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Tras unos días encontré la manera de hablar con el señor Choi, pues había ocasiones en los que no regresaba a casa, o lo hacía, pero estaba cansado. Ahora me encontraba en su despacho entregándole los recibos de los medicamentos y poniéndole al día en cuanto a las visitas de su hijo con el psicólogo.

- Y eso fue todo, señor Choi. Minho dentro de unos meses más podrá volver a tener una vida normal, pero...

- ¿pero? – dijo él sin dejar de ver los papeles –

- Ya no se le debe de administrar por nada del mundo las drogas que le daba la señora Madeline, de lo contrario el tratamiento seria en vano. Dudo mucho que ella me haga caso, puesto que solo soy un empleado.

- Hablaré con ella seriamente cuando regrese de viaje. No permitiré que siga haciendo de las suyas, abusando de la confianza que tengo con ella.

- Confió en usted y muchas gracias, señor Choi por permitirme cuidar de su hijo.

- No es nada, Minho es muy feliz a tu lado y desearía que se queden así por mucho tiempo.

Aquellas palabras resultaron muy gratas de escuchar para mí.

Luego de aquella charla, me tomé un tiempo para ir a regar el jardín, ya que estaba comenzando a ser abandonado a causa de la ausencia de un jardinero. A mí y a Key nos gustaba regarlo una media hora por las tardes.

- Ah, qué triste que esto no esté bien cuidado, Tae.

- Lo sé, podemos regarlo y todo, pero eso no es suficiente para su cuidado.

- Creo que hasta tus begonias lucen más bonitas que nuestro jardín.

- Ah, mis begonias están creciendo muy bien. – le sonreí – sin duda Onew sshi, sabia cual darme.

- ¿y si pedimos que regrese el gruñón ese?

- ¿el anterior jardinero? ¡Claro que no! – me negué – así estamos más tranquilos, además el invernadero también falta revisarlo.

- Ash – suspiró - ¡nos urge un jardinero!

- Tranquilo Kibum, ya habrá alguien que apares-... ca.

- ¿qué sucede? – me quedó viendo por unos momentos –

- ¿sabes...? Se me ocurrió una loca idea.

- Nada es más loca que Madeline de Choi.

- Es cierto – rei – pero me refería a otra cosa... Creo que tengo al nuevo jardinero.

- ¿de veras? ¿Y quién-...? Oh, espera.

- ¿ya lo sabes?

Asintió.

- Traerás a tu amigo el florista, ¿no? – me codeó de manera juguetona -

- ¡Yah! – rei – no es así, bueno sí, pero no por las razones que estás pensando. Onew creo yo, sería el ideal para este trabajo.

- Bueno y ¿crees que el señor Choi esté de acuerdo? Sabes que conoces poco a ese joven.

- Lo sé, y eso me da algo de desconfianza, aunque dime ¿qué persona donaría su dinero a un orfanato? Se nota que es súper noble.

- Bueno eso sí, tiene un punto a su favor, ah, y también recuerda que si lo traes y pasa algo con el jardín o resulta ser "un ladrón" toda la responsabilidad recaerá sobre ti.

- Ah... - escondí mi cabeza entre mis rodillas- tienes razón...

- Pero me gustaría que lo traigas, digo, no sería mala idea conocer al florista ese de sonrisa bonita.

In your eyes [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora