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Un nuevo día empezaba y desde temprano sentía el andar de la servidumbre de acá para allá. ¿El motivo?

Hoy tendríamos una fiesta.

Y no cualquier fiesta, sino una organizada por Kim Jonghyun. Desde muy temprano se dedicaron a ambientar la sala de acuerdo al diseño que Jonghyun quería, todos los empleados estaban trabajando en ello y yo me incluía. Largas cortinas recogidas de una manera que hacían como un arco de bienvenida. Los bocaditos, no eran nada a comparación de los platillos que eran preparados.

—Vamos Kibum, quita esa cara, no es como si fueses a bailar.

Me choqué con su espalda para luego ver su mirada de seriedad.

—Seremos meseros toda la noche, Taemin. ¿Y sabes lo que significa ello?

Negué.

—Tener que soportar todos los comentarios de los idiotas de sus amigos. El año pasado tuve que soportar el hecho que dos babosos me estuvieran acosando toda la noche porque decían que era "una chica con un buen trasero" y claro como estaban borrachos ni cuenta se daban, y el idiota de Jjong andaba por ahí, follándose a cuanta chica estuviera sola.

Al ver mi cara de estupefacción él paró de hablar y suspiró.

—Lo siento, creo que te solté todo el rollo de una sola vez, pero es así, y créeme que lo que menos quiero es volver a sentir eso. Es horrible.

—Entiendo.

—Espera, Jonghyun también te confundió con un chica, y esta noche estarás de mesero junto conmigo, eso quiere decir que... ¡oh no!

—Tranquilo Kibum, sabré defenderme.

—No les puedes negar nada a los invitados. Literalmente, claro.

—Lo sé, pero somos los meseros, no sus acompañantes y además por más ebrios que estén obviamente preferirán ligarse a una chica con atributos femeninos. Sabes a lo que me refiero, ¿no?

—Sí, pero aun así debes tener cuidado.

—Lo tendré. Gracias.

Eran las 18:00 horas y debía ponerme el uniforme, le pedí a Kibum que me ayudara puesto que no sabía cómo se ponía la chaqueta. Al finalizar me dio una mirada de aprobación.

Asentí y en el camino Jonghyun pasó de largo empujándome a propósito.

—Fíjate por donde vas.

—¿Qué dijiste, sirviente poca cosa? Ten cuidado con lo que hablas, porque tan solo con un chasqueo de dedos puedo hacer que te despidan.

—No me intimidas ¿sabes?

—Pues deberías, aunque claro, después no me vengas a llorar suplicando por un trabajo.

—A ti no tendría que rogarte nada, no fuiste quien me contrató. Yo estoy aquí para cuidar al joven amo.

—¡Ja! Para tal caso solo hubiesen contratado un señor que cuida animales, porque solo causa destrozos.

—¿Qué dijiste?

Quise abalanzarme sobre él, pero Kibum me detuvo.

—Déjalo en paz, Jonghyun, es solo un muchacho y es nuevo en esto.

Sin decir nada más dio media vuelta y se fue.

La jornada empezó, los invitados comenzaron a llegar y uno tenía que estar allí con su mejor sonrisa, de lado a lado o simplemente ofreciéndole una copa de champagne, caviar, u alguna otra bebida. Debo admitir que Jonghyun se veía como todo un heredero, de unos 25 años recién cumplidos, pero tras esa sonrisa falsa se ocultaba un idiota de lo peor.

In your eyes [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora