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Había pasado un tiempo desde que la tormenta la cuál hizo que Rosé y Jannie se quedarán en la casa de Lisa y JiSoo.

Aquella noche la rubia durmió abrazada a la castaña, el rostro de la menor escondido en el hueco del cuello de la mayor. JiSoo jamás de imagino que ese día llegaría, siempre pensó que era imposible, pero nada es imposible.

Al sentir el calor de Rosé a su lado, al sentir su olor, al sentirla a ella a su lado vivió la mejor noche de su vida, se podría decir que por primera vez en su vida se sentía en paz.

A la mañana siguiente no pudieron hablar de lo sucedido en la habitación ya que el padre de la menor llegó por ella y Jennie, el adulto sabía más que nadie el porque el miedo de Rosé hacia las tormentas.

Rosé había dejado una nota en la mesa del comedor diciendo que se quedaría en casa de JiSoo.

Ambas chicas aún no eran nada, pero siempre que se veían en los pasillos de saludaban y hablaban, se podía notar la sonrisa de Rosé al momento de hablar con JiSoo y la sonrisa de está queriendo salir al estar hablando con la chica de la que está enamorada.

Por otro lado.

Lisa y Jennie.

Después de aquella indecorosa y inapropiada pregunta de aquella noche la menor soltó balbuceos hasta que un trueno se hizo presente el cuál se llevó la atención de Lisa y puso escapar de aquella bochornosa escena.

No habían cruzado mirada ni palabra, Jennie intentaba no toparse con Lisa ya que aún recuerda como le preguntó de forma tan natural si era Virgen.

Eso era algo personal que obviamente no iba a decir, por un momento quizo abofetear a la mayor pero solo logró huir.

Hasta ese día.

—Bien jóvenes, recuerden la tarea del martes, pasen un excelente fin de semana. —habló el profesor mientras todos recogían sus cosas y salían del aula de clases.

Rosé y Jennie iban saliendo de aquella clase mientras hablaban de temas diversos y a la vez reían.

—Aún no puedo creer que lo hayas echo. —habló la rubia mientras reía.

—¡Tenía 9 años! El solo se acercó y me dijo que era linda......

—¿Y por eso lo golpeaste y le dejaste un ojo morado?. —ironizó mientras seguía riendo.

—¡Que solo tenía 9!.— chilló la castaña mientras tenía sus brazos cruzados esperando a que su mejor amiga parara de burlarse de ella.

Y así fue.

Paro.

—Hola. —susurro una voz en su oído mientras unas manos se posicionaron en su cintura.

Aquel acto hizo que la rubia parara su risa y se tensara y a la vez su rostro se tornaba de un color rojo.

A lo que la chica de ojos gatunos sonrió y susurro un “Karma” mientras reía.

—H—hola.—saludo de vuelta.

Jennie sabía que estaba sobrando en aquella escena ya que ella había visto el comportamiento de ambas chicas durante éste último tiempo y si de algo estaba segura es que tarde o temprano ellas serían pareja.

—Bueno yo tengo que ir a ver si ya puso la gallina, adiós. —se despidió de la mano mientras se dirigía a la salida para subir a su auto e ir a su hogar.

Ante lo comentado la rubia no pudo evitar soltar una risa.

—Me gusta tú risa. —comentó la mayor quien seguía con sus manos en la cintura de la menor.

—Gracias.—no sabía aún como dejar de ponerse nerviosa ante el contacto o el acercamiento de JiSoo. —¿Comó te fue en clases? Supe que se aproxima un evento y tal vez algunos estudiantes tengan que participar y..... —no pudo terminar de dar la información cuando unos labios familiares se unieron con los suyos, el cuál correspondió.

El contacto era suave, lindo, dulce y cariñoso, no había nada sexual de por medio, aquel beso transmitía todo lo que sentían la una por la otra.

Se separaron una vez que sintieron la necesidad de respirar, tenían sus mandes juntas y podían sentir sus labios calientes por el contacto.

—Eso fue inesperado. —mencionó con una sonrisa ladida mientras reposaba sus manos en la nuca de la mayor.

—Las mejores cosas vienen de forma inesperada, Rosie. —sonrió.

Amaba que la llamara así.
......
Se encuentraba una chica de ojos gatunos en su cama mientras escuchaba música.

Empezó a divagar por los recuerdos en su mente, los recursos con Rosé, con sus padres, con su familia, con su cachorro Kuma.

Y con Lisa.

Aquella pregunta aún sonaba una y otra vez en su mente “¿Eres Virgen? ”.

En ese momento tocaron la puerta de su habitación, se le hace extraño ya que no esperaba a nadie, se levantó de la cama y camino hacia la puerta.

Y casi se desmaya al ver quien era.

—Lisa.— su boca estaba abierta. —¿Qué haces aquí? ¿Comó supiste donde vivo?.

—Rosé en lo dijo. —“Estás muerta, ardilla” pensó Jennie.

—¿Y que haces aquí?. —pregunto.

Dio un paso al frente.

—Me debes un respuesta. —respondió con simpleza mientras metía sus manos en los bolsillos de sus vaqueros.

Aún no sabía que responder, ya que aquella pregunta era vergonzosa.

—No te importa. —intento cerrar la puerta pero la mano de la mayor lo impidió.

—¿Me ibas a cerrar la puerta en la cara?. —cuestionó la mayor a lo que la menor trago saliva.

Otro paso al frente.

Otro paso.

Y otro paso.

A éste punto la puerta estaba cerrada y las dos viéndose a la cara en medio de la habitación.

Lisa sabía que a Jennie le avergonzada la pregunta así que ya tenía un plan  para eso.

—Jennie.—llamó.—¿Eres Virgen de labios?. —la menor alzó la vista totalmente confundida.

—¿Qué?. —estaba pérdida.

—¿Qué si haz besado a alguien?. —¿Estò podía ser aún más vergonzoso?.

—¡Es una idiota!. —golpeo el pecho de la mayor con su puño haciendo que está ría a carcajadas.

—No me digas que me refería a....

—¡Imbecil deja de reírte!. —golpeo aún más el pecho de la mayor mientras está solo reía.

—Ya para, Jennie. —intento tomarla de las muñecas. —Jennie ya. —aún seguían los golpes.

—Jennie ya. —al momento de tratar de tomar las muñecas de la menor y está impidiendo éste acto ambas quedaron serca.

Tanto una como de la otra.

Con la punta de su nariz rozando.

Nota:¡Buenas! Soy uno de los escritores y lo siento por aver los echo esperar.

Aquí les dejo el capítulo.

Y si, está en tercera persona.

Eso es todo, nos leemos, luego.

Mysterious (Chaesoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora