Capítulo 10

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Si tuviera un jardín como este, sacaría a Eun-na todos los días —dijo Jimin en voz baja, mirando a su hija, pero pendiente de Jungkook.

Anoche me dejaste sorprendido, Jimin —murmuró Jungkook.

¿Cómo? —preguntó, recostándose sobre la hierba y contemplando los colores de las flores y el azul del cielo.

Pensé que aprovecharías la oferta de Yong de abrirle una cartilla de ahorro a Eun-na.

¿Estás loco?

Se volvió a mirarlo con perplejidad. El entreabrió los ojos; de no mirarlo bien de cerca pensaría que estaba dormido.

Eun-na no es nada de Yong y yo no quiero nada de él.

Jimin, no fue Yong el que no cuidó de que ese camión estuviera a punto; fue uno de sus empleados —dijo Jungkook en voz baja.

Todo para llenar las arcas. No creo que valga la pena sacrificar la vida de una persona por obtener mayores beneficios —dijo acalorado.

Ni yo tampoco lo creo, ni mi abuelo. Y dudo que el encargado pensara que iba a ocurrir algo así. Fue culpable de negligencia, no de asesinato.

Jimin miró hacia otro lado. El resultado era el mismo para el y su hija: estaban solos. A veces le costaba imaginárselo, recordar el sonido de su voz, su risa contagiosa y lo buenos amigos que habían sido.

¿Jimin?

No aceptaría nunca dinero de tu abuelo. Tampoco de ti si no lo necesitara tanto. Y pensé que casándome contigo iba a ayudarte.

Y lo has hecho. Cualquier otra persona hubiera aprovechado para sacar todo lo posible.

Bueno, pues no soy cualquier otra persona. Y no aceptaría el dinero de tu abuelo. Además, primero le diría la verdad. Sólo he fingido porque he visto que le ha hecho una ilusión tremenda pensar que tiene una bisnieta. ¿No es ésa la razón de todo este tinglado? ¿Hacerle feliz el tiempo que le quede?

Está muy emocionado. No dejó de hablar de ella cuando te marchaste.

Me sorprende que tu madre no le dijera la verdad.

Mi madre es una mujer muy egoísta, pero ama a su padre. Al ver lo contento que estaba supongo que decidió no decirle la verdad. Está dispuesta a colaborar con tal de alegrarle la poca vida que le quede.

Jimin asintió con la cabeza.

¿Por qué tienes este jardín si no lo usas? —dijo jimin, intentando cambiar de tema.

Es bonito. A veces doy cenas de trabajo aquí; es un bonito lugar para entretener a los invitados.

¿No tienes aficiones?

Arrancó una brizna de hierba, la hizo pedacitos y los soltó en el aire. Se estaba muy bien allí. Eun-na parecía a punto de dormirse, con las flores como un halo alrededor de la cabeza.

Había una suave brisa, no se oía un ruido y a Jimin le gustaba charlar con Jungkook.

No tengo aficiones —contestó.

¿De verdad? ¿No tenías ninguna ni siquiera cuando eras un adolescente, aparte del surf?

Recordaba lo bien que se le daba eso.

Padre Por Acuerdo KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora