Rose.
- No puedo creer que digas algo como eso justo ahora, Adrián.
- ¿Quieres hablar de mi primo entonces?
- ¿Primo?
- En realidad tengo que hablar de negocios contigo.- dice cambiando de tema, se endereza en su asiento y su rostro demuestra completa seriedad.
- Creí que hablaríamos de...
- No hay nada que hablar acerca de eso. Todo está en el pasado...- aseguró sonriendo, pero podía sentir que aún le dolía.
- Ok, tú dices eso. Yo no pienso igual.
- Rose, no necesitamos eso, ¿quieres saber si aún te amo? Pues la respuesta es sí. Aún te amo y creo que siempre va a ser así.- estaba luchando consigo mismo, vi sus dedos jugando por el contorno de una cajetilla de cigarros en su bolsillo mientras me miraba fijamente.- pero prefiero tenerte como amiga, no puedo superar nada de eso aún.
- Adrián...
- No, Rose.- interrumpió, veía el dolor en su rostro, miles de recuerdos de nosotros juntos pasaron por mi mente como una película, nos divertimos tanto... no entiendo como es que pude lastimarlo siendo que mi intención siempre fue hacerlo feliz y sacarlo del hoyo donde se hallaba tras la muerte de su madre... respiró hondo tratando de recomponerse nuevamente.- hablemos de trabajo entonces.- terminó con su pose despreocupada nuevamente.
- Adelante.- vaya, enserio esperaba arreglar las cosas con él...
- Tía Tatiana te quiere para una sesión.- sonrió mostrando una hilera perfecta de blancos dientes.- conmigo...
- ¿Cómo?- casi me atraganto con mi saliva.- sabes bien que no soy modelo, Adrián.
- Lo sé, y ella también lo sabe.
- ¿Entonces?
- Es el cliente quien te quiere... vio nuestra sesión improvisada de hace unos meses y quedó impresionado con la química que teníamos.
La agencia publicitaria de Tatiana Ivashkov había tomado un trabajo para publicidad de vestidos de novias y trajes de novios, también incluían vestidos y trajes para los niños. Una hora antes de la sesión la modelo llamó y dijo que no podría ir porque había olvidado el cumpleaños de su madre y estaba volando a Suecia para pasar con ella.
Coincidentemente, Adrián y yo estábamos en la agencia ya que él tenía una sesión para una marca de anteojos de sol, ya era demasiado tarde como para contratar una buena modelo y entonces Tatiana decidió que seríamos la pareja perfecta.
No puedo negarlo, nos veíamos genial, parecíamos una familia feliz... los niños que nos acompañaron eran hermosos y realmente tenían rasgos similares a los nuestros, éramos sus padres por un momento.
- ¿Y quién sería ese cliente?- terminé por quitar ese recuerdo de mi mente, su rostro se oscureció.
- Víctor Dashkov...
- ¿Víctor?- me sorprendió completamente, ¿Por qué Víctor me querría como modelo?
- Sí, parece que a los Dashkovs les gustas.- sentí como si sus palabras me acuchillaran.