Padre Por Acuerdo KookMin

Capítulo 14

Cuando Jimin se despertó a la mañana siguiente el sol entraba ya por la ventana. Se estiró, sintiéndose feliz y querido. Lentamente los recuerdos de la noche anterior se definieron en su mente y Jimin  sonrió, volviendo la cabeza despacio. Jungkook estaba a su lado boca abajo, con la cara mirando hacia el, todavía dormido.

Se tomó unos instantes para estudiar al hombre que con tanto apasionamiento lo había amado la noche anterior y entonces sintió que el pulso se le aceleraba.

Parecía más joven así dormido, sus facciones menos duras, pero, aún así, muy masculino. Y era suyo, al menos durante un tiempo.

Tragó saliva al recordar la delicadeza y ternura con las que lo había tratado la noche pasada, provocando en el una respuesta que jamás pensó que pudiera dar. ¡Había sido glorioso! Y no parecía haberle importado su inexperiencia. Le enseñó cosas que no sabía y juntos alcanzaron cimas que el jamás habría soñado.

Lilenciosamente, se preguntó cuándo volvería a hacerle lo mismo.

De repente Jimin pensó en lo tarde que debería de ser. ¿Se habría olvidado de conectar el transmisor del bebé? Se volvió y vio que estaba encendido, pero le extrañó que Eun-na durmiera hasta tan tarde.

—¿Ocurre algo? —le preguntó Jungkook con aquella voz tan profunda.

Lo miró y se puso colorado; ojalá él pensara que estaba así de dormir.

—No he oído a Eun-na llorar. Ya es muy tarde, debería de estar despierta a estas horas.

—Si se despertara, podría ir Marabel.

—Sí, pero no creo que pueda darle de comer.

—Quizás algo de zumo. ¿No dijiste que habías empezado a darle zumo de manzana?

Jimin asintió con la cabeza lentamente, cautivado por el hombre que tenía al lado.

Jungkook le sonrió y el se dispuso a acariciarlo, incapaz de resistirlo. Él le agarró la mano y le besó la palma; sin soltarlo le llevó la mano hasta su pecho y la mantuvo ahí junto a él.

—Buenos días.

—Buenos días —dijo el sin aliento, buscando su mirada.

¿Habría sido la noche pasada tan especial para Jungkook como para el? Esa había sido su verdadera noche de bodas.

Jungkook lo atrajo hacia sí, salvando la distancia que los separaba. La noche anterior se habían desnudado y luego no se habían puesto pijamas. Jimin sintió el cuerpo desnudo de jungkoon pegado al suyo y la llama de la pasión se inflamó.

—Es un buen día que está a punto de mejorar —dijo Jungkook mientras empezaba a besarlo.

—No puedo salir —dijo Jimin un rato después.

Se había dado una ducha, vestido y en ese momento se paseaba por la habitación mientras Jungkook se ponía unos vaqueros y una camiseta oscura. Se sentó en el borde de la cama y de repente dio un salto y se fue a sentar a una silla, mirando a la cama con rabia.

—¿Por qué no? —le preguntó Jungkook con alegría.

Jimin notó que había cambiado de humor, que estaba contento, feliz. Bueno, quizá no tanto, pero verlo así era un cambio.

—En cuanto nos vean los demás sabrán lo que hemos estado haciendo.

—Odio tener que decirte esto, cariño, pero no tendrán ni que mirarnos. Es casi mediodía; ya saben perfectamente lo que hemos estado haciendo. Venga; tengo hambre. Comeremos algo y nos iremos a la playa.