Jennie.
Unos momentos antes.
Soy una completa estúpida.
Una estúpida enamorada.
Por él.
Sinceramente no planeaba que ésto pasara así, de ésta forma y mucho menos que llegara a estar de tal forma con mi maestro de matemática.
Yo sentada encima de su escritorio mientras tenía mis piernas alrededor de su marcada y definida cintura, mis brazos alrededor de su cuello y mi boca anhelando por más y más contacto y calor.
Él tenía sus grandes manos en mi cintura, al mismo tiempo que movia sus labios desesperadamente, tomando el control.
Cómo siempre lo hacía.
—Espera. — pedí cuando sentí que sus manos bajaban hasta mis muslos.
—¿Qué?. — levantó su mirada.
Ya lo habíamos hablado anteriormente sobré ésto, él quería llevar la relación (si es que se podía d llamar ésto así) más allá, lo que significa que quería tener relaciones sexuales conmigo.
Pero yo aún no estaba lista.
—No estoy lista. —hablé mientras retiraba sus manos de mis muslos y posicionándolas en mi cintura.
Él suspiro.
—Lo siento. — me disculpe. — no me....
—No te sientes lista. — habló con su voz tensa.
—Kai yo.... — intente explicar pero él simplemente alzó sus manos en señal de rendición.
—Está todo bien, entiendo. — me ayudo a bajarme del escritorio y se alejó de mí mientras acomodaba su camisa junto a su corbata.
Imite su acción y acomode mi camisa y su escritorio ya que alguno de sus documentos se habían caído.
Había tensión en el ambiente, y lo sabía, él hacía lo mismo cuando nuestras caricias iban subidas de tono y lo detenía.
No es que no lo quisiera, solamente no me sentía lista para tener relaciones y mucho menos en el instituto y en un escritorio en un aula donde posiblemente no pueda retener mucha cosas.
—Tienes que irte, faltan 5 minutos para que toquen la campana de la siguiente clase, te meteras en problemas. — dijo mientras estaba recargado en una de las mesas de allí.
—Kai escucha. —me acerque a él mientras dejaba sus documentos en la mesa.
—No estás lista, lo sé, solamente me deje llevar y lo siento , ¿A caso no sabes lo sexy que eres?. — ambos sonreímos.
—¿Recuerdas nuestro plan?. —tomé sus manos.
Él mostró su sonrisa, su hermosa sonrisa.
— Al pie de la letra, pequeña. —dio un beso en mis manos lo que me hizo sonreir.
Nuestro momento se interrumpió cuando su celular sonó, él dejó una de mis manos para sacar su celular de su bolsillo y tomar la llamada.
Cambio su expresión a una neutra al ver la pantalla del celular.
—¿Estás bien?. — despertó de su trance.
—Si. —sonrió. — solo es la directora, tenemos una reunión está noche. — explicó pero sabía que no era verdad.
—No hay reunión de maestros hasta dentro de dos semanas ya que estamos iniciando un nuevo semestre. — dejó su celular en la mesa boca abajo. — ¿Me estás ocultando algo?.
—No, no, para nada.
—¿Entonces porque no me dices la verdad?. — lentamente fui quitando mis manos de las suyas pero él las sujeto.
—No es lo que crees que es, te lo juro, pequeña. — se acercó a mí y nuevamente su celular sonó así que lo tomé.
No soy alguien tóxico quien revisa los celulares de su pareja, no me gusta que me oculten cosas y mucho menos si se trata de mi pareja.
Krystal:
10 pm, donde siempre, no tardes, kim.
Lo miré, él iba hablar pero no lo dejé, simplemente le tire sus celular y me fui de allí.
