimo, vestida con una bata de seda color lavanda. Se detuvo junto a una de las sillas y miró al carrito de Eun-na, que estaba colocado en medio de la habitación.

Padre Por Acuerdo KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora