Rosé.
Era una tarde lluviosa, todos estaban adentro, algunos se encontraban jugando, otros bailando o cantando, entre otras cosas, por mi parte estaba sentada leyendo un libro mientras estaba sentada en mi cama.
Vivía en un orfanato, mis padres murieron en un accidente de tránsito cuando yo tenía 5, yo iba con ellos en el auto, pero no me pasó nada más qué unos simples rasguños y una cortada en el lado izquierdo de mi abdomen.
Estaba tan concentrada en mi mundo, que no me percaté de que me estaban llamando.
—! Hey! La Señora Clark te llamá a su despacho, dice que te pongas algo lindo. —me informó uno de los niños que estaban jugando con anterioridad al frente mío.
—Gracias, pequeño.— dije con una sonrisa, el me la devolvió y siguió jugando.
Deje mi libro, me levante de la cama y fui hacia mi estante, donde se encontraba mi ropa, no sabía que usar, así que opté por algo ligero y cómodo, unos vaqueros, una blusa blanca y unos tenis blancos, me hice una coleta y salí rumbo a la Oficina de la Señora Clark, la directora del orfanato.
Toqué la puerta y escuche un pasé de la susodicha, entre y ví a un señor de traje azul marino, éste estaba sentado en la silla que da al frente del escritorio de la antes mencionada.
—Por favor, Rosé, toma asiento. —pidió la mujer, solamente asentí y me senté al lado del desconocido.
—Te quiero presentar al Señor Mason. —Señalo al desconocido, solamente estire mi mano y el tomó.
—Un gusto. —solamente pude decir eso, soltó mi mano no sin antes dedicarme una sonrisa.
.......
Para mí sorpresa el Señor Mason me adoptó, yo estaba realmente emocionada, al fin tendría un hogar, uno de verdad, con un padre que me ama.
—¿Lista para conocer tu nuevo hogar pequeña de 9 años?. —Preguntó el señor Mason.
—! Si!. -grite emocionada.
