7. Vine a rescatarte

1.1K 57 6
                                    

-Buenos días gran Unificadora- Weng entraba a la celda y miró a los aldeanos- ¿Se cansaron de intentar escapar? Ustedes son tan patéticos, y las guerreras Kyoshi estan en las mismas, bueno, ¿Cual sera tú tortura del día? Sé que Dang dijo que debía ejecutarte pero en verdad creo que vas a ceder.

-¿Puedo...puedo beber agua?- la militar abrió los ojos y respiró profundo- porfavor...

-Mmm, no debería darte nada de comer ni de beber pero quiero que sigas con vida así que está bien, veamos, agua, aquí hay agua- el hombre se acercó y le dio de beber, Kuvira sintió aquel liquido maravilloso bajarle por la garganta y soltó un respiro de alivio- ahora déjame ver, viene la mejor de todas.. ¿Qué fue eso?- el hombre escuchó el sonido del metal- dejen de hacer ruido que tengo que trabajar.. bueno, iré por mis herramientas,querida Kuvira, Suyin Beifong ha estado recibiendo todos tus recados, ¿Qué le mandarás esta vez? Quizás un... ¿Dedo?- el hombre bromeó y salió de la celda.

-Gran Unificadora, ¿Estás viva aún? Porfavor, danos un poco de tiempo vamos a sacarte- el médico del pueblo la miraba desde ahí, la mujer se veía en un estado deplorable.

-Alguno... ¿Alguno de ustedes tiene arena?- la militar no perdió tiempo, necesitaba intentar algo o no saldría viva de ahí- porfavor.. aunque sea un poco.

-Yo tengo- Hanami sacó una bolsita de su armadura- ¿Que planeas hacer con eso?, no puedes moverte, llevas mucho tiempo sin comida y nisiquiera puedes mover los brazos o las piernas.

-Pero si mi mano derecha- Kuvira sonrió grande y abrió la palma de su mano- lanzala, no perdamos tiempo, es necesario hacerlo rápido o vamos a morir aquí.

-Esta bien- la chica lanzó la pequeña bolsita con arena y Kuvira la atrapó, al sentirla con su uña  empezó a rasgarla y toda la arena se volcó en su palma- los maestros arena son conocidos por manipular las pequeñas partículas de la tierra en este estado, Kyoshi escribió acerca de esto en sus pergaminos, lamento si los robe pero sin ellos no podría haber construido el arma espíritual...

-¿Que planeas hacer?- Hanami miro a su ex amante sin entender.

-¿Ustedes jamás los leyeron?- los aldeanos y las guerreras negaron- entonces ya lo verán,necesito que lo distraigan, no sé si funcionará pero es nuestra última salida..

-¡Ya escucharon a la Unificadora!- el sabio del pueblo empezó a planear una estrategia.

Kuvira sintió la arena deslizarse por todos sus dedos, el ardor en los cortes era infernal pero era su última salvación, cuando aquel hombre entró de nuevo, los aldeanos empezaron a golpear las rejas para llamar su atención. Kuvira deslizó rápidamente la arena por el suelo y la subió por la pierna del hombre, al ser una cantidad muy pequeña era imperceptible.

-Gran Unificadora, después de tu castigo seguirán estás personas,nadie me trata así- el hombre se acercó a la mujer y tomó uno de sus pies- tus heridas están cicatrizando ya, no me agrada para nada esto, Kuvira te haré la pregunta de siempre, ¿Estás lista para unirte a los Dai li o quieres conocer el infierno nuevamente?

-Creo que lo conocerás tú- la Unificadora movió sus dedos y la arena entró por la nariz del hombre para llegar a los pulmones de gobernador Weng.

-Kyoshi fue la creadora de técnicas muy peligrosas,cuando robe los pergaminos tuve la oportunidad de estudiar algunas, pero jamás me habían salido... La prisión de arena... Aquellos granos de la fina arena se encuentran en tus pulmones ahora, y si aprieto mi mano morirás enseguida.... Liberame Weng..

-Maldita sea...- el hombre cayó al piso tratando de respirar pero le era imposible, el color de su rostro iba cambiando poco a poco- necesito... Mandar la señal- el radio se encontraba demasiado lejos, cuando Kuvira cerró su puño el gobernador Weng cayó muerto en el instante.

•UNA OPORTUNIDAD• SUVIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora