trece.

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Cuando los tres se encontraban más calmados, fueron hacia la habitación del mayor de los kim; estaban mirándose sin decir palabra alguna, pero se podía notar los felices que estaban.

Min todavía no entendía que fue lo que pasó para que volviera a su hogar, a su mundo. Pero, se encontraba muy feliz en volver a ver a sus mejores amigos; algo que lo desconcertaba, aunque haya pasado muy pocas horas allí, era el pequeño sentimiento que se estaba apoderando de él, pues, sentía un no se qué que oprimía su pechito y gargarta formando un nudo. Y lo único que se le venía a la mente al centrarse en aquello, era en la carita del omega Park.

Sus amigos lo miraban espesantes, con deje de duda y felicidad al mismo tiempo; todavía no se confiaban en que Yoongi se encontraba junto a ellos. Todo había pasado tan de repente, desde que había desaparecido hace unos mese atrás y al no saber de su paradero, se estaban perdiendo sus esperanzas en encontrarlo.

—Yoon... Dime, ¿dónde estabas? —murmuró entre llantos Seokjin, no podía dejar de llorar; en todo ese tiempo había extrañado demasiado a ese paliducho que tenía por amigo, porque aunque siempre hablaban a escasas, lo sentía como un hermano.

—Al menos, di si te encontrabas bien, si te alimentabas bien y no te faltaba nada —le siguió Namjoon, quien también hablaba en llanto.

—N-no me creerán si les digo en donde estuve... —pronunció Min, sabía que lo iban a tachar de loco, pero sentía que debía contarlo; él había deseado, no, más bien pedido poder juntarse con sus amigos para charlar acerca de sus sentimientos con respecto al omega y no iba a desaprovechar la oportunidad.— La última noche que estuve aquí, me perdí entre las calles y luego aparecí en un lugar repleto de gente con aromas diferentes y orejas más colas de gato. —soltó lo primero,— al principio pensé que mi enojo hacia Jung me estaba haciendo ver cosas que no eran, pero luego lo comprobé y empecé, sin darme cuenta, a interactuar con aquellas personas.

Seokjin le miraba sin decir palabra alguna, solo escuchaba atentamente; Namjoon en cambio, quería interrumpir a su amigo pero lo dejó continuar. Y algo que tenían en común los Kim, era la mirada inquisitiva y curiosa puesta en Min. Con ello, Yoongi lo tomó como si pidieran que continuara con su relato.

—Allí es muy diferente, se dividen en ¿géneros? No lo sé, pero, se hacen llamar alfas, betas y omegas... Luego les explicaré todo bien de ellos; conocí a un alfa llamado Chanyeol y él me acogió en su casa durante todo ese tiempo, también conocí a dos omegas muy simpáticos y a dos betas, que a pesar de no conocerlos del todo, ellos me apoyaron en mis momentos de tristeza. —no pudo continuar por el timbre que sonó, haciéndolo ver todo oscuro.

Pronto sintió como alguien tocaba su hombro y lo movía delicadamente, haciéndole abrir los ojos y dándose cuenta que se encontraba en la habitación que Chanyeol le había prestado en su estadía allí; con confusión mira todo lo que se encontraba a su alcance y luego su mirada se posa en la persona que lo interrumpió, al fijarse bien, no era alguien sino que era un gato que conocía a la perfección. Era Minnie, el pequeño omega que lo observaba con curiosidad.

Pronto el omega entra al baño y luego sale un chico de cabellos rosados, lo que causa un poco de sorpresa en Min mas solamente atina a hacerse el desentendido.

Se maldijo mentalmente por haber quedado dormido y, lo peor, soñar con sus amigos, soñar que volvía a Seúl y se encontraba con sus mejores amigos.

—¿Qué haces aquí, Jimin-ah? —su voz sonó rasposa pero no le importó, solamente esperaba la respuesta de su menor y aunque no le gustase hablarle distante, todavía seguía un poco enojado e indignado por el comportamiento que tuvo con él.

¡Jimin-ah, di meow!〔 Yoonmin 〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora