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Desperté a la mañana siguiente, entreabrí mis ojos y vi la figura de Kibum enfrente mío.

—¿Tae? ¿Te encuentras bien, pequeño?

—Kibum... - susurré y me senté en la cama tallándome los ojos – ¿Dónde estoy?

—Es lo que yo debería preguntarte. ¿Qué haces en la habitación del joven Choi?

Apenas y escuché eso abrí mis ojos de la impresión y miré a mi alrededor. Era cierto, estaba en su cama y al mirar el reloj eran las 09.00 horas. Quise levantarme, pero el dolor de cabeza se hizo presente.

—Lo sé, la resaca, ¿no? - me sonrió leve y me ofreció una pastilla - Ten, tómala. Sé que es la primera vez que bebes de esa manera, pero hoy es un nuevo día y hay que reanudar labores. ¿Y me quieres explicar por qué tienes la mejilla inflamada?

Fue en ese momento donde todas esas imágenes traumantes de la noche anterior regresaron a mi mente.

—Te lo diré después.

Salimos de la habitación y él fue a preparar el desayuno y yo a darme un baño y empezar con mis labores.

El señor Seo llegó a la hora del almuerzo y se notaba de lo más "normal", daba en cuenta como si no hubiese sucedido nada, cuando Kibum le dijo sobre la fiesta él se justificó en todo momento que no creía que el joven Kim haya hecho eso, después de todo, confiaba plenamente en él. Yo solo podía ver cínicamente su rostro, o es que el señor Seo era "estúpido" o no quería ganarse problemas con Jonghyun.

Cuando terminé de hacer los deberes en la lavandería me encaminé hacia la habitación que compartía con Kibum, pues él debía estar allí para aplicarme una crema para la inflamación.

—¿Ahora si me dirás que pasó?

Suspiré.

—Kai intentó abusar de mí, y como me resistí me golpeó.

—Cretino. Eso es lo que es él y Jonghyun – me dijo a secas – o sea ellos tienen el derecho de tocarnos como quieran y nosotros no poder hacer nada por temor a perder el trabajo.

—¿Nosotros? Qué... quieres decir.

—Nada – me sonrió leve y me abrazó cariñosamente – y que pasó, como lograste salir de allí.

Mi rostro de repente se iluminó con una gran sonrisa.

—Minho vino en mi ayuda. Afortunadamente la puerta de su habitación estaba abierta y pudo escuchar mis gritos.

—¿Minho? Como sabes que se llama así.

—Leí sin querer una descripción en el álbum de fotos que tiene. Lo siento.

—Está bien, pero el punto aquí es que el joven Choi te salvó por decirlo así. Lo cual es raro. Muy raro. Prácticamente desde que he empecé a trabajar aquí él no ha salido de su habitación.

—Bueno creo que esta vez fue la excepción porque olvidé cerrar la puerta con llave.

—Ya veo – dijo mientras me terminaba de aplicar la crema – Ahora entiendo por qué el joven amo estaba con el hielo cuando entré.

—¿Eh? – mi corazón comenzó a latir un poco más rápido de lo normal – ¿Minho cuidó de mi?

—Taemin...

—El joven amo, se preocupó por mi...

—Tae... ¡Taemin! Basta ya, qué te dije con respecto a encariñarse demasiado con alguien.

—Lo sé, pero – abracé a Kibum emocionado —Tengo la confianza que nos convertiremos en amigos poco a poco.

—¿Tú y el joven Choi? – suspiró separándome un poco y dándome una mirada comprensiva – él no ha tenido amigos desde hace años. Desde que la señora Choi decidió que era lo mejor mantenerlo aislado para que no haga daño a nadie.

In your eyes [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora