Jennie.
Ésto es genial, hay una tormenta y Rosé no aparece por ningún lado, la e llamado demasiadas veces e enviado mensajes pero no contesta, ella no es así, me está preocupando.
Ya era tarde así que la única opción era correr hacia la parada de autobus más cercana pero debido a la tormenta dudo mucho que pase alguno, la otra opción era correr.
Mi bolso estaba en mi cabeza mientras corría tratando de llegar a casa que para mi mala suerte estaba a 30 minutos de aquí.
Lisa.
Decidí salir a correr por un momento, poco me importaba que ubiera una tormenta solo quería despejarme. JiSoo está de un humor insoportable, está enojada todo el tiempo, ella no es así, conozco a mi hermana. Solo hay una razón por la que pueda estar así.
Rosé.
Ella es muy linda, amable, graciosa y Infantil, te puede alegrar el día tan solo con uno de sus chistes, auque son amargos. Pero que mi hermana se haya emprimado de ella no significa que no la proteja.
Ella se convirtió en mi amiga y si es necesario protegerla se JiSoo lo haré.
Dejé de pensar cuando percibí ese olor pero, hay una tormenta ella no debería..... Rosé se fue a buscar a JiSoo.
En ese momento empecé a correr más rápido siguiendo su olor, apesar de la tormenta y del fuerte viento aún puedo saber en donde está.
Su olor llegaba a la ciudad, unos metros más del Instituto, tube que volver a mi forma humana para poder alcanzarla.
Empecé a correr y la encontré estaba recargada debajo de un árbol se veía mal, dejando de lado que estaba temblando y ya sabía porque, estaba pálida, sus ojos se estaban cerrando lentamente.
—Jennie...! Jennie¡.—corri hacia ella y logré agarrarla antes de que cayera.
Se vía demasiado pálida, estaba temblando, demasiado, estaba totalmente empapada, me quité mi chaqueta y se la puse, la tome entre mis brazos y decidí llevarla a casa.
........
Llegue a casa, JiSoo no estaba en casa, no sentía su olor, subí a mi habitación dejé a Jennie en mi cama mientras iba por una sudadera mía, tube que hacer un gran esfuerzo mientras le quitaba la ropa mojada, busque una toalla y intente sacarla una vez echo esto le puse mi sudadera.
Se acurruco aún más llevando la cobija hasta su nariz, es la imagen más tierna y hermosa que e visto.
Hasta el momento recupero un poco el color, ya no temblaba eso era una buena señal.
Me senté en la orilla de la cama mientras la veía dormir, pude notar aún más sus facciones, sus ojos gatunos estaban relajados, su cabello se puso algo esponjoso debido a que está mojado, un par de mechones cubrían su cara con delicadeza los puse detrás de su oreja.
—Eres preciosa. —deposite un beso en su frente y salí de la habitación dejándola descansar.
