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Lisa.
Después de agarrar lo que necesitaba para dormir me despedí de Jennie deseándole buenas noches a lo que ella me respondió con un “Descansa, Lisa” junto a una mirada tímida.

E de decir que me gusta cuando es tímida, sus mejillas se ponen de color rojo y eso la hace aún más adorable de lo que ya és.

Me encontraba en la Sala, más específicamente en el sofá-cama color negro esperando a que JiSoo bajará para pedirle disculpas. Exagere.

Mi mirada estaba sobre el techo, el sonido de las gotas cayendo contra éste más el olor de la tierra húmeda me hacían sumergir en mis pensamientos y en mis recuerdos.

Los cuales odio.

Cuando era pequeña le tenía miedo a las tormentas, siempre pensaba que todo se iba a inundar y que todos moririamos ahogados pero JiSoo estaba ahí, siempre que no podía dormir por las tormentas ella me llevaba cargando a mi cama, me acostaba, me contaba cualquier cuento o ella lo inventaba y me dormía, lo hacía con tal de que yo estuviera bien.

—¿Lisa?. —al parecer me sumergí tanto en mis pensamientos y recuerdos que no me percate de que Jennie estaba parada en el último escalón de las escaleras.

—¿Si?. —me senté rápidamente para hacerle notar mi presencia e inmediatamente una sonrisa en mi apareció.

Ella tenía la mirada hacia sus pies los cuales estaban moviéndose, tenía el cabello suelto, vestía un pantalón deportivo color blanco mío junto a una sudadera de mangas largas de color gris, debido a que soy más alta que ella le quedaba colgando haciéndola aún más malditamente adorable.

—¿No podías dormir?. —le pregunté, ella asintió. —¿Quieres hablar hasta que te de sueño?. —no era bueno entablando converdaciones con la gente pero lo intentaría.

—¿Segura? Digo yo podría irme y....

—Si, lo estoy, además tampoco podía dormir. —ella bajó el último escalón y caminó hacia a mi, alzó la manta grande color gris que usé para arroparme y se colocó debajo de está.

—¿Y de que hablamos?. —alce mis hombros y ella soltó una pequeña risa. —¿Te parece las 20 preguntas?.

—Bien, empieza tú. —ella se sorprendió un poco pero empezó a pensar lo sé porque cuando lo hace Junta sus manos y golpea sus pulgares.

—¿Fecha de tú cumpleaños?.

—27 de marzo. —Respondi con simpleza esperando a que no preguntará el año de mi nacimiento el cuál no es favorable que lo sepa. —¿Color favorito?. —pregunté.

—Rojo y Negro. —sinceramente ya sabía cuales eran ya que la mayoría de veces los vestía. —¿Comida favorita?.

—No tengo. —se sorprendió no pude evitar soltar una pequeña risa.

—¿Como es que no tienes comida favorita?.

—Es mi turno, señorita Kim. — moví mi dedo índice de un lado al otro al frente de ella, alzó una ceja y al segundo río.

Y así pasó el tiempo, entre preguntas, respuestas y risas, el sonido de su risa era el sonido de la perfección, su voz era perfectamente melifluido.

Al principio las preguntas eran sencillas, pero después pasaron a ser personales y era completamente increíble como puedo hablar con ella con total transparencia.

Y al mismo tiempo me sorprende porque ella es alguien cautelosa, no confía en cualquiera, es cuidadosa con elegir sus amistades y al mismo tiempo su noviazgo.

Me sorprende que ella confíe en mí.

Y me alegra.

Y a la vez me aterra.

—Última pregunta. — anuncié, hizo un puchero y al mismo tiempo rei.

—Bien, ¿Tienes novia?. —por la forma en la cual hizo la pregunta me hace pensar que lo quería preguntar desde mucho antes pero no se animaba.

—No.

—Te toca. —era mi última pregunta y debía preguntar algo importante, coherente y amable.

—¿Eres Virgen?.

Mysterious (Chaesoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora